Eva Golinger tiene una vista «bipolar», por Sebastián Boccanegra
Eva Golinger, la amiga gringa de la «revolución» chavista hace rato marcó distancia de los herederos del difunto «eterno», pero sigue pendiente de lo que ocurre en Venezuela. Sigue creyendo el discurso del prócer de Sabaneta. Lo hace desde el imperio.
En su último artículo publicado en Rusia Today, canal de noticias para el que trabaja, muestra su preocupación por el devenir del proceso chavista. Asegura que la corrupción es, en buena parte, responsable de la grave situación que vive el país. También le achaca parte de las culpas a las sanciones imperiales. Un tiro para el gobierno y otro para la revolución.
Más adelante escribe loas sobre lo que ocurría en Venezuela cuando el difunto «eterno» mandaba. Recuerda lo bien que nos iba a todos, las bondades de su proyecto. Lo felices que eran la mayoría de los venezolanos. El hecho de que la experiencia nacional era vista con simpatía por el mundo. Autoengañarse es gratis.
Sin embargo, Golinger ve, ahora, una falla que también tiene que ver con el rumbo equivocado que lleva Venezuela. Nos dice como si nada que «El error de Chávez fue la concentración del poder, la incapacidad de dejar la conducción de la Revolución —o el Estado— en manos del pueblo. El error de no aceptar que el sistema de chequeos y balances, la independencia de los poderes, la transparencia y la vigilancia del pueblo son absolutamente esenciales para lograr un estado de justicia social y un sistema de democracia participativa».
Recordamos que Eva estaba por estos lares cuando se producía la concentración de poder, cuando no había balances y tampoco transparencia. Por supuesto, tampoco en esos momentos Eva dijo nada. ¿No se daba cuenta o estaba encandilada por el prócer de Sabaneta?
Dice que la corrupción es visible en todas las instituciones del Gobierno. Delcy Rodríguez fue designada por Maduro para enfrentar la corrupción, de repente Golinger la puede ayudar en esa tarea, desde Nueva York. A veces la distancia permite ver mejor. Hasta Rafael Ramirez ve corrupción ahora.
Pero después Golinger hace unas afirmaciones que nos hacen dudar de su buena vista. Dice, al final de su artículo, que «Cuando uno observa a Venezuela desde afuera, solo ve el desastre y el desorden. Pero mirando hacia adentro —en las comunidades, en los barrios, en los campos o en los centros urbanos— es evidente que la pasión, el amor y el compromiso que levantaron la bandera revolucionaria y la lucha por la justicia social siguen creciendo, siguen hirviendo con ganas de estallar».
Como ven, Eva tiene una vista «bipolar». Por un lado ve corrupción y, por el otro, al pueblo deseoso de mantener la revolución.
No Eva, estás pelada. Lo que quiere la inmensa mayoría de los venezolanos es hacer estallar al gobierno de Maduro que es pura corrupción, ineficacia, ineptitud y pésima gestión. El amor por la «revolución» se marchitó hace años.