Existencia de dos AN solo amplia la usurpación y aleja soluciones a la crisis
Expertos consultados por TalCual coinciden en que tanto la AN de Maduro -electa el 6 de diciembre- como la liderada por Juan Guaidó -que decidió aprobar continuidad constitucional- tendrán complicado atender de manera inmediata las necesidades del pueblo
Venezuela arranca el año una vez más sumergida en la dualidad institucional. El 5 de enero se instaló en el Palacio Federal Legislativo la Asamblea Nacional de Maduro, electa en los cuestionados comicios del 6 de diciembre tras haber sido convocados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) designado por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Ese mismo día el Parlamento liderado por Juan Guaidó se instaló hasta el 2022 o hasta tanto se realicen elecciones libres, esto luego de que fuese aprobada la reforma al Estatuto de Transición que avala la continuidad constitucional.
Ese día la promesa de trabajar para recuperar al país llegó a los oídos de los venezolanos por partida doble. Por un lado, el presidente de la AN de Maduro, Jorge Rodríguez, afirmó que su gestión será para para amparar a los consejos comunales y rescatar la labor contralora del Legislativo. El exministro de Comunicación también presumió de intenciones de diálogo. Manifestó que es momento de limar asperezas. Todo esto mientras afectos al oficialismo manifestaban quejas y pedían la atención del Ejecutivo a la precariedad en la que esta sumida la nación.
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Por otro lado, Juan Guaidó, quien ha sido reconocido por un grupo importante de países como presidente interino de la nación, insistió en que el 2021 es el año «definitivo» para lograr un cambio político en Venezuela. Aseveró que esto pasa por ponerle fin al régimen de Nicolás Maduro; mientras a través de redes sociales usuarios cuestionaban la eficacia de la comisión que continuaría legislando.
Un país desfigurado
Para el exdiputado del Congreso Nacional entre 1983 y 1999, Nelson Chitty La Roche, con la instalación de ambas asambleas, en Venezuela se amplió la usurpación. A su juicio, con estos actos en la nación continúa el proceso de desrepublicanización y se avanza en la línea de la desconstitucionalización.
Argumenta que la AN electa el 6 de diciembre es nacida de una parodia erigida por el régimen que careció de condiciones mínimas democráticas. Al mismo tiempo, sostiene que la legalidad del Parlamento continuado que conduce Juan Guaidó feneció.
El también profesor de estudios políticos de la Universidad Central de Venezuela (UCV) advierte que ninguna de las dos instancias es capaz de atender de forma inmediata la emergencia humanitaria compleja que azota a la ciudadanía.
«No hay estado constitucional. Las condiciones que hacen un país constitucional no existen en Venezuela o están disfuncionales», dice a TalCual.
Chitty La Roche recalca que el Estado es incapaz de ofrecer a la ciudadanía las prestaciones públicas que de él se esperan. Sostiene que reina un contexto de inseguridad severa, en el que la justicia está debilitada, no hay garantías de derechos humanos, y el hambre y la mengua de los sectores sociales menos favorecidos es cada vez más profunda y no pareciera que se solucionará a mediano plazo.
«Venezuela está desfigurándose paulatinamente. Tampoco tiene un Estado capaz de ofrecer servicios como el de luz o agua. Venezuela amenaza con disolverse. Eso que pasa en Guayana, en el que hay una serie de grupos armados y con parcelas habla muy del país de hoy», dice.
Sobre las facilidades que tendría una u otra asamblea para llegar a acuerdos con la comunidad internacional que permitan dar solución a la crisis país, Nelson Chitty La Roche considera que orgánicamente ninguna ofrece entera confianza, aunque admite que aún hay un sostén que favorece a uno y a otro.
Expone que mientras por un lado el régimen de Nicolás Maduro cuenta con países aliados que aplaudirán las decisiones del Legislativo electo el 6 de diciembre, del otro lado está el bloque de países de América que ha manifestado su respaldo a Guaidó, aunque, a su juicio, de forma dudosa.
«Guaidó todavía es reconocido, pero la AN del 2015 se vacía paulatinamente y va quedando reducida a una expresión que tal vez pueda suponer legitimidad porque no hay poder que la haya suplantado, pero que tiene un desastre visible. Pero en el caso de ese simulacro de Asamblea no hay nada que puedan hacer por los venezolanos», agrega.
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Con el exparlamentario Nelson Chitty La Roche coincide la analista política Indira Urbaneja, quien alertó que la AN electa el 6 de diciembre y la continuidad del interinato solo profundizará la crisis institucional venezolana.
A su juicio, el sector de la oposición que decide mantenerse legislando queda con “reconocimiento” internacional, pero con cero fuerza interna; mientras que el oficialismo queda con un Parlamento con poder externo sólo en los países aliados y con mucho poder interno.
«A casi dos años de una ruta, un mantra fallido, los venezolanos estamos obligados, léase bien, obligados a abrir la mesa del entendimiento nacional entre los sectores verdaderamente democráticos. Esto no se va a resolver con aventuras conspirativas», resaltó a través de su cuenta en Twitter.
1. Se profundiza la crisis institucional
2. La oposición del interinato queda con “reconocimiento” internacional y fuerza interna “CERO”
3. El oficialismo queda con la AN con poder externo sólo en los países aliados y con mucho poder interno
— Indira Urbaneja 🌸 (@INDIURBANEJA) January 5, 2021
La jugada de las AN
El politólogo Ricardo Sucre Heredia no cree que exista un paralelismo en la nación. A su juicio, existe un gobierno solo en el terreno y con el control de los poderes y una oposición más disminuida que apenas decide cómo actuar en este nuevo ambiente político.
