EsPaja | ¿Exinvestigador de Pfizer dijo que es tarde para salvar a vacunados contra la covid-19?
Michael Yeadon es un científico británico de 60 años de edad. Trabajó en Pfizer como director científico del área de investigación sobre alergias y respiración de 1995 a 2006. A pesar de su trayectoria profesional, Yeadon ha ganado fama por su postura anti-vacunas. Las afirmaciones del científico británico sobre la pandemia y las vacunas han sido desmentidas por diversas páginas de verificación
Texto: Valentina Gil
Según un mensaje que circula en WhatsApp, el doctor Mike Yeadon,»exvicepresidente de la farmacéutica Pfizer», aseguró que las personas que han sido inyectadas con cualquier vacuna contra el covid-19 morirán. «Inmediatamente después de recibir la primera inyección, alrededor del 0,8% de las personas mueren en dos semanas. Los supervivientes tienen una esperanza de vida de 2 años de media, pero ésta disminuye con cada inyección de refuerzo», dice la cadena.
Michael Yeadon es un científico británico de 60 años de edad. Trabajó en Pfizer como director científico del área de investigación sobre alergias y respiración de 1995 a 2006. Más tarde, cuando salió de la empresa en 2011, cofundó una compañía de biotecnología que la farmacéutica suiza Novartis compró por 325 millones de dólares.
En una entrevista publicada en la prestigiosa revista científica Nature se indica que Yeadon fue el jefe del departamento de biología respiratoria en Pfizer y no el vicepresidente de la farmacéutica. Además, de acuerdo con la investigación del portal de verificación Newtral, Yeadon no aparece en el equipo de “líderes” ejecutivos ni tampoco como el vicepresidente de Pfizer en los informes anuales de la farmacéutica publicados en el 2010, 2009 y 2008.
El mensaje incluye un hipervínculo de la página LifeSite News, donde fue publicada la entrevista con Mike Yeadon. En el texto no aparece la frase sobre «las muertes prematuras» que sufrirán las personas vacunadas. Sin embargo, en el artículo sí está presente la afirmación de Yeadon acerca del uso de las vacunas para la «despoblación masiva», la cual también también es mencionada en la cadena de WhatsApp, sin embargo, no hay reporte de que Yeadon haya declarado que 0,8% de las personas vacunadas contra la covid-19 morirán en dos semanas.
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A pesar de su trayectoria profesional, Yeadon ha ganado fama por su postura anti-vacunas. Las afirmaciones del científico británico sobre la pandemia y las vacunas han sido desmentidas por diversas páginas de verificación. El pasado 1º de diciembre, Yeadon y Wolfgang Wodarg, un médico y parlamentario alemán que también ha difundido desinformaciones sobre el coronavirus, enviaron a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) una petición para que no aprueben las vacunas contra la covid-19, por supuestos problemas de salud relacionados con la vacunación.
En el documento se menciona a la sincitina-1, una proteína que contribuye en el proceso de formación de la placenta. Ambos científicos sugirieron que los anticuerpos contra la proteína espiga (S) del nuevo coronavirus, inducidos por la vacuna, podrían también atacar a la sincitina-1, lo que afectaría a la fertilidad de la persona. Hoy en día, sabemos que la aplicación de la vacuna no es un impedimento para concebir, pues la sincitina-1 y la proteína espiga del SARS-CoV-2 no son homólogas.
Igualmente, Michael Yeadon es el autor de otras frases controversiales, como que la pandemia ya había terminado, que ya a principios de 2020 el 30% de la población británica eran inmunes al SARS-CoV-2, que los «pasaportes de vacunación» son un mecanismo de control totalitario y que las nuevas variantes del virus son una forma de coaccionar a la gente “para que se vacune”. Todas estas afirmaciones carecen de sustento científico.
Si bien algunas personas han fallecido luego de ser vacunadas, no hay una relación directa entre las vacunas y sus muertes. La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) confirmó que los efectos secundarios notificados con más frecuencia, que generalmente duraron varios días, fueron dolor en el lugar de la inyección, cansancio, dolor de cabeza, dolor muscular, escalofríos, dolor en las articulaciones y fiebre