Entrevista | Profranquicias se adapta a la crisis «capacitando mejor a los emprendedores»
Reducir la tasa de mortandad de las nuevas pequeñas y medianas empresas es primordial para Profranquicias, según explicó a TalCual su presidente, Ricardo Antequera. En una economía sin financiamiento bancario y bajo consumo, la sustentabilidad a largo plazo es más complicada
De recurrir a la venta de yuca frita como sustituto a las tradicionales papas fritas en 2018 y en locales vacíos, a lanzar promociones novedosas y amplitud de productos que han generado largas filas de clientes en 2023; McDonald’s ejemplifica el cambio de paradigmas que ha afrontado el sector de las franquicias en Venezuela en el último lustro.
No se trata del progreso nacional que ha tenido la gigantesca empresa de la «M» amarilla. Comercios como Burger King, Domino’s Pizza, Churromanía y muchos otros han tenido que adaptarse a un entorno económico complejo, mejorar su comprensión del mercado y labrar estrategias para impulsar sus ventas, convirtiéndose en un bastión para el comercio formal que intenta prevalecer pese a las condiciones adversas.
La ausencia del financiamiento bancario, una alta presión fiscal, el bajo consumo de una población con sueldos paupérrimos y la inseguridad jurídica propiciada por un marco regulatorio ineficiente condicionan, no solo a las franquicias, sino a toda iniciativa privada que opere en el mercado formal.
Las franquicias se ven condicionadas por los mismos problemas que llevaron al sector comercial a decrecer 5% en ventas durante 2023, según cifras del Consejo Nacional de Comercio y los Servicios (Consecomercio). El retroceso después de un 2022 de relativa mejora fue un revés para miles de empresas que tenían expectativas de crecimiento continuo.
En este contexto, las franquicias han tenido que apelar a la creatividad y hallar soluciones pensando «fuera de la caja» para sobrevivir y, en algunos casos, crecer. En este proceso, la capacitación ha tenido un papel fundamental y la Cámara Venezolana de Franquicias (Profranquicias) ha hecho un acompañamiento y hace esfuerzos por promover la formación académica de nuevos emprendedores.
Las nuevas estrategias y los enfoques novedosos se juntan con la penetración de la tecnología para encontrar un resquicio en la crisis. Con esta idea en mente, TalCual conversó con el presidente de Profranquicias, Ricardo Antequera, para indagar en esas propuestas académicas que persiguen como fin la creación de emprendimientos resilientes y prósperos.
—Ustedes proponen un modelo de capacitación y cursos de corte académico ¿Cuál es el plan de Profranquicias y cómo ha avanzado?
—Profranquicias es una institución que nunca ha abandonado su oferta académica, incluso en los peores años de la economía venezolana. Ahora estamos anunciando la 10º edición de formación en el programa de franquicias, en alianza con el IESA.
El programa está conceptualizado con tres entregas independientes que pueden convertirse en una sola si el interesado cursa los tres módulos. Al aprobarlos, podría tener el título de diplomado en gerencia de franquicias.
Está dirigido a personas interesadas en entender cómo se concibe el mundo de las franquicias, cómo se entiende, cómo se compara con otros modelos de economía asociativa, cómo se construye, planifica y estandariza; y cómo se escala el modelo de negocio para que esté listo para salir al mercado y ofrecerlo a posibles interesados.
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—Además del diplomado con el IESA ¿Hay otros programas de formación con Profranquicias?
—También estamos arrancando un programa de cooperación con la Universidad Monteávila, de manera remota. Apunta a educar y capacitar en el proceso de entender cómo funciona una franquicia desde la perspectiva estructural. Busca vincular la propiedad intelectual con el sistema de franquicias.
Queremos educar y enseñar para que nuestros estudiantes sean unas especies de cirujanos que puedan ir entendiendo cómo funciona una franquicia desde adentro, desde sus partes. Tenemos que hacer un ejercicio de reinvención para entender cuáles son esos componentes y, a partir de allí, poder capacitar mejor a esos emprendedores que quieran armar sus negocios para ayudar a que la tasa de mortandad de emprendimientos sea la más baja posible.
