Escasez atiza malestar social
Autor: Saraí Coscojuela
El 31 de julio de 2015, San Félix (estado Bolívar) amaneció conmocionada por una protesta por la falta de unidades de transporte público lo que dejó un saldo de un fallecido por arma de fuego, 80 personas detenidas y más de cuatro comercios saqueados.
Los negocios saqueados no solo eran de alimentos, sino también de juguetes, ropa, línea blanca y hasta confitería. Un camión que transportaba cereales también fue víctima de estos hechos.
Para el coordinador del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, Marco Antonio Ponce, con este hecho registrado en el estado Bolívar fue que la gente y la opinión pública notaron los saqueos.
Aunque Ponce explica que siempre el primer mes del año ha sido el más «flojo» en cuanto a protestas, esto cambió el año pasado pues hubo 147 manifestaciones por la escasez de alimentos y medicinas. Además durante ese primer semestre del año, el OVCS registró 56 saqueos y 76 intentos de saqueos.
«En un principio solo se registraban intentos de saqueos, luego eso cambió a saqueos e intentos y el Gobierno nacional inició un proceso de militarización de esos comercios y mercados para que tomara control de la situación y entonces ocurre algo interesante, y es que después de esta medida empezaron los saqueos a los camiones», explica el investigador.
Ponce indica que se ha vuelto más común esta situación con el sistema de transporte y la gente lo ve como más fácil, porque con los saqueos se mezclan dos cosas «uno, la desesperación de la gente y dos, la impunidad frente a los hechos de violencia. La gente sabe que si entraban a saquear un supermercado no pasaba más de allí, por eso hemos sido muy firmes al decir que la gente comete esos delitos, porque existen altos niveles de impunidad».
Sobre esto también concuerda la psicóloga social, Yorelis Acosta, quien explica que el saqueo se da, no solo por escasez, sino por factores institucionales, «son muy débiles que no castigan, no ponen límites a ese tipo de comportamiento colectivo».
Agrega que es difícil que cuando ocurren estos eventos, los cuerpos de seguridad se lleven a «toda la poblada, pero además no ha habido ningún tipo de consecuencia para que esto no ocurra. Todos los entes de poder se mantienen al margen de situaciones como esa».
UNA SITUACIÓN CUASI NORMAL
La psicóloga explica también que los saqueos se podrían convertir en un modos operandi cuasi normal, «porque sabemos de personas que están en las carreteras, por ejemplo, preparadas para saquear alguna gandola o ponen obstáculos para que la gente se pare y entonces toman un camión que tenga comida, que tenga carne. Incluso sabemos de camiones de reses que se voltean y la gente llega las mata, las acomoda y se las lleva».
Aunque desde el OVCS se indique que todo esto es producto de la desesperación de los ciudadanos por no encontrar comida o por las largas colas, Acosta agrega que también se debe a la distorsión del comportamiento social, «porque no hay sanción y en algunos sectores puede verse cuasi normal.
Entonces no es solamente la desesperación, sino que hemos ido flexibilizando la moral, la gente comete conductas delictivas y son bien vistas por el grueso de la sociedad, los entes de seguridad se mantienen al margen y entonces se estimula más este tipo de comportamiento».
A juicio del investigador Marco Antonio Ponce, el haber registrado 278 saqueos e intentos de saqueos demuestran la «grave crisis y la grave situación que está viviendo el paísa consecuencia del mal manejo de los recursos y de políticas económicas ineficientes».
Indica además que las medicinas también entran en la lista de los saqueos, pues en 2015 se presentaron estos hecho en diferentes cadenas de farmacias «y nos preocupa que es una situación que se ha venido agudizando con el pasar de los meses».
Ponce insiste en que hay diversos factores que inciden en los saqueos, entre ellos la desesperación «la falta de respuestas por parte de las autoridades y porque las personas saben que la impunidad los ampara».
Por tal razón, en el informe anual del Observatorio de Conflictividad Social estiman que la situación de 2016 será volátil «en vista de que las fallas estructurales a nivel de políticas públicas se van profundizando y no se están implementando los correctivos. Si no se activa el aparato productivo, dependemos más de la importación y al no haber divisas, se agudiza la escasez».
SE PIERDE LA PACIENCIA
Ponce asegura que el venezolano está perdiendo la paciencia por las largas colaspara comprar productos o por simplemente no conseguirlos.
La psicóloga social, Yorelis Acosta, también concuerda en que los ciudadanos se irritan por no conseguir lo que están buscando y que además eso merma en su calidad de vida.
En 2015 hubo casos emblemáticos de saqueos como el que se dio en Barrancas del Orinoco, en el estado Monagas.
Extraoficialmente se conoce que la gente esperaba entrar al Mercal para poder comprar productos regulados, sin embargo se enfurecieron al ver que entraban y salían camiones sin que se vendieran los productos.
En ese lugar tumbaron el portón del comercio y 12 personas fueron detenidas, pero no hubo pronunciamiento oficial.
En agosto de 2015 los habitantes de La Guajira venezolana, ingresaron a la Alcaldía de Sinamaica como protesta por la escasez y racionamiento de alimentos. Los manifestantes quemaron parte de la sede del gobierno municipal, incluyendo cuadros de Hugo Chávez y del presidente Nicolás Maduro.
Otro caso de «cansancio» se dio en Margarita, cuando Mercal hizo una jornada de venta de productos regulados en una cancha, pero no querían vender sin la presencia de la Guardia Nacional.
Según reseñó el diario, El Sol de Margarita, las personas cansadas de esperar se apoderaron de los combos de comida que incluían una bolsa de leche, una de arroz, un paquete de pasta y una botella de aceite.
Las redes sociales, como YouTube y Twitter, se han convertido en el medio para informar sobre estas situaciones tanto en mercados como en la carretera, donde han saqueado para apropiarse desde pollo y reses hasta cerveza.
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