Escasez de agua salada en el mar de la felicidad, por Eduardo López Sandoval

Es una opinión, no una noticia.
Pero dadas las características de estos gobiernos comunistas bolivarianos hasta esto parece posible: que falte el agua en la franja del Mar Caribe entre Cuba y Venezuela, y Nicaragua.
Parece posible. Si en Cuba ya no producen el azúcar que consume la propia Isla, como Venezuela no produce el maíz para hacer las arepas de cada día, ni su arroz, café, azúcar, aceite, carnes y pare usted de contar… ¿Qué decir de la producción de gasolina y gas doméstico? Por el camino que vamos…
En las dos semanas precedentes tuvimos la oportunidad de reseñar el trato que le dio la Gobernadora del Estado petrolero de Monagas a la escasez de gas. Reiteramos: “La generalidad de los venezolanos estamos entecados; los enchufados no, están gordos. Todo este disgregado introito es para referirnos a la gobernadora chavista del Estado Monagas, que no es una entecada.
Con los cachetes suficientes, –como los de un mato pollero decimos en el Llano Colombovenezolano–, que denotan que no le ha faltado una de las tres papas diarias en los últimos 20 años, que no ha hecho nunca una cola para comprar nada. Nunca nada. Que nunca ha padecido una caja CLAP. La no entecada funcionaria declara, rodeada de un rollo de kilómetros de cables de televisoras y de aparaticos sin cable, que los periodistas acercan a su boca como seguros de que de su lengua saldrá la solución de una bombona de gas para todos y cada uno de los monaguenses no enchufados, pero los desilusiona. Yelitze Santaella declaro con desfachatez, palabras más, palabras menos:
-La razón por la cual no les llega el gas al pueeeblo, es por culpa del bloqueo del imperio que no permite que los barcos que traen el gas para Venezuela puedan llegar a nuestros pueeertos.” Fin de la cita
La escasez de gas doméstico es culpa del bloqueo económico que no permite que los barcos cargados de bombonas de gas atraquen en los puertos venezolanos; su lenguaje gestual conferenciaba de un Donald Trump que con espada en la mano derecha asalta al buque escuela Simón Bolívar, que cargado de bombonitas de gas viene desde quién sabe dónde, -vamos a decir que pareciera que nos dice la cachetona que las bombonitas de gas son de una donación que nos hace Nicaragua. El malvado Trump con su parche en el ojo, tal conocido pirata hablistán, con ganzúa de acero en su mano izquierda, somete a los tripulantes de la embarcación venezolana que son unos viejitos que pertenecen a la noble Milicia Bolivariana. El asaltante Trump, sin piedad, corta los arrugados cuellos de todos los viejitos que osan oponer resistencia -para defender la patria- y en la más cruel e inhumana acción abre la llave de todas las bombonitas, y el gas se esparce en el Mar Caribe. Esto se “oyó” del hablar gestual del Gobernadora.
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La semana siguiente, ante la supina, horizontal, crasa -y larga como una cuadra llanera-, ignorancia de la gobernante, publicamos esclarecedora opinión de nuestro viejo amigo viejo, el profesor de Historia de Venezuela Ramonote Mandefuá, que fue de este tenor:
El profesor como siempre apurado con alguna actividad con los muchachos –y unos que no los son tanto-, del posgrado de Historia de Venezuela, amenaza con despedirse…
-Toro Hardy dice que la vista satelital nocturna del hemisferio revela que los lugares más iluminados del continente americano son Nueva York y los pozos petroleros de Monagas por la quema de gas natural, ese el mismo gas que usamos para cocinar, es el Gas Doméstico, al que no se le hace ningún tratamiento porque no lo requiere, por eso es natural…
Ahora sí se despide a la carrera:
-¡Lo busco en Google, -el mapa satelital-, y te lo envío!
Efectivamente el viejo amigo viejo me envió la imagen satelital que emperifolla el presente escrito, con el siguiente comentario: “No encontré el mapa de América, donde según Toro Hardy se ve a Nueva York y los campos petroleros de Monagas como los lugares más iluminados del Continente, pero me encontré con este de Venezuela, en éste se ve que el gas que se quema en Monagas se muestra más iluminado que las más grandes ciudades, Caracas, Maracay, Valencia, San Juan de los Morros, Valle de la Pascua, o la Villa de Todos los Santos de Calabozo…”
Fin de la reiterada cita.
Que la funcionaria gobernadora no sepa que el gas doméstico que usa para cocinar es natural, que no requiere ningún tratamiento, y que en el subsuelo del lugar donde están sus asentaderas seguro está el gas suficiente para cocinar el mundo, es razón para escribir otro artículo que hable de la necesidad de la mentira para mantenerse en el Poder, la Demagogia. En ese futuro escrito hablaremos del Demagogo y del “Demagogizado”, el uno es el emisor de la mentira y el pueblo chavista creyente es el receptor, que como una poción de droga la necesita después de 60 años de sometimiento demagógico.
Pero el tema de hoy es la escasez de agua. Calabozo es una ciudad colonial que padece este chavismo bolivariano en la orilla izquierda del río Guárico. Durante el gobierno de la antepenúltima dictadura, la de Pérez Jiménez, se le construyó una represa con la que en teoría el abastecimiento de aguas blancas no debería ser problema. Los gobiernos municipal, regional, y nacional, por supuesto, han sido rojos rojitos, un solo gobierno por veinte años.
En el mapa satelital que adorna esta crónica podemos ver la extensión de esta laguna artificial, sólo superada por la represa Raúl Leoni, del Caroní; obsérvese que la represa que surte de agua a Caracas, la de Camatagua, ni siquiera se ve en el mapa. Quizás esto fue lo que hizo decir al respecto el profesor de Historia de Venezuela, Ramonote Mandefuá, que:
-La represa de Calabozo, que Generoso Campilongo se llama, no se te olvide poner eso, está diseñada para riego, para uso agrícola, pero si se dedicara para solo uso doméstico, podría abastecer de agua a la población de toda Venezuela…, e increíblemente no hay agua en las tuberías de Calabozo…
El jubilado dijo, y rematamos nosotros: Así como no hay gas y gasolina en Venezuela,…ni Gobierno ni Oposición…