Entre la crítica y la acción, por Carlos Bracho
Twitter: @elcarlosbracho
Vivimos entre la ausencia de acciones enmarcadas en la incoherencia y es que como si de un mal chiste se tratara o de la obra con el desenlace más trágico existente, las improvisaciones están a la orden del día y se han convertido en la premisa de muchos que creen ser conocedores de todos los temas existentes.
No quiero hacer referencia sólo al tema político, ni referirme a un influencer en específico, ni mucho menos señalar a alguien, sería de hecho, soberbio e inadecuado de mi parte, esto se trata de la ausencia de valores dentro de una sociedad aislada del desarrollo que pretende ser la mejor sin tan siquiera abrir los ojos para mirar con claridad, ni mucho menos expandir el pensamiento para recibir una dosis liberadora de aprendizaje y aun así pretende emitir juicio de valor constante como si fuéramos dueños de la verdad absoluta.
Hoy por hoy, cuesta mucho que la predisposición esté ausente e incluso que los opinadores de oficio reconozcan sus errores reiterados, como solía suceder en años anteriores. La velocidad con la que se mueven estos días y la sed por cubrir las necesidades básicas con cantidades de dinero enormes, nos han llevado a una ruleta peligrosa, en la que solo importa el YO y él nosotros se convierte en un restante dentro de la ecuación, es decir, cada quien busca su beneficio sin importar quién o qué esté en medio.
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Los días por venir se ven grises, ausentes de unión y con un ritmo acelerado que solo nos puede llevar al cansancio, para fortuna de todos, los colores los tenemos en la mano y de nuestras acciones depende que cada área, pasatiempo, ciudad o espacio tenga un color que remueva la oscuridad; no sé si hasta ahora he sido lo suficientemente claro, pero para resumir este párrafo, de ti depende que por donde quiera que pases, la luz y el color sean ejemplo, si cada uno de nosotros toma las acciones necesarias para que los valores nuevamente prevalezcan, la predisposición desaparezca y las acciones positivas sean la norma, pues, nuestro país cambiará y el cambio con buena voluntad no hay NADA que lo detenga.
Carlos Bracho es periodista
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