ENTREVISTA | David Torres: «No puedo regresar a clases porque soy perseguido político»
David Torres es miembro de Vente Venezuela en el estado Mérida. Desde el 4 de agosto se encuentra bajo resguardo ante una posible orden de captura en su contra, luego de participar en la recolección de actas electorales en los comicios del 28 de julio
El pasado 30 de septiembre, los alumnos de segundo año de Medicina en la Universidad de los Andes (ULA) regresaron a clases, pero en los salones se nota la ausencia de un compañero: David Torres, quien no ha podido volver ni a las aulas ni a su casa, porque forma parte de los activistas políticos perseguidos después de la elección presidencial del 28 de julio.
En entrevista para TalCual, Torres expresó que en la semana previa a los comicios, notó la presencia de más vehículos que seguían su jornada habitual, en medio del activismo político a favor de la candidatura del abanderado de la oposición: «Ya eran carros particulares y distintos a los que nos seguían desde la elección Primaria«.
Los automóviles no eran de personas simpatizantes de la Plataforma Unitaria, sino que eran funcionarios de cuerpos policiales.
El día de los comicios, Torres ayudó a resguardar las actas que recibían los testigos de la coalición opositora en las mesas de votación. Comentó que en la medianoche del 29 de julio, mientras escuchaba el boletín pronunciado por el presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso, en su sala situacional tenían varias actas que apuntaban a la victoria de Edmundo González Urrutia en los centros, con una amplia ventaja sobre Nicolás Maduro.
«Habían sitios donde generalmente ganaba el chavismo y había gente haciendo fila y donde ganamos. No solo pude ver las actas sino además, mis amigos me hacían llegar los resultados», comentó.
Además de ser estudiante universitario, el entrevistado es miembro de Vente Venezuela, la organización de la líder opositora María Corina Machado. Fue una de las personas que participó en la campaña de la dirigente junto a Edmundo González Urrutia, el aspirante presidencial de la Plataforma Unitaria.
El 4 de agosto, recibió informaciones sobre la intención de que se dictara una orden de captura en su contra:
«Cuando me llegó esa información, quise verificarla de manera directa y me confirmaron que estaba en esa operación Tun-Tun que se llevó a mi amiga María Oropeza», explica Torres.
María Oropeza también milita en Vente Venezuela y el pasado mes de agosto, miembros de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) ingresaron en su vivienda y la arrestaron en el estado Portuguesa. Su detención quedó grabada en sus redes sociales.
David Torres no es el único universitario que se encuentra ausente en las aulas por la persecución política. Entre el 29 y el 30 de julio, cinco alumnos de la Universidad Central de Venezuela (UCV) fueron detenidos en el marco de las protestas en rechazo a la proclamación de Nicolás Maduro como ganador de las elecciones, por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE).
En la ULA, la casa de estudios de Torres, otra universitaria también se vio forzada a abandonar las aulas ante el temor por la crisis política y una posible acción en su contra. Se trata de Angélica Ángel, estudiante de Ciencias Políticas y miembro de la Federación de Estudiantes Universitarios por los Derechos Humanos (Fedehu).
La situación que enfrentan los estudiantes de Educación Superior, también la viven más de 100 adolescentes que fueron arrestados en el contexto de las protestas poselectorales. Para el mes de septiembre, al menos 58 seguían tras las rejas. De acuerdo con un trabajo gráfico realizado por TalCual, la cifra equivale a casi dos salones de clases.
Bajo resguardo, pero presionan a la familia
Tras la confirmación de que David también estaba siendo buscado, decidió irse de su hogar y desde entonces se encuentra «en resguardo», como él mismo lo expresó en una publicación de su cuenta en la red social X. A pesar de la decisión que tomó, comentó que funcionarios policiales han ido a su casa y continúan las presiones hacia su familia y vecinos para dar con su ubicación:
«Mi mamá dice que tiene miedo de que pase algo, que está asustada, que siguen preguntando por mí. Esta situación afecta a mis hermanos también».
El activista político expresa que tiene miedo de comunicarse por llamadas y mensajes de texto. Tampoco considera seguro regresar a su casa de estudios: «No hay garantías en las universidades, la policía entra como si nada en la ULA y en la UCV, donde también he podido estar hace unos meses».
Sobre su estatus académico, agradeció la colaboración de sus compañeros y del decano de la Facultad de Medicina. A pesar de que no puede presentar exámenes a distancia porque las normativas se lo impiden, la autoridad universitaria le permitió realizar un retiro de materias de manera extemporánea para no reprobar el año, aunque deberá iniciarlo desde cero.
«Ni siquiera se sabe cuándo yo pueda regresar. Si esto no se cambia de aquí a enero, no podré regresar a clases y tendré que irme. Nadie quiere irse, su sueño es graduarse aquí y hacer lo que le gusta. Eso me ha afectado mucho personalmente», asegura el entrevistado.
Dos meses después y en una ubicación desconocida, David Torres no se arrepiente de formar parte de las personas que ayudaron en la recolección de las actas que publicó la Plataforma Unitaria en un portal web y de las cuales, algunas fueron presentadas en la sesión de la Organización de Estados Americanos el pasado 2 de octubre por el Centro Carter.
«Yo estuve al frente del resguardo de actas en el municipio Campo Elías y estoy contento porque esas actas están fuera del país y están en poder del Centro Carter. Todo el mundo sabe lo que pasó el 28 de julio», agrega.
Con mucho énfasis, el activista exhorta a la comunidad internacional a que haga los esfuerzos posibles para garantizar la seguridad de su familia y de sus compañeros de la coalición de oposición: «No nos dejen solos, que cada persona tenga el respaldo».
Mientras tanto, sus días transcurren con la rutina de quedarse en varias casas para evitar que los cuerpos policiales lo encuentren. Durante su condición de incógnito trata de repasar las lecciones de Microbiología, Fisiología, Bioquímica, Epidemiología y Demografía.
Es incierta la fecha en que David Torres pueda volver a las clases, pero se mantiene optimista en que en el mejor de los casos, repetirá el año académico en enero. Espera no tener que salir del país: «Sé que es una posibilidad, pero no quisiera».
Por ahora sólo puede movilizarse con mucha discreción a otros hogares donde puede conectarse a internet y comunicarse con sus allegados, e incluso, para conceder esta entrevista.
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