En Venezuela no somos noruegos, por Ángel Cacique
Twitter: @angelcacique
Venezuela y Noruega son 2 versiones distintas del socialismo del siglo XXI en el mundo. Cara y sello de una propuesta socialista. Hace 50 años Noruega era una de las economías más pobres de Europa y pasó en pocos años a ser una de las más desarrolladas e igualitarias; puesto 29 por volumen de PIB. El rol del petróleo y la calidad de la gerencia pública han jugado un papel determinante en ello.
El Fondo Global de Pensiones del Gobierno creado en la década de los 90 para contrarrestar la enfermedad holandesa, los vaivenes en los precios del petróleo y evitar la hiperinflación ha sido un elemento clave en su desarrollo. Noruega es hoy el 2do exportador mundial de gas y el 7mo de crudo.
Noruega logró en las últimas décadas los niveles más altos en calidad de vida e igualdad de oportunidades. La educación es pública, gratuita y bilingüe. El transporte público es moderno, poco contaminante y subsidiado. Todos poseen cobertura de salud; la esperanza de vida es de 81 años; la brecha salarial entre hombres y mujeres es casi inexistente; no hay pobreza ni desocupación y la renta por habitante – 67.370 euros – es la 6ta más elevada del planeta, los salarios medios de sus habitantes entre los más altos del mundo
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Hace 50 años Venezuela era uno de los países en desarrollo con más futuro en América Latina. A partir de 1950 y durante más de 30 años, su economía experimentó un acelerado crecimiento y desarrollo, esto trajo como consecuencia una fuerte inmigración durante las décadas del 50,60 y 70. Al contrario de lo que ocurre en la actualidad, donde somos el país con más emigrantes de la región.
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El PIB per cápita es indicador del nivel de vida y en el caso de Venezuela (2018) fue de 2.887 euros, ocupando el puesto 128 de 196 países, este año 2020 descendió aún más. Sus habitantes tienen una bajísima capacidad de consumo. Sin incluir la caída de la producción petrolera por la huelga de diciembre 2002 a marzo 2003, la producción actual corresponde a la del año 1943, cuando contábamos con una población de 4 millones de habitantes y no los “30 millones” actuales.
La producción petrolera cayó en mayo 2020 a 570.000 barriles diarios, datos OPEP, un retroceso que nos ubica a niveles de hace 7 décadas. Los ingresos (Sueldos, Salarios, Pensiones) son actualmente los más bajos de la región, entre 10 y 30 dólares mensuales devenga el 65 % de la población (Encovi 2020), lo cual los coloca a niveles de pobreza crítica.
Noruega monarquía constitucional desde 1814, el Rey es el jefe de estado por herencia, mientras el Primer Ministro actúa como el jefe de gobierno y es nombrado junto con su gabinete por el propio Rey con la aprobación del Parlamento, elegido por voto popular para un periodo de 4 años. Noruega no forma parte de la Unión Europea, pero participa en el Espacio Económico Europeo y es miembro de la OTAN.
Pese a las amplias políticas de bienestar social, los impuestos son más bajos que el promedio del resto de los países de la Unión Europea y las empresas pueden desarrollarse con fluidez. Nadie duda de la calidad de la democracia y del respeto de los DDHH en Noruega.
En Venezuela el Estado consta de 5 poderes y en el papel una democracia participativa y protagónica. Hace 22 años permanece en el poder el mismo partido (Psuv). Hugo Chávez Frías (+) dejó el poder al morir y como un rey designó su sucesor, el actual presidente Nicolás Maduro. Venezuela como país democrático, está muy cuestionado, está fuera de la OEA y más de 50 naciones no reconocen los resultados de las últimas elecciones (2018). Vive en un conflicto político permanente con su antiguo 1er socio los EEUU y atraviesa la crisis humanitaria y económica más aguda de los últimos 50 años.
A pesar de contar con grandes reservas de Gas y Petróleo, tiene el parque automotor más viejo de América Latina, graves problemas de movilidad y transporte, agudizados actualmente por el covid-19 y la escasez de gas y gasolina. Y todas las empresas estatales incluida su principal fuente de ingresos, Pdvsa en un colapso estructural.
Lo poco que funciona del transporte público en Venezuela está afortunadamente en manos de los operadores privados, porque todas las iniciativas estatales es el área del Transporte corren el destino del metro de Caracas, cada vez con mayor grado de deterioro.
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