Entendiendo | El colapso de las telecomunicaciones en Venezuela
El colapso de las telecomunicaciones en Venezuela ha provocado que el acceso a Internet por banda ancha o telefonía móvil sea de los peores del mundo. Esto ocurre debido al cóctel de corrupción, falta de inversiones y desprofesionalización que desde hace más de un década opera en Cantv y Movilnet
Al chavismo lo obsesionan las redes sociales. Desde primeras horas de la mañana los laboratorios digitales de la llamada revolución bolivariana, en alianza con Cuba, trabajan las 24 horas del día y los 365 días del año para posicionar, entre las diez primeras tendencias en Venezuela, contenido favorable a la narrativa impuesta por la administración de Nicolás Maduro.
#VivaLaPatriaGrande, #EnAlianzaProducctiva, #UnidosPorUnMundoPluripolar, #CambiemosLaAsamblea y #SolidaridadContraElBloqueo son algunos ejemplos recientes de las etiquetas que “dominaron” las búsquedas ubicadas en nuestro país de la red social Twitter producto del trabajo de la llamada “tropa digital”.
Además, todos los actos proselitistas del oficialismo son transmitidos vía streaming a través de las redes oficiales del gobierno; son encabezados por el gobernante Maduro y a ellos asisten los principales dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
Contradictoriamente, esto ocurre en uno de los países donde el acceso a Internet por banda ancha o por telefonía móvil es de los peores del mundo.
Y es que, en el sector de las telecomunicaciones, el chavismo aplicó la misma receta que en la industria petrolera, el sistema eléctrico nacional y el servicio de agua potable: una progresiva politización de las instituciones, corrupción galopante y una total desprofesionalización del personal.
Salida de tecnócratas
Según José Pirrone, doctor en Ingeniería de la UCAB, el declive tanto de la Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela (Cantv) como de Movilnet comienza con la salida de los tecnócratas de dichas empresas tras su nacionalización, decretada por el fallecido Hugo Chávez en 2007.
Añade que mientras se mantuvo la apertura a la competencia de los servicios de telecomunicaciones, hubo figuras dentro del gobierno de Chávez que tenían conocimientos en la materia y lograron algunos aciertos. “Los infocentros, la digitalización de los trámites, son elementos positivos que se produjeron durante este período”.
Explica que Cantv siguió siendo exitosa unos años después de la nacionalización (2007) gracias a que se instalaron un millón de líneas telefónicas fijas, que fueron comercializadas durante el período privado.
Luego, dice: “La administración llegó a manos de personas que la manejaron como se hacía antes de la apertura, pensando que todo se podía resolver pidiendo un crédito público cuando hiciera falta, sin pensar, ni tener idea que podíamos tener que afrontar una crisis económica como la que tenemos hoy”.
La nacionalización no es mala
Pirrone aclara que la nacionalización no es la causa del problema, porque Venezuela no es el único país donde el operador mayoritario es gubernamental.
«Este cambio lo que implica es que Cantv en vez de producir ganancias a unos accionistas, generaría beneficios que serían medidos por su accionista mayoritario, el Estado, según sus logros sociales como: cobertura, bajas tarifas y calidad a menor costo. Tener 0% de ganancia no significa perder dinero, significa que todas las inversiones y gastos deben cubrirse con los ingresos de la empresa, es decir, hay que ir ajustando las tarifas para que se mantenga el balance».
Estima que el colapso que se registra en Cantv se debe a que la empresa perdió gran parte de su capital humano tecnológico durante el período previo a la crisis actual, sumado a que no se hicieron las inversiones requeridas cuando había dinero y, ahora, en medio de la crisis económica con una galopante hiperinflación, el sector telecomunicaciones tuvo que «conformarse con vegetar».
No obstante, Pirrone cree que a la actual junta directiva de Cantv, encabezada por Gabriela Servilia Jiménez Ramírez, «llegó alguien con mentalidad de competencia, que se encuentra trabajando para mejorar el servicio y la imagen de la empresa, pero esto es un trabajo que requiere tiempo».
