Según encuesta, solo 7% de la población gana más de $350 mensuales
Pese a las cifras optimistas presentadas por el chavismo sobre la tasa de desempleo por debajo del 10% para el cierre de 2022, una encuesta de Equilibrium CenDE indica que solo un 44% de la población formaría parte del sector del empleo formal
Parte de la crisis económica venezolana se explica a través de la capacidad adquisitiva de su población, con salarios sumergidos en la miseria que impiden a más del 93% de los venezolanos satisfacer sus necesidades más básicas: la alimentación.
Una encuesta aplicada a más de 1.275 personas por Equilibrium – Centro para el Desarrollo Económico (Equilibrium CenDE) indica que solo 7% de la población venezolana genera ingresos superiores a los $350 mensuales, un monto que a duras penas podría cubrir —y no totalmente— la Canasta Alimentaria Familiar medida por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), con un valor de $390 para el mes de marzo.
Los resultados del estudio, efectuado a personas de todos los grupos etarios en todo el país, indican que un 7% de los venezolanos encuestados no reciben ingresos, mientras que la mayor parte del país, un 51%, genera ingresos inferiores a $100. Otro 23% se encuentra en el segmento de los $101 y $200, seguido de un 13% con un rango de entre $201 y $350.
Los grupos con ingresos más altos entre las personas encuestadas corresponden a ingresos «altos» de $351 a $550 para un 5% de los participantes y una remuneración superior a $551 en el caso del 2% de las respuestas.
Los rangos salariales dejan ver, además, una brecha salarial entre hombres y mujeres, pues estas solo superan porcentualmente a los hombres en las categorías de «no percibe ingresos» e «ingresos muy bajos». En el caso de todos los otros grupos, superiores a $101 mensuales de remuneración, hay más hombres que mujeres.
La situación precaria de los ingresos genera problemas para la economía y los niveles de consumo en el país. Sin demanda —es decir, compradores—, no hay ventas y por lo tanto las empresas que generan bienes y servicios no pueden obtener los ingresos suficientes como para incrementar su producción e incluso, si lo hicieran, ese aumento no encontraría una contraparte que comprase, pues los niveles de consumo están por el suelo.
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El estudio deja en evidencia esta situación, pues las respuestas señalan que solo un 9% de la población puede permitirse ahorrar, pese a que el ahorro es un elemento vital de cualquier economía sana que permite hacer inversiones más prominentes y mejorar la calidad de vida.
Por si fuera poco, dentro de ese 9% de los encuestados que afirmaron ahorrar parte de sus salarios (unas 112 personas), casi la mitad de las respuestas, el 43%, corresponden al grupo de ingresos más altos, de $550 o más, un monto que les permite cubrir sus gastos esenciales y destinar un fragmento de sus ingresos al ahorro.
El resto de la población tiene como prioridades el gasto en alimentación, telefonía, transporte y servicios, en orden de importancia. La salud, educación, entretenimiento y vivienda quedan en un segundo lugar.
Desempleo e informalidad dominan en la encuesta
Otro componente importante de la encuesta fue determinar la población laboralmente activa. Las respuestas permitieron reafirmar que la situación del empleo formal en el país es precaria, pues sigue habiendo más informalidad y desempleo, a pesar de que el mandatario Nicolás Maduro afirmase a finales de 2022 que la tasa de desempleo en Venezuela se redujo a 7,8%.
Los datos de la encuesta vislumbran una realidad muy distinta a ese 7,8% celebrado por el chavismo, al indicar que solo un 44% de los encuestados forma parte de un trabajo formal y es considerado un empleado asalariado. Otro 22% también se desempeña a alguna actividad productiva que genera ingresos, al describirse como «trabajadores por cuenta propia».
Entre los grupos que no se encuentran desocupados por completo, figuran los estudiantes (14%), los jubilados o pensionados (13%) y las trabajadoras domésticas no remuneradas (4%) —en femenino, ya que todas las respuestas en esta categoría correspondieron a mujeres—, mientras que un 10% de los participantes se catalogaron como desempleados en busca de trabajo, sumado a un 3% de desempleados que no buscan empleo. La lista culmina con un 2% bajo la categoría de «otra condición».
El estudio indica también que el sector privado es el principal empleador del país, incluso en un contexto de tanta informalidad, pues entre la población laboralmente activa, un 42% se ubica dentro del sector privado, frente a un 34% de trabajadores independientes y un 32% en el sector público, siendo el Estado el eslabón más débil del empleo, tanto en ingresos como en puestos de trabajo.
Los datos del empleo también recalcan en las brechas entre hombres y mujeres, pues el trabajo tiende a favorecer al sexo masculino, mientras que el desempleo es más pronunciado en el caso del sexo femenino.
La encuesta resalta que existe una brecha total de 19% favorable a los hombres en materia de actividades laborales. Un 76% de los hombres tienen empleo formal, mientras que solo un 57% de las mujeres figuran como empleadas.