Entre inmorales y cobardes, por Ángel Monagas

Muchos «líderes» en ejercicio de gobierno han criticado recientemente las deportaciones de venezolanos realizadas por la administración de Donald Trump, calificándolas de «secuestros» y denunciando violaciones a los derechos humanos .
Sin embargo, esta postura contrasta con la situación interna de esos países, donde quienes gobiernan mantiene a más miles de presos políticos, según informes de organizaciones de derechos humanos, llegando algunos a la osadía de arrebatarles la nacionalidad.
Luego de muchos procesos electorales, se ha registrado una escalada en la represión contra opositores y manifestantes. Las ONG reportaron que, desde entonces, muchas personas han sido detenidas, incluyendo a periodistas, activistas y ciudadanos que protestaban contra el gobierno .
Estas detenciones han sido calificadas como arbitrarias y violatorias de los derechos humanos por diversas organizaciones internacionales.
No excluimos a ningún país. El caso de Ecuador, donde hay un presidente afín con el Presidente Trump, sobresale entre los destacados por cometer actos contrarios al derecho bajo la excusa del peligro que representa ese «detenido».
Operaciones emblemáticas han sido implementadas por estos gobiernos tras las elecciones o fuera de ellas.
Han sido señaladas como una medida coercitiva que busca silenciar a la disidencia mediante arrestos masivos y persecución política . Estas operaciones han generado un clima de miedo e intimidación en los pueblos bajo esos mandatarios, exacerbando la crisis política y social en el país.
La aparente contradicción entre la denuncia de muchos de estos «líderes» sobre las deportaciones de latinoamericanos y la situación de los presos políticos, o víctimas de bandas criminales, han sido objeto de críticas tanto a nivel nacional como internacional.
El gobierno nicaragüense, cubano, venezolano, entre otros condenan las acciones de Estados Unidos, mientras continúa implementando políticas represivas contra sus propios ciudadanos, lo que evidencia una doble moral en su postura sobre los derechos humanos.
En México podemos afirmar que si no hay un narcoestado, por lo menos hay un gobierno tímido e ineficiente para combatir el poder de los grandes carteles contra periodistas, políticos y dirigentes que denuncian su presencia.
Caso venezolanos en Estados Unidos
No niego que ha habido excesos en la forma que se ha ejercido la autoridad para combatir la inmigración ilegal.
El asunto es que Donald Trump no está haciendo nada distinto a lo que anunció en campaña. Los venezolanos y en general la población no estaba acostumbrada a ver un hombre gobernante que hace honor a sus promesas electorales.
Muchos venezolanos llegaron a este país y no cambiaron su manera de pensar y de actuar. Biden y otros presidentes fueron débiles en eso.
Muchos pretenden que el país se adapte a ellos y no al revés.
Incluso muchos que ya tienen ciudadanía critican a los que llegaron «ilegales» y los acusan injustamente cuando ellos mismos llegaron cometiendo «dolo», pues en el chequeo en el aeropuerto cuando se les preguntó la razón de su viaje dijeron «negocios», «vacaciones», «salud» o «visita a un familiar», cuando en realidad ya venían con todo para solicitar «asilo», aún sin ser perseguidos realmente en el país de origen.
Otros falsearon documentos, tarjetas para «delivery» que muchas mafias venden o alquilan. Trabajaron sin tener el permiso y además a la hora de declarar «impuestos», falsean estados de cuenta.
Un alto porcentaje manejó sin licencia mucho tiempo. Otro lote vivió mucho tiempo en los llamados «contratos» donde sin ningún tipo de papeles recibieron un salario semanal muy atractivo. Conocí en una oportunidad a un matrimonio de jueces que con los hijos venían a trabajar recogiendo basura en las playas luego de los huracanes y solo tenían visa de turismo y una I-94 por seis (6) meses.
Algunos profesionales de la medicina o de la odontología ejercen ilegalmente, sin tener revalida ni autorización para ello.
Y llegó Trump terminando la fiesta. No nos gusta. Nos molestamos. Pero ¿Quién tiene la razón?.
En Venezuela muchos viven con o sin licencia, no pagan impuestos, no contratan seguros, entre otras irregularidades. Actuar así es normal en Colombia, Panamá, México, Chile, Perú, etc.
Decepción venezolana
Muchos venezolanos especialmente en las ciudades como el Doral, «Villa Dallas», Katy city, entre otras, creyeron el discurso de los republicanos y respaldaron a Donald Trump. Lo apoyaron en concentraciones, opinión, aunque la mayoría no votó por no ser ciudadanos.
Hoy se encuentran decepcionados y preguntan ¿Por qué los congresistas y senadores que se desgarraban por ellos no los han respaldado en defender el TPS por citar un aspecto?.
Trump lo extendió para los salvadoreños que tienen un «buen presidente» y a los venezolanos, inexplicablemente, lo eliminó. ¿Qué parte no entendimos?
La Alcaldesa del Doral Christi Fraga ha sido casi muda a la hora de defender o abogar por la permanencia del TPS, igual los concejos municipales.
Si han opinado a favor de la colonia venezolana pero de manera muy tímida, muy parca. Estoy seguro que de haber ganado un demócrata y hubiese hecho lo mismo, sería otra la postura que mostraran.
Lo mismo opino de los líderes opositores. Apenas una «exhortación», un llamado muy débil frente a Donald Trump.
Peor el caso del que representó el gobierno interino y sus aliados. Silencio sepulcral.
*Lea también: ¿Huntington tenía razón?, por Fabián Bosoer
El verdadero enemigo
Quién te mintió, quién te manipuló para lograr tu apoyo, tu voz, es el genuino enemigo.
El que quiere imponer orden y quiere defender a su país, no me agrada probablemente pero nunca mintió sobre lo que haría.
Hasta una famosa congresista te sigue manipulando cuando ofrece un ajuste de estatus a los venezolanos, cuando la postura presidencial es otra. ¿Por qué los siguen engañando?.
No puede reclamar derechos quien en su casa no los hace cumplir.
No puede ser defensor de Venezuela quien teme enfrentar a quién es injusto con el noble pueblo venezolano que en su gran mayoría solo ha aportado y contribuido al fortalecimiento de esta gran nación.
Se me acabó el papel…
Ángel Monagas es abogado y comunicador.