Con respecto a Movilnet, Pirrone asegura que vive una crisis generada por una total y absoluta falta de gerencia.
“Cuando Cantv era privada ajustó la infraestructura de Movilnet para que su operación aprovechara al máximo los elementos de la red de Cantv y no hiciera inversiones que ya habían sido realizadas, como las redes de transporte de fibra óptica”, explica.
Luego de pasar al sector público, además de que no se destinaron recursos para mejorar sus sistemas, Movilnet también fue relegado en el uso de la fibra, por ello su sistema de datos no funciona adecuadamente.
Baja confiabilidad
Por su parte, José María De Viana asegura que el servicio de Internet que se presta en Venezuela es de muy baja calidad, no solo por el tema del ancho de banda, que es lo que normalmente se habla, sino fundamentalmente por un tema de confiabilidad.
Explica que a pesar de que ha venido ocurriendo la aparición de pequeños operadores privados, su nivel de calidad depende en gran medida del sistema de anillo de fibra óptica de Cantv y de su capacidad de ser estable en el tiempo.
«El nivel de servicio ofrecido es de bajo nivel de disponibilidad. Las interrupciones son frecuentes y, además de eso, para ancho de banda corporativo la oferta se ha reducido tremendamente», añade.
Detalla que en cualquier país del mundo los operadores privados arriendan un espacio de la red de fibra matriz, que muchas veces está bajo el control del Estado.
En el caso de Venezuela la falta de confiabilidad de Cantv ha obligado a los operadores privados, tanto de televisión por suscripción como los operadores móviles, a construir una red paralela privada de mucha menor extensión y con costos de mantenimiento superiores.
«Solamente unos pocos operadores han podido construir su red de fibra alterna prestando servicio. De hecho, la mayor parte de la conectividad de datos viene siendo ofrecida por las operadoras móviles».
Según De Viana la tragedia es doble: «El deterioro del servicio de fibra a través del sistema troncal del país que está en manos de Cantv y la pérdida de más de la mitad de los clientes de telefonía celular, porque Movilnet, que llegó a ser líder en el país, no tuvo la capacidad operativa de desplegar una red de cuarta generación, como sí lo hicieron las operadoras privadas de Digitel y Movistar».
Restricción corporativa
Para De Viana, la deficiencia en el servicio de Internet es especialmente notable en las universidades, liceos, escuelas y en los centros de salud, que son clientes corporativos.
Asegura que, como referencia, el estándar de los hospitales de Latinoamérica conectados directamente a fibra óptica trabajan con un ancho de banda que ronda un giga con la finalidad de brindar servicios de salud del siglo XXI. Lo mismo ocurre con las universidades y el resto de los centros educativos.
«En Venezuela la inmensa mayoría de las escuelas básicas y las universidades no están conectadas. Los anchos de banda que han contratado de manera privada son relativamente menores con relación a los requerimientos tanto de su comunidad de alumnos y profesores», explica.
Atraso financiero
Al respecto, Pirrone recuerda que, a comienzos del siglo XXI, en Venezuela se habían destinados importantes recursos en el sector de Telecomunicaciones lo que permitía elevados parámetros de cobertura y calidad.
“Cuando Cantv pasa al sector público decide invertir en redes telefónicas fijas y acceso satelital, coloca en pausa los planes de banda ancha y telefonía móvil porque Movilnet ya tenía la mayor cobertura del país. En el exterior, los otros países comenzaron después de Venezuela, vieron lo bueno que habíamos hecho y mantuvieron la política de apertura, no deteniendo sus planes de banda ancha y telefonía móvil, ni en el sector público ni en el sector privado”, explica.
Añade que la participación en el mercado del sector privado venezolano no ha sido de la magnitud que hubiese podido ser la del público, aparte de que con la regulación de las tarifas se ha aumentado el tiempo de retorno y, por lo tanto, solo han realizado las inversiones mínimas necesarias para operar.
