Estimado Señor Zapatero, por Gabriela del Mar Ramírez
Me permito escribirle esta carta para apoyarle en el desempeño cabal que le ha sido encomendado por los ocupantes del Palacio de Miraflores de Venezuela. Animada por la entrevista que usted le concedió al Diario El Clarín decidí contribuir con algunas notas que quizá le ayuden a complementar lo que parece ser una visión parcial de la situación que atraviesa nuestro amado país.
Cuando digo amado le aseguro que no es un recurso discursivo para embellecer el texto. Los venezolanos amamos tanto a nuestro país que históricamente nuestra migración se ha reducido casi a cero pero últimamente las difíciles circunstancias que atravesamos expulsa cada día un compatriota que perfora la frontera para buscar cualquier tipo de labor que le permita mantener a su familia.
España, por ejemplo, ha procesado solo en el año 2017 más de diez mil solicitudes de asilo político de venezolanos. La mayoría de ellos son profesionales formados en universidades dispuestos a integrarse en el área de hostelería y cobrar un jornal para subsistir y permitir que su familia en Venezuela se alimente.
¿No le resulta por lo menos llamativo que una economía llevada al límite con una hiperinflación de 30.000% en el último año y un salario que ronda los dos dólares reelija al autor de su desgracia? Entiendo que usted ha viajado 33 veces a Caracas pero créame que no la conoce tan bien como quienes abordan un camión y se aferran a las barandas metálicas de pie y a la intemperie para llegar a su trabajo porque no hay unidades de transporte público. Varios han muerto si el chofer frena con brusquedad.
No le miento cuando le digo que una pensionista, como mi madre, debe esperar hasta seis horas para cobrar su modesta asignación aunque luego no le alcance ni para comprar un kilo de café.
Por eso cuando usted dijo que Maduro ganó las elecciones con el 62% de apoyo muchos se sintieron ofendidos. Le explicaré: el Presidente convocó la elección de constituyentistas en el año 2017 sin consultarle al pueblo y la mayoría lo consideramos una ruptura del hilo constitucional
Lo más grave, señor Zapatero es que unas pocas horas después, la empresa encargada de contar los votos aseguró que los resultados anunciados por el CNE fueron forjados por al menos un millón de votos. Un par de meses después numerosos candidatos y partidos fueron inhabilitados en la elección de gobernadores, lo cual –sin embargo- no impidió la participación opositora.
Usted creerá que estoy exagerando pero 48 horas antes de la elección fueron cerrados la mayoría de los centros electorales capaces de asegurar la victoria opositora y dos gobernadores electos fueron despojados de sus victorias bien por forjamiento de actas o bien por negarse a juramentarse ante la ilegal ANC. Como se estará imaginando, todos los factores democráticos concluyeron que la vía electoral estaba cerrada en Venezuela, señor Zapatero.
En ese contexto usted acudió como observador en una elección en la cual la mayoría del pueblo no participó por razones más que justificadas. Y mire que la vocación electoral de nuestro pueblo es tan alta que las tres últimas elecciones presidenciales alcanzaron una participación del 79% en promedio pero esta vez, Maduro se hizo de la presidencia con 6 millones de votos de un padrón de 20 millones de votantes y de allí la inexactitud de su afirmación.
Realmente esa es nuestra verdadera obsesión: volver a tener un proceso electoral transparente y justo, lo cual naturalmente despojaría al gobierno del poder.
Usted dice que en Venezuela están en pugna dos proyectos de país y eso no luce apropiado en el verbo de un mediador porque es el argumento que solíamos usar los militantes chavistas para defender la aprobación de nuestra Constitución en 1999.
La misma que terminó derogando Nicolás Maduro. Como usted también dijo, es cierto que un joven fue golpeado y quemado cerca de una concentración opositora. La violencia es otro fardo que arrastramos como sociedad pero usted parece atribuírselo enteramente a la oposición.
En realidad decenas de hombres jóvenes, ladrones solitarios, han sido linchados y quemados en nuestro país desde hace algunos años pero solo hasta que ocurrió algo tan terrible cerca de una concentración de oposición logró despertar la sensibilidad y el interés de los voceros políticos.
Quisiera comentarle mucho más pero el espacio se hace pequeño y las ganas de contribuir a una visión equilibrada de lo que vive mi país es muy grande. De momento espero que estos comentarios le sean de utilidad para que se enfade menos y pueda manejar una versión más completa que la que le dictan sus anfitriones. Saludos respetuosos de una mujer demócrata que desea que la paz retorne a nuestro país de la mano de la justicia.