Expo Chávez Vive: un reducto para recordar el legado que entierra Maduro

Autor: Luisa Quintero
De no haber fallecido un cinco de marzo de 2013, el Comandante Hugo Chávez cumpliría este 28 de julio 62 años. El Nobel de la Paz Nelson Mandela, dijo una vez que “La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré por toda la eternidad”.
Al parecer a Chávez no le dio tiempo de culminar su deber como Mandela, por lo que dejó a su “hijo” Nicolás Maduro para que siguiera fortaleciendo el legado que se encargó de construir poco a poco el fallecido presidente durante más de 13 años.
Precisamente, jactarse del “legado chavista” siempre ha sido uno de los principales orgullos de la Revolución, que ahora enfrenta críticas internacionales por la crisis social, la desmejora de algunas misiones y las políticas erradas en materia económica que forman parte de la ofensiva contra la «guerra económica».
A pesar de los grandes actos promovidos por el Partido Socialista Unido de Venezuela, donde hasta Diosdado Cabello le cantará el Feliz Cumpleaños desde el Cuartel de la Montaña, los espacios populares para el recuerdo del líder del Socialismo del siglo XXI han disminuido paulatinamente de tamaño.
El mayor ejemplo es la Expo «Chávez Vive 2016» que se redujo a un simple pasillo y una especie de salita dentro de la planta baja del Ministerio de Interior, Justicia y Paz. Mientras resuenan por las paredes las canciones dedicadas al Gigante, se forman colas (una constante del legado desgastado) de personas que van a realizar diversos trámites, entre ellos los jóvenes que esperan irse del país y necesitan sus antecedentes penales certificados. Otro logro hecho en madurismo.
Con el pequeño espacio, es posible observar con detalle una a una las obras que adornan la “Expo Chávez”. El Comandante Supremo aparece con diversos personajes históricos, el favorito de los artistas es Simón Bolívar, de quien Hugo tomó gran parte de su inspiración para concebir su propio modelo doctrinario. También aparece con su querido Fidel Castro, su mentor y guía durante muchos años.
Tampoco faltó Miranda en las obras, de quien Chávez dijo en 2005 durante la celebración de su natalicio que
“Miranda es la estrella que más brilla en el firmamento venezolano y una de las estrellas más brillantes del firmamento del continente americano y del mundo, busquemos ahí en él, en su vida, en su ejemplo, en su grandeza el abono para nosotros mismos, el abono para continuar fortaleciendo la patria de hoy que resucita de sus cenizas”.
La pintura que más impresiona es la que comparte con Muller Rojas y Bolívar, además de los retratos al carboncillo debajo de la lluvia (su última y recordada campaña por la presidencia), o adorando un Cristo, presumiblemente el “Santo Cristo de La Grita”, a quien le pidió salud pero aun así perdió su más grande batalla, la del cáncer.
No faltan las estampillas, los muñecos cual Ken con distintos trajes, y por supuesto, un espacio para destacar la memoria del Comandante. Uno de los mensajes más sentidos fue el de la Viceministra del Sistema Integrado de Investigación Penal, Katherine Haringhton.
Una de los siete funcionarios sancionados en 2015 por el gobierno de Estados Unidos por violar los derechos humanos de sus connacionales, no dejó que la pena por la congelación de sus bienes y negocios en el Imperio le impidiera recordar a Chávez con cariño:
Chávez vives cada día en nuestros corazones llenándonos de fuerza y amor para luchar por tu sueño, el de Bolívar. Tu legado sigue intacto a través de tu obra. Siempre Venceremos!
Otro mensaje fue el de una niña de 11 años llamada Daiyeli, quien escribió que “Chávez es mi líder y amor para mí (figura de corazón)”.
Los militares tampoco se quedaron atrás para expresar el amor a Chávez y así lo demostró el Coronel Ronald M. León: “Nuestro líder, nuestro hermano y el mejor estratega que ha tenido el país”. Palabras mayores para quien fuese admirador de Bolívar y Miranda.
La crisis parece que también llegó a la Expo, pues ni los visitantes que llegan a cuenta gotas, o los que realizan algún trámite y se acercan al pasillo tienen la oportunidad de comprar un suvenir. Al preguntar sobre algún regalito, o por lo menos una camisa con la cara del Comandante, la respuesta de una de las encargadas del lugar fue soltar una risa expansiva.
Tras ver la seriedad de la pregunta, contestó que a la venta solo habían unas libretas ecológicas pero que debían ser compradas en la sede del INTT en La California (Ni el amor más profundo a Chávez movilizaría desde la avenida Urdaneta hasta allá para comprar una simple libreta un martes y con retrasos en el Metro), o las obras de la artista Esperanza Márquez, quien fue la única que dejó sus datos para poder comprar algunas de sus pinturas, todas al óleo.
Luego de ver el poco espacio a Chávez, a los visitantes siempre le queda la esperanza de movilizarse al próximo sitio de la exposición. La semana pasada se realizó en la sede del INTT en La California, pero todavía se desconoce dónde se ubicará la próxima expo.
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