Entre la ignorancia y la soberbia, por Carlos Bracho
Twitter: @elcarlosbracho
No es de extrañar que cierta terminología básica sea desconocida para quienes con falta de capacitación aspiran el poder. El populismo político se hace norma y abundan los protagonistas con ausencia de conocimiento; la competencia es ardua entre quienes aspiran a ser un candidato presidencial destacando la representación de millones de venezolanos que quieren cambio, el problema recae en la falta de preparación para tan solo poder garantizar un mensaje claro que genere la esperanza suficiente en los venezolanos, para lograr el mediano avance de un país en constante deterioro educativo y social.
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Palabras más o palabras menos, en estas últimas semanas hemos presenciado a un gran número de dirigentes que se pasean por los programas de opinión televisivos o radiales; y que para nuestra preocupación, con declaraciones carentes de realidad y que lejos de darnos claridad, nos demuestran con gran deterioro el pensamiento político arraigado que hoy reina entre quienes creen proponer algo distinto, nos hacen ver entrelíneas la prevalencia de la ausencia de un liderazgo fuerte y preparado.
Es una ligera línea entre la ignorancia y la soberbia, entre el populismo y el ego, entre la competencia y el resentimiento, entre el no saber y aparentar; en fin, una mala práctica constante y recurrente que consiste en subestimar el intelecto del venezolano y aun así pretender conquistar su apoyo.
Más allá de las tendencias y de las campañas destructivas de los distintos partidos políticos, entender lo grave que es esta situación puede llevarnos a la desesperanza e inacción, sin embargo, el venezolano entendió que el país se construye en colectivo, trabajando e ignorando al político que ofrece y no cumple.
Si bien es cierto todo recae en la política, también es cierto que el venezolano de hoy en día decidió salir adelante, buscar lo que le pertenece y construir país pese a las circunstancias adversas que le rodean, en el momento en que el liderazgo que quiere llegar a una instancia mayor entienda que el venezolano de hoy en día solo quiere vivir bien, servicios óptimos, seguridad, garantías de crecimiento y fortalecimiento de sus derechos el discurso carente de argumentos cambiará y la preparación será una obligación.
Carlos Bracho es periodista
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