“Esto no quiere decir que nos hemos quedado atrasados con la tecnología; tenemos la última tecnología, pero solo ha sido desplegada en las zonas donde se pueden recuperar las inversiones. Las otras se cubrirán en la medida de lo posible en el tiempo. Esto significa que, si nosotros avanzamos un metro, los demás países avanzaron diez, nos alcanzaron y nos pasaron en cuanto a cobertura y calidad”, explica.
Sobre las fallas en el servicio de banda ancha y telefonía móvil, que constantemente son denunciadas por los usuarios en todo el país, De Viana asegura que el vandalismo contra los equipos siempre ha existido.
“En el caso concreto de Cantv, en el tiempo que era una empresa privada asumía estos hechos con responsabilidad porque en la legislación venezolana y en el contrato de concesión existen penalidades muy grandes por la interrupción del servicio, así sea por unas pocas horas. Las multas pueden ser importantísimas”, recuerda.
Lamenta que hoy, con Cantv y Movilnet en manos del Estado, ocurren interrupciones en el servicio de ciudades completas durante días y no se produce ni siquiera una amonestación por parte del ente regulador, Conatel.
“El sindicato de Cantv ha advertido que una parte importante de las centrales donde están equipos electrónicos muy delicados operan a temperaturas superiores a los 50º debido a que no tienen aire acondicionado o algún tipo de ventilación”, añade De Viana.
¿Cuál es la solución?
Para Pirrone, la salida a la actual situación pasa por hacer inversiones y recuperarlas a través de las tarifas.
«Esto es terrible en una crisis como la que atraviesa Venezuela, porque la situación económica de muchas familias es muy comprometida».
Aclara que, en todo caso, los ajustes deben ser acordes a las condiciones del país. «Si un paquete en el exterior cuesta, por ejemplo 15 dólares, eso no puede significar que aquí deba valer lo mismo ¿Por qué? Porque es cierto que los equipos se adquieren en dólares, pero si no le pago en dólares a mis trabajadores la misma cantidad de dólares que le pagan en esos otros países, no se justifica que cobre ese valor».
Estima que este proceso puede provocar la pérdida de usuarios lo que, paradójicamente, aliviaría la red y mejoría la calidad de servicio.
«Eso nos lleva a que cada quien tendrá el servicio que pueda pagar. Si Cantv es lo único que puedo pagar, eso será, si puedo pagar un operador más costoso que me da mejor servicio, eso tendré ¿No es eso lo que ocurre ahora con los operadores pequeños que tienen precios en dólares, velocidades muy superiores a Cantv y los operadores de cable y precios casi que el doble o triple que estos?», reflexiona Pirrone.
Responsabilidad empresarial
Por su parte, De Viana cree que la solución a la actual situación requiere que Cantv sea manejada con total responsabilidad.
«Hoy funciona como un servicio público manejado de la manera más irresponsable posible. No cumple con sus obligaciones, ni ofrece un servicio de tecnología de punta porque utiliza la misma tecnología de hace trece años. Es una situación cada vez más lamentable».
Añade que es fundamental trabajar para afianzar la fiabilidad del sistema de anillo de fibra óptica del país. Para que esto ocurra es necesario un proceso de reconstrucción y de reinversión a fin de satisfacer la gigantesca demanda que existe en el país.
Sobre el monto de la inversión, De Viana recuerda que hasta hace cinco años el sector privado invertía cerca de 1500 millones de dólares anuales.
«Tenemos una inversión acumulada pendiente. Ha sido tan baja que no ha permitido mantener ni siquiera las infraestructuras existentes para que funcionen en condiciones de calidad. Además, se ha perdido la mayor parte de los servicios de banda ancha domiciliaria que son el corazón, la espina dorsal del sistema del servicio que era suministrado a través del sistema ADSL por Cantv», estima.
Asegura que la información que maneja es que prácticamente la mitad de los puertos de banda ancha están fuera de servicio y sin ninguna esperanza de ser reparados.
«Eso quiere decir que la inmensa mayoría de los hogares tienen que estar usando los servicios móviles y ahí, con todos los esfuerzos que los privados han podido hacer, hay algo de avance, pero tenemos cinco años en donde no ha avanzado significativamente la huella», asegura De Viana.