Tenemos también, formalmente, una colaboración con UPEL para hablar de sostenibilidad en los negocios y la responsabilidad social que deben trabajar en las empresas. No son caprichos y, más allá de la vocación social, son importantes porque son objetivos medibles y valorados por el ecosistema de financiamiento que podría privilegiar a una oferta sobre otra.
Tenemos un ciclo de conferencias que hemos llamado Media Talk con la red de plataformas de El Estímulo. Queremos abrir nuestros espacios para la conversación.
—¿Esa formación tiene contemplado un acompañamiento posterior para apoyar la salida al campo laboral o la conformación de emprendimientos?
—En la cámara hay un espacio para proveedores. Parte de la comunidad de empresas proveedoras son consultores en materia de franquicias y asesores en materia legal.
Los espacios de la cámara están siempre abiertos para poder recibir inquietudes y poder canalizarlas a través de la comunidad de afiliados que hacen vida como proveedores para poder dar acompañamiento de mejor nivel a ese posible emprendedor que tiene interés en vincularse a la comunidad de franquicias.
—Profranquicias ha hecho énfasis en la necesidad de innovar ¿Cómo se vinculan las franquicias con la aparición de empresas fintech que han dinamizado el comercio?
—Se ha estimulado el acercamiento entre las pequeñas y medianas empresas (pymes) con la tecnología. Por eso, la cámara mudó su sede a la principal aceleradora tecnológica del país, la Wave Tech Hub.
La intención primordial de esa mudanza es buscar acercar los proyectos incipientes de fintech a los modelos de negocio probados, pero en necesidad de revisión permanente, para revisar esa adaptabilidad, para que haya más y mejores encuentros entre emprendimientos vinculados a la tecnología y los modelos comerciales que son impactados positivamente.
Están trabajándose varias iniciativas de transformación digital y adaptación tecnológica, aprendiendo que la tecnología se va convirtiendo en un commodity que se hace más accesible a las pymes.
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Profranquicias surfea la crisis
Las franquicias han hecho malabares para mantenerse a flote en esta economía. La necesidad de formar a los emprendedores va de la mano con esta búsqueda de nuevos modelos de negocios, más dinámicos, que tengan una mejor capacidad para adecuarse al mercado.
Hasta ahora, el ejercicio ha sido empírico por parte de los comercios. Las promociones y ofertas implementadas responden a una necesidad de incrementar las ventas de cualquier forma posible, incluso si repercutía en la estructura de costos y la viabilidad del negocio.
Es por eso que las franquicias han tenido que adaptarse, pero sin abandonar las grandes líneas operativas que hacen funcionar el modelo. Antequera resalta el ejercicio de creatividad y flexibilidad que han tenido que aplicar los franquiciantes, segmentando incluso demográficamente a su clientela para adaptar sus ofertas de la mejor forma posible.
—El sector empresarial alertó que el bajo consumo era una de las principales causas de decrecimiento que sufrió la economía en 2023 ¿Cómo lidiaron las franquicias con este problema?
—El venezolano tiene una menor capacidad de consumo. La competencia es cada vez más ruda, pero por las razones que uno no quiere. Uno quiere una competencia amplia, no vemos esta competencia sobre la base de un decrecimiento de la actividad económica. Eso generó una proliferación de ofertas comerciales que no estaban atadas a una estructura de costos objetiva y lógica, sino a una presión por mantener activa la operación.
Yo decía que eso sería positivo en el corto plazo para el consumidor, pero que podía terminar afectando en el mediano y largo plazo porque podía suponer cierre de negocios y luego una corrección de la oferta al no ser sostenible.
¿Qué ha hecho el sector? Ha intentado ser muy creativo, pero siempre dentro de la premisa de sostenibilidad que apoya el modelo. Lo importante de la franquicia es que el modelo no es resultado del capricho de una persona que arma una propuesta comercial, sino que se supone que la formalización de un negocio como franquicia viene acompañado de un modelo de negocio que ha sido testeado y tiene capacidad de adaptación.
—¿Cómo ha sido el comportamiento en el interior del país, que padece incluso más problemas de consumo?
—Las ofertas han ido incluso adaptadas a las regiones. Algo que hemos aprendido los venezolanos es que el porcentaje de compra está distribuido de manera muy desigual, con un porcentaje altísimo concentrado en el centro del país.
