• Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • Alianzas
    • Alianza Rebelde Investiga
    • #LaHoradeVenezuela
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Nuestra historia
    • Editoriales
    • Teodoro
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • Alianzas
    • Alianza Rebelde Investiga
    • #LaHoradeVenezuela
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Nuestra historia
    • Editoriales
    • Teodoro

Escribir crónicas en revolución, por Tulio Ramírez



0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
Orianny Granado | marzo 19, 2018

Autor: Tulio Ramírez | @tulioramitrezc

La ausencia de lo diferente es la mayor tragedia que puede tener un cronista que intenta contar la cotidianidad de una ciudad. Cuando la monotonía y la tristeza se apoderan de los espacios que antes eran vistosos, alegres, diversos y creativos, el cronista se reduce a solo un redactor de esquelas aburridas, escritas bajo el temor de molestar a un poder que castiga lo no alineado, o bajo el temor de molestar a una ciudadanía que no quiere que se muestren sus miserias. Esto explica por qué, paulatinamente, ha ido desapareciendo este género de la prensa nacional. En sociedades que atraviesan una gran tragedia, el fino humor siempre presente en estas crónicas, puede herir susceptibilidades por parecer una patética frivolidad, nada acorde con los tiempos de angustia, tristeza y rabia colectiva por la situación vivida.

Recuerdo que durante los años de la democracia era muy común observar en los diarios, espacios destinados a las crónicas. Había crónicas sociales, de cotilleo donde se escrutaba la vida y obra de los políticos y famosos, así como las intimidades de los grandes eventos deportivos, artísticos y culturales, en otros casos se hacían aproximaciones sociológicas a la vida cotidiana. En tales entregas, los periodistas tendían a darle visibilidad a lo pintoresco, lo diferente y a todo aquello que nos ha hecho vistosos como pueblo. En fin, estas crónicas aligeraban en los lectores la carga de malas noticias presentes en el resto de las páginas, además de reflejar, cual espejos cóncavos, una imagen un tanto graciosa y refrescante de nosotros mismos.

Ya no somos esa Venezuela. La revolución se encargó de destruirla. De país alegre que sacaba un chiste de cualquier tragedia, nos han convertido en gente triste y circunspecta, que prefiere no llamar a un amigo para felicitarlo por su cumpleaños, por no tener nada que regalarle; o en gente que prefiere “pasar agachao”, en caso de estar cumpliendo años, por no tener nada que compartir con sus amigos.

En escenarios como ese, publicar crónicas graciosas equivale a echar chistes de suicidas en el velorio de un ahorcado. Hoy en día hacer este tipo de periodismo es como caminar por un sendero minado. Un mal paso y boom, si no te despelleja el gobierno por revelar “asuntos de Estado”, te despellejan los que se siente ofendidos por tanta “insensibilidad” del escribidor.

Imaginemos que alguno de los pocos diarios independientes dedicara alguna columna a la Caracas nocturna. ¿De qué escribiría el periodista?, ¿de la soledad en las calles de la ciudad?; ¿de familias enteras escarbando en la basura buscando sobras para alimentarse?, ¿de la cantidad de asesinados bajo el amparo de la impunidad y la ineficiencia policial?, ¿de la prostitución infantil?. De crónica se convertiría en una columna de sucesos, más apropiada para la última página y no para las destinadas a las historietas y el crucigrama.

La otra alternativa es reseñar con lujo de detalles lo que pasa en la high society revolucionaria y socialista. ¿Se sentirá algún periodista agradado por hacer las crónicas de las fastuosas fiestas de los enchufados del gobierno?, ¿de los bacanales en Yates de más de un millón de dólares atracados en los más costosos clubes de Higuerote o Tucacas?, ¿de los viajes a Aruba en avionetas oficiales para hacer el mercado de la semana?, ¿de las despedidas de soltero con whisky 18 años, caviar, champagne y las más cotizadas “acompañantes” de la ciudad capital?. Pues hay que tener estómago para hacerlo. Por eso las crónicas sociales desaparecieron, no por falta de material, sino por exceso de dignidad.

Cintillo Telegram Notas

Post Views: 3.635
FacebookTwitterWhatsAppTelegramEmail
0
Comparte
  • Compartir en Facebook
  • Tuitealo

CaracasOpiniónRevoluciónTulio Ramírez


  • Noticias relacionadas

    • Inteligencia artificial para gobernar bien, por Marino J. González R.
      noviembre 27, 2025
    • Ese falso antagonismo que ves, por Luis Ernesto Aparicio M.
      noviembre 27, 2025
    • El síndrome del incentivo perdido: la renuncia a la plenitud, por Rafael A. Sanabria M.
      noviembre 27, 2025
    • Esperanza en el abismo, por Fernando Luis Egaña
      noviembre 27, 2025
    • Las claves de la victoria del “No” en Ecuador, por María Villarreal y Leonardo Magalhães
      noviembre 27, 2025

  • Noticias recientes

    • Maduro echa mano de cifras sin respaldo y llama a estar "preparados" ante un ataque
    • Padrino López: "Estamos listos y dispuestos a dar respuesta a cualquier agresión"
    • Francia alerta sobre viajes a Venezuela y pide posponerlos debido a "riesgo extremo"
    • Alertan sobre condición de salud de presa política Dilia Castillo: Su vida está en riesgo
    • Justicia española envía a prisión a exministro José Luis Ábalos, cercano a Pedro Sánchez

También te puede interesar

De la distopía orwelliana al socialfascismo-bolivariano, por José Rafael López P.
noviembre 26, 2025
Olímpico internacionalismo proletario, por Jesús Elorza
noviembre 26, 2025
Del parche a la prevención: alinear el desarrollo para evitar el próximo desastre
noviembre 26, 2025
¿Normal o necesario? La vida cotidiana bajo autoritarismo, por Rafael Uzcátegui
noviembre 26, 2025
  • Portal venezolano fundado por Teodoro Petkoff, comprometido con la verdad, ejerciendo la libertad de expresión. 25 años ofreciendo actualidad informativa, reportajes, investigaciones, análisis y opinión. Un producto de Editorial La Mosca Analfabeta.

  • Contacto: [email protected]

    Síguenos
  • Noticias

    • Maduro echa mano de cifras sin respaldo y llama a estar...
      noviembre 27, 2025
    • Padrino López: "Estamos listos y dispuestos a dar respuesta...
      noviembre 27, 2025
    • Francia alerta sobre viajes a Venezuela y pide posponerlos...
      noviembre 27, 2025

  • A Fondo

    • Comedores populares resisten frente al hambre persistente...
      noviembre 25, 2025
    • Comando para la Defensa Integral: otra estructura para...
      noviembre 24, 2025
    • "EEUU aumenta presión y la única conversación que quiere...
      noviembre 22, 2025

  • Opinión

    • Inteligencia artificial para gobernar bien, por Marino...
      noviembre 27, 2025
    • Ese falso antagonismo que ves, por Luis Ernesto Aparicio...
      noviembre 27, 2025
    • El síndrome del incentivo perdido: la renuncia a la plenitud,...
      noviembre 27, 2025


Diseñado y Desarrollado por Binaural
  • Noticias
  • A Fondo
  • Lo Nuestro
  • Opinión
  • Migrantes
  • Regiones
  • EEUU
  • Alianzas
    • Alianza Rebelde Investiga
    • #LaHoradeVenezuela
  • Videos
    • Multimedia
    • La República que Tortura
      • Documental en Youtube
  • Nosotros
    • Principios editoriales
    • Manual de estilo
    • Nuestra historia
    • Editoriales
    • Teodoro
Presione enter para comenzar su búsqueda