Aunque reconoce que el sector de la oposición que lidera Juan Guaidó aún tiene reconocimiento internacional, aclara que es evidente que no es unánime ni cuenta con la misma fuerza que antes. Opina que en la nación lejos de haber una crisis institucional, hay es una crisis de falta de equilibrio en el que el gobierno lo tiene todo.
Pese a que Ricardo Sucre Heredia cree que la AN electa el 6 de diciembre podría tener mayor protagonismo para lograr acuerdos que se traduzcan en dar atención a la crisis país, esta no se escapará de los obstáculos generados debido a la disputa de la nación.
Expone que el contexto país obliga a una asamblea a superar el reto de construir reconocimiento y legitimidad y a otra, aunque reconocida, a trabajar el doble porque no tiene capacidades administrativas.
Un epifenómeno
Para el politólogo Víctor Maldonado cualquier expectativa de liberación de la democracia venezolana y la crisis institucional que ha sido provocada por el régimen de Nicolás Maduro, no pasa de ser una utopía. A su juicio, el hecho de que en la nación ahora existan dos Legislativos no causa mayor impacto en la ciudadanía, pues opina que desde hace tiempo los venezolanos no creen que las soluciones pasan por las leyes.
«Aquí no hay ley. Esto es lo que se llama el epifenómeno. Todo esto es una circunstancia aparente. En el plano de las apariencias y alucinaciones institucionales podemos ver una especial de dualidad, pero en el plano de la realidad vivimos una situación de fuerza de un régimen totalitario que ejerce su voluntad y que es un depredador voraz de las instituciones», dice a TalCual.
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Maldonado es enfático al decir que Venezuela es un país forajido con un régimen intolerable y que la nación se encuentra en una circunstancia totalitaria cuyo objetivo es extenderse y ocupar todos los espacios, sin atender verdaderamente las necesidades de los venezolanos. También asevera que la AN de Juan Guaidó es el producto de una interpretación jurídica forzada, que carece de capacidades y que no va a ser puente de ninguna solución a la emergencia que vive la ciudadanía.
A su juicio, la Asamblea continuada se disolverá en el tiempo porque se quedará sin piso institucional. Considera que cada vez lo ven con mayor suspicacia y a lo interno la propia ciudadanía que los eligió en 2015 dejará de tomarlos en cuenta.
El analista político vaticina que la nación podría entrar en un período de turbulencia política, hasta tanto los propios venezolanos logren construir una propuesta real. Afirma que es necesario que la ciudadanía tome decisiones para labrar camino a la reconstrucción de la democracia.
«Esas decisiones pasan por que la ciudadanía decida dejar atrás al elenco del fracaso, que son los mismos que en 20 años no han logrado liberar al país pero sí vivir de la política con una comodidad sorprendente», dice, lapidario.
Considera que la nación debe entender que continuar respaldando la estrategia con la que en los últimos años «el elenco» ha intentado sacar del poder a Nicolás Maduro solo servirá para pedalear en el mismo error.
«Hay que redefinirlo todo, volver a trazar el mapa y reconocer que el tiempo que invertimos está perdido. Tarde o temprano debemos caer en cuenta que esto que hemos intentado con este elenco no nos lleva a ningún lado, cada día estamos peor, ganamos oportunidades que luego perdemos olímpicamente, tenemos un liderazgo fallido, sin calidad de objetivos que se vende por dos puyas y cuyos propósitos no son precisamente sacarnos del totalitarismo. Lamentablemente de eso hay que salir si queremos una solución», recalca.
Capacidad de respuesta de las AN
En opinión de la internacionalista Elsa Cardozo la situación actual de la nación disuelve el paralelismo que, dice, se sostuvo entre los años 2019 y 2020. Apunta que esto es así por efecto del control oficialista, aunque de facto, del Poder Legislativo, y del impacto del régimen y sus medidas contra la continuidad de la AN elegida en 2015.
«En esta nueva situación el esfuerzo opositor, debilitada su base institucional, tendrá que ser reorientado, como ya lo han reconocido varias organizaciones políticas», expresa a TalCual.
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Explica que la acumulación de medidas del gobierno contra la disidencia aumenta la dificultad de la instancia para responder concertadamente a lo que nacionalmente les demanda la agudización de las crisis y penurias que agobian a los venezolanos, en la escala de una emergencia humanitaria.
«Sobre las dos asambleas, la evolución de esa dualidad no solo dependerá de que la AN legítimamente elegida en 2015 mantenga a través de su comisión delegada importantes reconocimientos internacionales. De modo que lo que hará relevante esa permanencia internacionalmente será lo que se haga con ella, concibiéndola desde el terreno político nacional, en favor de soluciones que no están a la vuelta de la esquina», añade.
La internacionalista detalla que la AN electa el 6 de diciembre tiene la disposición de ofrecer mayor seguridad en los negocios a quienes reconozcan la legitimidad de su «sello» legislativo, o estén dispuestos a acordar en el marco de la llamada ley antibloqueo. Sin embargo, afirma que no tendrá el camino fácil para atender las necesidades de la nación.
Elsa Cardozo aclara que para la ciudadanía la incidencia que tengan ambas asambleas deberá medirse en la capacidad de respuestas a las expectativas ciudadanas en la situación de precariedad que se mantiene en el territorio. Considera que en ambos casos es poca.