Deserción de la tropa ha hecho pensar hasta en el regreso de la recluta
La deserción y el éxodo de venezolanos hacia el exterior en busca de mejores oportunidades, está causando mella en las filas castrenses, tanto que la alta jerarquía militar está seriamente preocupada por la escualidez que impera en los cuarteles, donde los batallones distan mucho de estar completos.
De hecho, fuentes castrenses aseguran que incluso se ha hablado de volver a la recluta, sistema prohibido en 2009 y siempre rechazado por las violaciones a los derechos humanos de la población en edad de cumplir con el servicio militar; propuesta que de prosperar violentaría la voluntad del propio comandante eterno, quien siempre se opuso al reclutamiento forzoso.
Lo cierto es que la situación se ha vuelto un problema entre todos los componentes, pues se sabe que la casi totalidad de los batallones sufren de serias bajas. Algunos incluso disponen de solo 40% del número de efectivos de rigor.
Se sabe que se cuentan por miles los soldados que no regresan a los cuarteles tras salir de permiso, y no son pocos quienes se han ido del país, convirtiéndose en desertores, un delito penado con prisión de dos a cuatro años, pero que según fuentes del sector prescribe a los cinco años.
Lo más grave es que la deserción no solo se limita a los estratos bajos: entre la oficialidad se estima que alcanza 6%, cifra muy elevada para cualquier fuerza.
Ahora bien, sea cual sea la acción que vayan a emprender los diferentes componentes para llenar el cupo de efectivos, se enfrentarán con una cruda realidad: no habría cómo mantenerlos. Los comandantes tienen claro que los suministros no son suficientes para alimentar a la esmirriada tropa, cuyo rancho es cada vez más escaso y sería una de las razones del alto porcentaje de deserción.
Esta misma situación ha hecho que muchos soldados y oficiales hayan emigrado a otros países para ayudar a sus familiares en el país, quienes sufren los estragos provocados por la hiperinflación.
No la tiene fácil el estamento militar para resolver esta situación, algo que debe ser prioritario para un gobierno que insiste en la intenciones del «imperio» de invadir la tierra de Bolívar.