¿Esperando el momento?, por Félix Arellano
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El mundo está enfrentando una diversidad de conflictos armados, varios de ellos sin mayor seguimiento de la comunidad internacional y, en algunos casos sensibles, pareciera que la parte agresora se encuentra a la espera del momento adecuado para lanzar el zarpazo, con consecuencias impredecibles para el atacado, su vecindario y, en la medida que la escalada del conflicto se incremente, puede implicar consecuencias globales. En este contexto destacan casos potenciales como Corea del Norte, China, Rusia e incluso Irán.
En efecto, actualmente se registran en el mundo un número significativo de conflictos armados y cualquiera de ellos podría escalar con consecuencias globales impredecibles; al respecto, la Academia de Derecho Internacional Humanitario y Derechos Humanos de Ginebra (Academia de Ginebra), presenta un inventario que contempla: en Oriente Medio y Norte de África unos 45 conflictos armados; en el resto de África 35 conflictos, en Asia 21, en Europa siete y en América Latina tres conflictos armados internos.
Como se puede apreciar nos encontramos en un mundo cargado de tensiones peligrosas y, adicionalmente, enfrentando otras amenazas como: las debilidades de la globalización económica, el deterioro progresivo del ecosistema y cualquier cisne negro que puede sorprendernos, como ocurrió con la pandemia del covid-19. Un mundo en policrisis, marcado por una gran incertidumbre.
En el marco de la diversidad de conflictos algunos generan particular preocupación en la comunidad internacional. Al respecto, Corea del Norte con su programa nuclear mantiene una permanente amenaza contra su histórico rival Corea del Sur, e incluso parte del vecindario. China tiene varios focos abiertos, pero Taiwán se presenta como el más grave.
Por otra parte, Rusia que lleva un tiempo desarrollando una política expansionista y terrofaga (Georgia, Crimea, Ucrania), ha amenazado otros países vecinos como Moldavia y Finlandia. No podemos dejar de mencionar a Irán, que ha conformado una red de grupos violentos que define como el “Eje de la Resistencia”, que amenazan la paz en el medio oriente con implicaciones mundiales.
Corea del Norte sigue avanzando en su programa nuclear y ha intensificado la actitud agresiva frente a su vecino del sur y otros países de la zona como Japón; pero en el fondo su enfrentamiento es contra occidente y los valores liberales. Actualmente se siente más empoderado, gracias a la reciente alianza militar con Rusia y está incrementando su hostigamiento a Corea del Sur. En ese contexto, podríamos pensar que está esperando un momento favorable para lanzar un ataque contra su vecino con el que mantiene un enfrentamiento histórico.
El aislamiento de la dictadura totalitaria de Corea del Norte se ha incrementado en el tiempo, en buena medida por las sanciones adoptadas en el marco del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En ese contexto, el gobierno chino se ha convertido en su tabla de salvación, particularmente en el ámbito económico. Pero China no acepta el irresponsable manejo de las pruebas nucleares de Corea del Norte y, en consecuencia, no ha vetado las sanciones del Consejo de Seguridad. Ahora, el dictador norcoreano se está inclinando por una vinculación más estrecha con Vladimir Putin, pues comparten la línea de una mayor agresividad frente a occidente.
En el caso de China, un actor complejo en el escenario internacional, que ha logrado avanzar desde las hambrunas de Mao Zedong a convertirse, gracias a la estrategia de Deng Xiaoping, en una potencia mundial, promoviendo por varios años una postura de bajo perfil y hábil convivencia con occidente, en estos momentos se encuentra en un cambio de políticas bajo el liderazgo de Xi Jinping, quien está concentrando todo el poder y desarrollando una postura más agresiva en el escenario internacional.
Actualmente China tiene varios focos de conflicto en sus fronteras y, en algunos de ellos, se han presentado choques militares, es el caso, con India en la zona de Cachemira.
Otro escenario se presenta en el llamado Mar del sur de China, donde se enfrenta con el resto de países ribereños: Brunei, Camboya, Filipinas, Malasia, Singapur, Tailandia, Taiwán y Vietnam. En el caso específico de Filipinas, que logró una sentencia favorable de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), recientemente se ha presentado una escaramuza militar.
Pero todo indica que China concentra su mayor atención en su conflicto para retomar Taiwán, rechazando el principio de la autodeterminación de los pueblos. El hostigamiento y la campaña internacional contra la isla se ha incrementado, los ejercicios militares frente a Taiwán se intensifican y todo pareciera indicar que China está esperando la mejor coyuntura, más temprano que tarde, para el ataque contundente a la isla.
Una decisión difícil para China toda vez que Estados Unidos mantiene un Tratado de Defensa Mutua con Taiwán, suscrito en 1955 y, para fortalecer su relación y compromisos de seguridad con la isla, que China define como “rebelde”, ha adoptado una legislación nacional denominada Ley de Relaciones con Taiwán de 1979.
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El gobierno chino ha destacado su posición de honor frente a Taiwán, en consecuencia, debería estar esperando el momento adecuado. China pareciera esperar un mayor debilitamiento de occidente, en ese sentido, un nuevo gobierno en los Estados Unidos, más crítico a China y más disruptivo en el escenario internacional, que abra varios frentes de tensión en el contexto internacional, con una narrativa de cuestionamiento del orden internacional liberal, que conlleve fragmentación de occidente, incluyendo a la OTAN, pudiera representar el escenario adecuado para desplegar el ataque.
Por otra parte, el gobierno islámico de Irán, desde que asumió el poder en 1979, ha iniciado una agresiva política de enfrentamiento contra occidente y los valores liberales; en tal sentido, ha conformado una red de grupos, definido como “Eje de la Resistencia”, que buscan alterar la paz y la seguridad en el medio oriente, es el caso de Hezbolá en Líbano, Hamas en Palestina, las milicias chiitas en Irak y los Huties en el Yemen.
Ante la agresividad de tales grupos, que han sido calificados como terroristas, el gobierno de Netanyahu en Israel, caracterizado por un talante agresivo, como se ha podido apreciar en Gaza, se prepara para realizar un ataque contundente al Hezbolá en el Líbano, que está desarrollando una ofensiva contra Israel. Pero no debemos olvidar que detrás del grupo se encuentra Irán, que advirtió: «todos los miembros del eje de la resistencia podrían movilizarse, si Israel lanza una ofensiva a gran escala contra el movimiento Hezbolá en el Líbano» (29/06/2024).
Dado el papel de Estados Unidos en la conformación del orden internacional liberal y su liderazgo internacional, no resulta exagerado pensar que las próximas elecciones presidenciales en ese país, constituye un factor clave en las decisiones de los gobiernos autoritarios para desarrollar sus estrategias más agresivas.
Félix Arellano es internacionalista y Doctor en Ciencias Políticas-UCV.
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