En qué terreno se juega el destino de Venezuela, por Wilfredo Velásquez
En el país se viene dando una intensa confrontación en la que los principales afectados no participan.
Esta confrontación se está librando en los planos nacionales e internacionales, su intensidad ha venido subiendo proporcionalmente al incremento de las debilidades del régimen.
El carácter internacional de la confrontación nos hace pensar que han abierto una subasta internacional de nuestros recursos estratégicos, por un lado los aliados del régimen que viene saqueando descaradamente estos recursos, actúan en territorio venezolano y en los organismos multilaterales, concertadamente contra las democracias del mundo, las que a su vez han recibido oferta a futuro de nuestras riquezas y que actúan individual y en grupos en procura de una victoria pacífica del sector democrático del país con vista a cobrar su parte del botín.
Localmente los actores nacionales de esta confrontación, siguen directrices y esperan orientaciones de los verdaderos beneficiarios del enfrentamiento, que mantiene a los venezolanos padeciendo una crisis humanitaria sin precedentes en Latinoamérica, sin que se vean soluciones que satisfagan a ambos bandos.
La dinámica de la confrontación a nivel nacional ha terminado por definir dos bandos, uno representado por quienes dirigen el régimen y otro conformado por los integrantes de la Asamblea Nacional, quedando el resto del país sin canales de expresión y participación en dicho conflicto, a tal punto que el cyberelectorado del régimen y la sociedad civil que eligió a la AN, unitariamente, con la tarjeta de la MUD, terminaron siendo irrelevantes para ambos bandos, ya el apoyo tumultuario del PSUV y las protestas de la sociedad civil dejaron de preocuparles para concentrarse en las gestiones i internacionales.
Personajes como Zapatero, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, el embajador cubano y el ex represente de negocios de China y Putin terminan siendo más importantes para el Régimen que el lumpen domesticado que crearon mediante las misiones y el hambre “inducida».
Por su lado El Presidente “Interino» y la Asamblea Nacional, distraen a la sociedad civil hablando de abstracciones como El Plan País, y con actividades de ayuda, que más se corresponden con obras de caridad cristiana que actividades políticas.
Sin embargo, la crisis acentúa la crispación, sin abrir canales de escape, lo que cada vez la hace más explosiva y peligrosa, convirtiéndola en una poderosa bomba de tiempo, que puede estallar, sin ningún tipo de orientación por la ceguera de los dirigentes opositores.
El periplo internacional de Guaidó, evidentemente necesario, resta eficiencia y desenmascara las gestiones internacionales del régimen, lideradas por Zapatero, proporciona avances a la salida democrática que todos deseamos, lo posiciona como el representante del país y evidencia el carácter dictatorial del régimen, cosas todas positivas.
La mayor evidencia de los avances de la oposición lo representan los clamores de dialogo de Maduro, que cada vez que se siente acorralado empieza a pedir “taima”. (diálogo).
Sin embargo, hace falta una mirada a lo interno, algunas consideraciones, pese a lo evidente se hacen necesarias: los comunistas no creen en el parlamentarismo, pese a su fracasado intento por controlar la AN, a la creación de la irrita ANC, y a sus llamados a elecciones legislativas, debemos tener claro que, a sus fines, la AN, poco les importa, su verdadero interés es evitar las elecciones generales o presidenciales y vender al mundo una imagen democrática, en la que no creen.
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Siguiente consideración: la lucha de clases y la construcción de la dictadura del proletariado que pregonan, solo se logra mediante la guerra civil, en este sentido, resaltan sus esfuerzos por conseguir aliados que neutralicen la posible actuación militar de Estados Unidos, la refundación de la izquierda latinoamericana y del internacionalismo proletario, mediante el fortalecimiento del Foro de Sao Paulo, el intento de desplazar la dirección de la izquierda regional a Venezuela, mediante la ampliación del gabinete venezolano con representación de otros gobiernos, la presencia de militares de otros países, de fuerzas irregulares internacionalistas, la creación de milicias populares, colectivos armados, milicias empresariales, y grupos armados para actuar en guerras asimétricas y la participación de extranjeros en los organismos de seguridad, nos llevan a pensar, que un conflicto bélico interno, guerra civil, puede favorecer la permanencia del régimen.
