¿En verdad los cubanos están negociando a Nicolás Maduro?, por Ángel Monagas
Twitter e Instagram: @AngelMonagas
Rescatando a Salas Romer. En los recientes días, el político y excandidato presidencial Henrique Salas Römer fue entrevistado por Luis Olavarrieta, abordando distintos tópicos sobre la actual realidad venezolana. De esta entrevista hay dos puntos que me gustaría revisar, porque hacen referencia a temas que hemos venido exponiendo en las recientes semanas.
En primer lugar, Henrique Salas Römer dice que a Hugo Chávez lo mataron los cubanos; esto es, Fidel y Raúl Castro. En segundo término, Henrique Salas Römer dice que a Nicolás Maduro lo están negociando los cubanos.
Operación Salomé. La traición a Hugo Chávez
Dice Henrique Salas Römer que el liderazgo natural de Hugo Chávez se convirtió en una molestia para los planes de la dictadura cubana, por lo que Fidel y Raúl Castro decidieron acabar con él.
De inmediato llamé a mi fuente, que es un inequívoco conocedor de los temas de Cuba y Venezuela, para preguntarle si él era la misma conexión de Salas Römer y me dijo rotundamente que no.
Me explicó: quien le da la información a Salas Römer tiene solo parte de la historia. Es cierto que los hermanos Castro tenían cierto fastidio con las aspiraciones de Hugo Chávez, pero con la enfermedad de Fidel Castro en el 2006, Raúl, mucho más pragmático, decidió crear una agenda para negociar con los Estados Unidos la continuidad política del régimen en Cuba, y dentro de esa agenda tomó peso darle una importante visibilidad a Hugo Chávez. El proyecto se llamó Espada de Bolívar (recuerden el alerta que camina la espada de Bolívar por la América Latina).
Raúl anunció, con anticipación, que Cuba negociaría con Estados Unidos a partir del año 2009. Y así ocurrió.
Dentro de los acercamientos entre Cuba y Estados Unidos cobró fuerza la tesis de que, en un acto de buena voluntad, Cuba se desharía de Hugo Chávez. Esta operación se llamó Operación Salomé, porque era un símil de la famosa escena bíblica donde Herodes, embelesado al ver bailar a Salomé, le ofreció lo que quisiera, incluso la mitad del reino de Judea. Al final, a solicitud de su tía, Salomé pidió la cabeza de Juan el Bautista. Esta información está suficientemente documentada.
Como resultado de la negociación, Cuba se comprometió a facilitar un gobierno de transición y para ello designó a Nicolás Maduro como sucesor de Chávez.
Así resolvieron el complejo manejo que debían darle a Chávez, quien no era muy dado a seguir instrucciones de los cubanos, dejando en cambio al gran mamerto, como Ramiro Valdés le dice a Nicolás. El compromiso implicaba que Nicolás Maduro abandonaría el poder en el 2018.
Sacando del camino a los sucesores naturales de Hugo Chávez
Explicamos en nuestros anteriores artículos —y vídeos para el que lo prefiera— que los cubanos se aseguraron de evitar que surgieran los sucesores naturales de Hugo Chávez. A la sazón, el general Raúl Isaías Baduel y el hermano del presidente, Adán Chávez.
A Baduel lo sacaron los cubanos armando un expediente de corrupción, con lo cual convencieron a Chávez de darle un castigo ejemplar. Hugo Chávez permitiría entonces que la persona que lo rescató de La Orchila pagara con prisión su lealtad.
Con Adán Chávez los cubanos dieron la vuelta destapando un escándalo de corrupción por el que sería detenido Ricardo Fernández Barrueco, quien a través de su actividad bancaria se había convertido en testaferro de importantes figuras, entre las que destacaba Adán Chávez.
Gastón Saldivia, abogado larense que se había hecho amigo de Hugo Chávez, logró reunirse con el Presidente para hacerle una exposición del caso de Fernández Barrueco, a quien estaba representando como abogado defensor. En su explicación, Saldivia le dijo a Chávez que todo se trataba de una conspiración orquestada por el Grupo Polar y Lorenzo Mendoza.
Después de escucharlo, Chávez le pidió a un asistente que llevará a Gastón Saldivia a una oficina cercana a su despacho. En ella, el abogado fue atendido por unos funcionarios cubanos.
