Entre dictaduras y cómplices, por Ángel Monagas
Twitter: @AngelMonagas
Hablamos de dictadura para referir a un sistema político donde el poder es reducido a manos de pocas personas, ajenos a los principios democráticos. No obstante, puede haberlas de muchos tipos, independientemente de la ideología.
Dictadura es un sistema de gobierno donde el poder se concentra en una persona o un grupo de personas que no están sometidas a las leyes, control y separación de poderes, características de una democracia. Además, las dictaduras no practican el pluralismo político y por eso afectan el control autoritario de la sociedad, los derechos y libertades civiles de la población.
El concepto ha transmutado y ya superamos el viejo esquema de la simple dictadura militar. Hoy día, muchas han llegado por vía del «voto popular».
Después de 22 años, los venezolanos empiezan a preguntarse —y muchos a responderse— sobre la duración de esto que nos gobierna.
¿Seguiremos el camino de la «isla de la felicidad» —Cuba— o, por el contrario, será este 2021, como lo anunciaba el difunto Chávez, el final de este destructivo período? No hay una respuesta definitiva o creíble.
Nicolás Maduro quiere volver a ser candidato en el 2024. Diosdado reclama que esta es su oportunidad y Jorge Rodríguez, advierte al último: si tú aspiras yo también.
Hay tres cabezas visibles en el chavismo.
Salvo algún hecho fortuito, son ellos los que dirigen este proceso. Peor aún, en un sistema de gobierno como el nuestro oponerse no es suficiente para romper el avance del chavismo.
Simple, el liderazgo en el chavismo —bueno o malo (yo creo más en lo segundo)— está perfectamente definido. No sucede lo mismo en las fuerzas opositoras y no se trata simplemente de un problema de «unidad» como se ha hecho creer.
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El gran logro del chavismo es crear toda una barrera conceptual sobre su invencibilidad.
Son más los venezolanos que dicen todos los días «esto se j…», refiriéndose a Venezuela. No les quito la razón, los hechos contradicen cualquier argumento en contra. Aunque en política nada es eterno y es el gran error del chavismo.
Para la oposición el obstáculo no es de organización sino de credibilidad.
Lo importante para Guaidó no es el reconocimiento internacional, parcialmente logrado, sino la aceptación de su liderazgo dentro de Venezuela, el cual agoniza. Esto lo confirman todos los estudios de opinión.
Guaidó, sin haber materialmente ejercido el gobierno, posee un nivel de rechazo muy alto, comparado con quienes de manera directa han destruido la nación, ejerciendo el poder y destruyendo el aparato económico, productivo, nuestra calidad de vida.
Si los chavistas tienen 22 años de dictadura, según el análisis de muchos, ¿Cómo queda dentro de ese juego la MUD y el Frente Amplio?
Ellos, los chavistas, tienen 22 años haciendo bien lo malo y la oposición tiene el mismo período haciendo mal, lo bueno. Tanto es así que a estas alturas nos preguntamos mucho ¿Error, omisión o intención?
El chavismo es rechazado y tiene que ser así, después de tantas fallas a lo largo de más de dos décadas. La oposición MUD, Frente Amplio, es castigada sin haber ejercido gobierno a lo interno.
¿Quién es peor?
¿Hay o no una dictadura de cuatro sectores políticos, cuyos jefes tienen más de 30 años dirigiendo las organizaciones, sin oportunidad de debate serio y alternancia del poder?
Chavismo censura por vía de sus organismos, a la TV, radio, prensa escrita, etc. ¿No hace lo mismo la oposición a través de algunos «zares mediáticos»?
Por esto, es complicado hablar de «dictadura» sin incluir a todos los partícipes en ese fenómeno. Hay una suerte de cogobierno en esta anarquía nacional.
La cultura democrática nace desde la familia, desde el desempeño de las organizaciones sociales, políticas, entre otras.
Quizá para salir del chavismo, habrá también que impedir la continuidad de sus «rivales» (cualidad sobre la que muchas veces dudo) de la MUD y Frente amplio. Pudiera ser un juego arreglado, como el viejo truco de los organismos de seguridad, el policía bueno y el malo. Evidentemente, hay grandes excepciones dentro de la oposición.
Lo cierto es que no hay dictadura sin cómplices, todos en ejercicio y otros, en su accionar, permitiendo o no haciendo lo requerido. Hay quienes están en preparación.
Los venezolanos tenemos dos gobiernos y ninguno de los dos responde a las expectativas del ciudadano, de las condiciones que necesita un país para enfrentar el futuro.
Tenemos que acabar con la dictadura, donde quiera que ella se encuentre. Caiga quien caiga.
Ángel Monagas es abogado y comunicador.
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