En la medida que la oposición consolide el apoyo internacional a la lucha democrática y el apoyo a Maduro, como en el caso español, empiece a poner en peligro los liderazgos de izquierda en las sociedades democráticas, más esfuerzos hará el régimen por fomentar la confrontación interna, considerando que tienen el monopolio de las armas y el apoyo del ejército.
¿Porque las masas se han vuelto irrelevantes para los dos grupos en pugna?
La mascarada socialista, destruyó a la clase ALTA, venezolana al no abrirle espacios de negocios amparados por la renta petrolera, como tradicionalmente sucedía en el país, en la medida que destruía el aparato productivo fue acabando con los grupos empresariales tradicionales, tanto nacionales como internacionales, al sustituir la economía productiva por una economía de puertos, el empresariado, expropiado y disminuido se vio obligado a cerrar las pocas empresas, originándose una nueva aristocracia no productiva, nacida del saqueo de los ingresos petroleros y el cobro de comisiones a la naciente burguesía importadora, sustentada en el manejo fraudulento de las divisas, esta nueva aristocracia improductiva, dedicada más a la acumulación de lo robado y a la especulación financiera en los paraísos fiscales, destruyó la producción y el empleo, sacrificó a la clase media y a la clase trabajadora en el altar de los castro y la santería, y al lumpen no productivo los sumió en la más terrible pobreza, para convertirlo en una multitud anónima, para sus fines asamblearios y electorales con que se sustentan en el poder, igualmente dio carácter beligerante y “empresarial “ a nuestro ejército para garantizarse su apoyo.
Esta llamada “Boliburguesía«, supraclasista, al acabar con la clase media y matar todas las aspiraciones de ascenso social de los más pobres, ha venido socavando la democracia y los valores democráticos, sumiendo a la clase media en la desesperanza, lo que incluye la falta de confianza en los partidos políticos, a tal punto que pese las continuas expresiones de descontento social, los partidos no crecen numéricamente.
En una sociedad no productiva empieza surgir, no una nueva clase emprendedora, sino que, por el contrario, vemos que empiezan a consolidarse, en paralelo, en una sociedad duplicada, la nueva clase sustitutiva de los Boliburgueses, con los cuáles seguramente terminarán cohabitando.
Ante esto, se abren dos frentes para dirimir quién dominará definitivamente el aparato del estado, al régimen conviene y pareciera estar promoviéndolo, el conflicto interno, que le permitiría restar contundencia a la intervención internacional, el afianzamiento en el poder y el control del aparato estadal.
Por otro lado, el viaje de Guaidó que le permitió convertirse en el acontecimiento del Foro Económico Mundial de Davos, donde se entrevistó con la canciller de Alemania, Ángela Merkel, con Kyriakos Mitsotakis, Primer Ministro de Grecia, Con Mark Rutte, de los Países Bajos, y con Sebastián Kurz, Canciller de Austria, su reunión en Bruselas con Josep Borrel, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Políticas de Seguridad, donde resulta más importante la reunión misma que los asuntos que pudieran haber tratado, por el mensaje que trasmite a los capitales europeos, que pudieran estar pensando en negocios con el régimen, en Londres con Boris Johnson, quien no solo tiene en común el parecido con Trump, sino que comparte abiertamente la diplomacia de Estados Unidos respecto a Venezuela, en este periplo, Guaidó además fue, recibido con honores en París y Colombia, condecorado en Madrid y aplaudido en la Puerta del Sol.
Todo esto significa que, para la oposición, atrincherada en la Asamblea Nacional, cobra más importancia la confrontación internacional que las luchas internas contra el régimen y evidentemente se han anotado un importante triunfo, el acercamiento y la atención de tantos y tan importantes cargos de la democracia internacional son algo más que una simple partida de dominó en cualquier playa de la Guaira.
En resumen, los partidos opositores saben que su triunfo sobre el régimen, depende de lo que logren internacionalmente, y el régimen entiende, que, pese a los apoyos de Rusia, China, Turquía, Cuba e Irak, su ventaja está en el uso de la fuerza contra una sociedad civil, democrática y aguerrida que luce sin liderazgo y sin apoyo ni fuerza bélica para resistir.
Usted dirá, querido lector.