Aprovechando al máximo la muerte de Chávez. Luego de anunciar la muerte de Hugo Chávez el 5 de marzo de 2013, en abril de 2013, Barack Obama autorizó el inicio de reuniones entre funcionarios de los Estados Unidos y de Cuba. En junio, estas reuniones se hicieron formales. El 17 de diciembre de 2014 —una fecha escogida por los funcionarios del gobierno del norte para dejar constancia de su vínculo con el proyecto Espada de Bolívar— Cuba y Estados Unidos anunciaron el restablecimiento de las relaciones diplomáticas, siendo el supuesto artífice de ese giro el papa Francisco, quien aparentemente fue el intermediario clave.
El ocaso del gran mamerto. El 4 de marzo de este año, salió publicado un artículo denominado «Sombras en la puesta del sol, la inexorable caída del régimen venezolano«, de José Gabriel Carrasco. Este artículo ofrece una narrativa de que Nicolás Maduro no gobernará Venezuela más allá del 2024.
El 5 de marzo Raúl Castro visitó Venezuela y se reunió con Nicolás Maduro.
El 17 de marzo se desató un escándalo de corrupción que trajo como consecuencia la salida del poder de Tareck El Aissami, el aliado estratégico que fue el apoyo fundamental de Nicolás Maduro desde que asumió el poder en el año 2012. Solo basta ver las declaraciones de Rafael Ramírez para entender el significado de este sacrificio de la pieza clave de Maduro.
Con esta movida, coordinada desde Cuba y con la intervención directa de funcionarios de la fiscalía cubana, Tareck El Aissami, al igual que Baduel, fue desplazado por corrupción de la posible sucesión en el posmadurismo.
El 11 de abril de 2023 fue detenido Álvaro Pulido, una pieza fundamental del sistema de corrupción del régimen de Nicolás Maduro, de quien existen fuertes y documentadas evidencias de su relación con los hijos de Cilia Flores, los hermanos Gavidia Flores, así como de Nicolás Maduro Guerra, hijo del dictador venezolano.
Con este movimiento, quedan fuera del juego electoral posmadurista los dos principales baluartes familiares y políticos de Nicolás Maduro: Cilia Flores y Nicolás Maduro Guerra.
*Lea también: Arbitrariedad, hegemonía y corrupción, por Bruno Gallo
El circo de Petro
Convencido por los cubanos de ser el nuevo líder latinoamericano, Gustavo Petro asumió como propio el proyecto Espada de Bolívar 2.
Solo basta ver la disparatada ceremonia de la espada de Simón Bolívar siendo reverenciada en la toma de posesión del presidente colombiano, al grito de alerta que camina la espada de Bolívar por la América Latina, para entender que estamos en otra movida cubana.
Todo este montaje sobre 100% democracia y/0 sanciones, no es más que una cortina detrás de las negociaciones entre Estados Unidos y Cuba, donde el levantamiento de las sanciones es la única vía que tiene el régimen cubano para acceder a recursos financieros que mejoren las deplorables condiciones económicas que actualmente padece.
¿Y la oposición? Solamente hay que ver el discurso nervioso, casi de preinfarto, que brindó Gerardo Blyde, socio del sobrino de Cilia Flores, donde anuncia veladamente que las sanciones empezarán a desaparecer para poder atender las necesidades del pueblo venezolano. ¿Ustedes se creen eso?
Última Hora
¿Y Tareck El Aissami dónde está? Ya no está en su casa de Fuerte Tiuna. Los satélites de los Estados Unidos no lo detectan allí. Se mueve con su equipo de seguridad en unas camionetas Land Rover con blindaje de última tecnología, traídas del exterior. Todo tipo Beirut. Sus movimientos incluyen una casa-búnker en Galipán.
Si Tareck se está moviendo es que tiene poder. No necesita estar en el gobierno para demostrar su poder.
Maria Corina, por ejemplo, no se ha ido de Venezuela porque si se va pierde el poder y la oportunidad de ser candidata y, eventualmente, presidente.
Si Tareck El Aissami se va de Venezuela pierde el poder. Aunque Maduro le haya mandado un menú de aviones, Tareck no se va. Aunque Maduro le dice que se quede con las criptomonedas que le escondió Joselit Ramirez, Tareck no se va.
Eso es al día de hoy. Tareck no está diluido. Hezbolá invirtió tiempo y recursos en ese activo.