Hemos visto con beneplácito —por la capacidad de adaptación—, pero también con preocupación, la aparición de ofertas y promociones que intenten apuntar a la capacidad real de consumo del ciudadano de esa zona del país donde esté ubicada una franquicia.
Es como una respuesta del compromiso que tiene el franquiciado con su red de franquiciante, el no negarse a revisar precios en función de que las realidades del país son diferentes.
—¿Profranquicias ha hecho algo para abordar esta situación?
—Una de las grandes preocupaciones que tenemos desde que asumimos la dirección de la cámara es nuestra oferta de franquicias y conocer la realidad del país, no solo viendo desde la pantalla, sino yendo a ver cuál es la realidad.
En eso se ha empeñado la comunidad de marcas que hacen vida dentro de la cámara, en propiciar muchos encuentros para conversar y poder entender mejor el país que tenemos, y tratar de adaptarnos.
Hay marcas con mucho interés en ocupar espacios en algunas zonas del país, pero en otras no tienen ningún interés.
No debería sorprenderle a nadie que haya un sector comercial que, ante la sobre oferta, esté más afectado que otro. En un mercado con mejor capacidad de consumo, podrían aguantar de mejor manera.
No todo depende de las franquicias
Durante la conversación, Antequera hizo énfasis en la capacidad que ha tenido el sector para adaptarse al contexto y el surgimiento de soluciones desde la empresa. Sin embargo, pese a que las empresas más competitivas pueden sobrevivir en este marco económico, los problemas estructurales no se han solucionado.
Si bien se ha generado un cambio de gestión de la política económica por parte del Gobierno, dando paso a una mayor libertad para que los privados operen, prevalece en el país un sistema que no favorece ni incentiva la inversión privada.
Por este motivo, el sector de las franquicias encontrará dificultades para prosperar si no se producen cambios en la política económica y en el marco regulatorio vigentes en el país. Al respecto, Antequera hace un repaso de las condiciones necesarias para impulsar esta y otras industrias.
—¿Qué aspectos normativos o regulatorios requieren las franquicias para mejorar su desempeño?
—En el campo legislativo hay muchos pendientes asociados a buena parte del sector asociado al impulso del comercio. Necesitamos un marco normativo más acorde con estándares internacionales.
Requerimos de actualización en materia de competencia, de incentivos en materia financiera que puedan venir desde el Ejecutivo y el Legislativo, adecuación de normas de propiedad intelectual, la mejora en el acceso a la justicia a la hora de solucionar controversias y, por supuesto, una adaptación que estimule a las pymes. Sin eso es muy complicado que haya crecimiento.
Toda aquella reforma que, de manera integral, busque incentivar el desarrollo de la pequeña y mediana empresa, va a ser respaldada por el sector de las franquicias. Todos necesitamos la recuperación de la confianza en Venezuela como un mercado apto para la inversión nacional y extranjera.
—Ha mencionado en varias entrevistas la necesidad de que franquicias internacionales se instalen en Venezuela ¿Qué debe ocurrir para que ese proceso termine de concretarse?
—Hay una condición general, que es la confianza, tanto en capital nacional como el extranjero. Las marcas vuelven en la medida en la que encuentren un interlocutor válido en el país para replicar el sistema.
También, la recuperación de mecanismos de incentivos que dinamicen la inversión. Que tengamos un sistema donde el financiamiento de unos pocos a un costo tan alto, donde la carga tributaria sea tan pesada y la capacidad de consumo sea baja y limitada, son condiciones que alejan a la inversión formal al que pertenece el sector franquicias.
—¿Cuáles son las áreas en las que podría explotarse de mejor manera el modelo de franquicias con las condiciones actuales?
—Educación. La coincidencia que hay de manera trasversal de la necesidad de levantar los índices e indicadores de calidad de la educación, de la capacitación que se está recibiendo.
Adicionalmente, la evolución de la oferta académica a nivel internacional hace que haya un sinfín de carreras que para personas de mi generación eran impensables. Hoy vemos con mucha alegría esa diversificación.
El pensar más allá de una profesión tradicional y que haya también oficios de distinta naturaleza y características, nos hace pensar que, junto a la oferta tecnológica y nuestra necesidad de adecuar nuestra industria tecnológica, son rubros que deberían estar más favorecidos en la medida en que tengamos unas condiciones generales para recibir más y mejores modelos de negocio que quieran hacer vida en el país.