Enfermedades como difteria y sarampión son perfectamente controlables, dice infectóloga
El gremio de infectólogos está preocupado por la falta de controles permanentes para evitar la propagación de enfermedades como la tosferina, sarampión y difteria
La presidenta de la Sociedad Venezolana de Infectología, María Graciela López, alertó que existe un incremento «y reemergencia» de enfermedades que habían sido controladas en el pasado en el país como el sarampión, la difteria y la tosferina, y denunció que las mismas se pueden prevenir si existe una política sostenida de control y vacunación en la población.
Respecto a la difteria, López indicó que en el país no se veía la aparición de la enfermedad desde 1992 «y desde la fecha tenemos 1.900 casos con 168 defunciones en todo el país». Recordó que el nuevo brote de este padecimiento fue en el estado Bolívar y que para 2018 existen casos de niños y adultos mayores infectados con esta afección. «Las autoridades estaban en el conocimiento de esta realidad y ocurre por el debilitamiento en la vigilancia y vacunación», destacó.
Recalcó que en el caso del sarampión, Venezuela perdió la «acreditación» otorgada por la Organización Panamericana de la Salud de que estábamos libres del mencionado trastorno porque ya en 2018 se registra la «circulación endémica constante» de la enfermedad en todo el país y dijo que existen casos concentrados en la Región Central, específicamente en los estados Miranda, Vargas, Aragua y Distrito Capital. Según algunas estimaciones, que calificó de subregistros, hay al menos 4.500 casos de infectados. Indicó que tan solo en el Hospital de Niños se vieron 1.000 casos de sarampión en 2018.
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Manifestó que el brote de sarampión es más grande que el registrado en 2007 y al sobrepasar la cifra, así como la falla en los controles, se exporta a los demás países de la región producto de la migración. En el caso de la tosferina, señaló que hacer un diagnóstico en la actualidad es difícil porque existe un «retraso» en las técnicas para determinar la aparición de esta enfermedad en los pacientes. Destacó que no hay cifras concretas sobre esto -así como de todas las demás enfermedades- pero dijo que solo en el Hospital de Niños hay 2.160 casos de síndrome coqueluchoide, muy parecido a la tosferina.
Expresó que existe escasez de antibióticos para poder combatir este padecimiento -y de todos los demás-. En ese sentido, dijo que si el fármaco no está disponible se acude a la dirección del Hospital para que lo tramite. «Lo grave de esto es que se puede tratar, pero otros se mueren. 12 niños han muerto por síndrome coqueluchoide, aunque la sintomatología de los pacientes nos habla de tosferina», según alertó en una entrevista para Televen.
Recordó que es el Estado quien debe proveer los medicamentos correspondientes, como en el caso de la última enfermedad mencionada, que están incluidos en la vacuna pentavalente. Dijo que había disponibilidad intermitente de la misma «y en algunos casos inexistente», por lo que el número de niños vacunados ha sido insuficiente.
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También se refirió al Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), en donde también alertó que estos pacientes no reciben tratamiento permanente y constante. Señaló que es una enfermedad «perfectamente controlable» y en la actualidad es considerada crónica muy semejante a lo que puede ser la hipertensión. En ese sentido, indicó que ha y desabastecimiento de los medicamentos antirretrovirales y que la falta de estos fármacos pone en riesgo a esa población.
Afirmó que los que dan la cara por medicinas de este tipo son los activistas y algunos pacientes, pero que la mayoría de ellos no hacen la exigencia de ellos. Acotó que en el Hospital de Niños hay 2.000 en tratamiento «y por cada niño tratado hay dos o tres sin diagnóstico». Ante ese panorama, subrayó que las únicas cifras disponibles son a los que el Estado ha dado tratamiento, el cual debe ser gratuito y proveído por el Estado.
En el caso de la malaria, lamentó que de haber sido «ejemplo» en el control de la enfermedad en Latinoamérica, ahora se tenga presencia de este padecimiento en 17 estados del país, con un aumento del 67% tan solo en 2017, reflejado en más de tres millones de casos. Sin embargo, los expertos explicaron que las estimaciones son de 1.000.000 de nuevos casos sin contar recaídas o recrudecimiento de ese padecimiento.
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Considera que la explotación del arco minero ha realizado cambios ambientales importantes que ha producido el aumento de esta enfermedad. En Caracas hay casos «importados», pero los mismos provienen de entidades vecinas como Miranda y Vargas.
Dijo también que se ha visto un incremento de la hepatitis A, en donde el tratamiento se basa es en controlar los síntomas porque la otra forma de cura, que es el trasplante, no se está haciendo en Venezuela.