Evolucionar, el secreto de nuestra sociedad en estos tiempos, por Griselda Reyes

Puedo definir la vida como un proceso, desde que nacemos hasta que nos despedimos de este mundo. Puede definirse también como un proceso evolutivo, gateamos, damos nuestros primeros pasos, caminamos y luego corremos, lo mismo con el habla, balbuceamos, decimos nuestras primeras frases, hacemos oraciones y luego entablamos conversaciones.
Este proceso evolutivo no se lleva a cabo sólo, por el contrario, crecemos y avanzamos acompañados de la mano de alguien, esa figura puede ser; un padre, una madre, un hermano, un tío, todo depende de la estructura familiar conformada. Así llegamos también al proceso evolutivo del aprendizaje, vamos al colegio nos formamos, luego al bachillerato donde nos preparamos para la universidad, y luego ya en ella terminamos de afianzar nuestras bases como ciudadanos y el aporte que como personas estudiadas y preparadas en cierta materia aportaremos al país.
Ahora bien, cada país tiene un proceso evolutivo, nuestra Venezuela no es la excepción, y como ese gran ciclo de vida evolutivo que acabo de explicar ocurre con el país y sus ciudadanos. Cada ciudadano evoluciona con la situación del país, en los últimos 20 años hemos visto como se han ido destruyendo los sistemas y las bases esquemáticas de nuestra sociedad y por ende de sus empresas, ministerios etc. Sin embargo, lo curioso del caso y aplaudible es que hemos amoldado nuestra estructura a ese proceso.
Es como si se tratara de las reglas básicas de la evolución en la ciencia, cada microorganismo se adapta al proceso que le toque vivir y con el crea anticuerpos que le permitan defenderse.
Es aquí donde me detengo y les digo: creo fielmente que el proceso que vivimos es una enseñanza para cada uno de nosotros. De él hemos entendido que no se avanza en un país sin laborar sus tierras, sin que existan emprendedores, sin que las medianas y pequeñas empresas apuesten por la economía del país.
Hemos aprendido que el país puede vivir del turismo, basta solo con ver nuestros grandes paisajes; Canaima, La Gran Sabana, Morrocoy, Los Roques, Mérida, nuestros llanos. De polo a polo somos una tierra bendecida, somos una tierra de gente que lleva con orgullo el nombre de su nacionalidad tatuada en el pecho, que no cree en el culto a las personalidades, porque sabe que allí se oculta una cara que no muestra una realidad, que no se sincera con este proceso evolutivo. Es asombroso el proceso que nos ha tocado vivir, pero esta enseñanza nos ha hecho más fuertes no solo físicamente sino mentalmente, hemos aprendido a despedir a nuestros seres queridos en las puertas y fronteras de nuestra tierra, porque entendemos que forma parte de esa evolución individual y grupal.
Hemos descubierto nuestros talentos ocultos en una forma “loca” de avanzar y de decir esto es Venezuela, seguimos aquí.
Hoy a todos nosotros nos aplaudo y doy el mérito a ser una de las sociedades más evolutivas que conozco, porque no existe frontera que nos limite, no existe Gobierno que nos haga decaer, no existen barreras que no superemos. Sigamos adelante como personas positivas, aportando, sumando y creando empresas que generen empleos y que con orgullo en un futuro nos siga permitiendo decir: Yo soy venezolano, en esta tierra nací y por esta tierra lo apuesto todo.