Falcón, no votar o más de lo mismo, por Omar Pineda
Me lo dijo con la certeza de quien estuvo allí en la oficina donde los enviados de Trump y Falcón se reunieron para negociar el tema de las elecciones en las que Maduro jugará con cartas marcadas. Como es imposible que exista alguien que durante estos 18 años de chavismo no se haya tragado esos cuentos de camino, lo veo fijamente y sonrío al tiempo que dejo diluir un terrón de azúcar en el café, de modo que al volver a mirarlo, él sintiera que no me burlaba ni mostraba condescendencia, aunque sí me inquietó que la conversación se tasara en ese tipo de rumores, mientras los turistas asaltaban Barcelona en los días de sol y compras baratas. Como Gerardo está de paso –va a visitar a su hijo en Polonia- yo deseaba noticias creíbles y fidedignas, por lo que tras preguntarle cómo está la vaina me decepcionó que repitiera lo que ya he leído en los tuits de quienes explican por qué votarán por Falcón y de quienes lo acusan, como es el caso de Gerardo, de candidato fabricado en Miraflores para alargar la vida del dictador.
Puede que Maduro sea bruto pero no pendejo, y estas elecciones le sirvan de escudo para blindarlo contra el rechazo internacional a su legitimidad que cada día que pasa aumenta. Con ese argumento me bastaría para no votar al asumir que se trata de unos comicios convocados de forma ilegal amén de añadirle el grosero ventajismo y la complicidad del CNE
Con tal argumento bastará para abstenerse, por lo que no veo razón para que Gerardo, que integra la MUD, añada eso del pacto bendecido por la Casa Blanca. Yo le explico lo que creo: que votar por Falcón no es legitimar a Maduro ni va a contrasentido de la comunidad internacional sino que demuestra cómo los venezolanos están dispuestos incluso a caminar sobre carbones ardientes para enfrentar a los narcogobernantes.
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Y si, como lo reitera Gerardo, un triunfo de Falcón sólo se daría bajo un escenario acordado (es decir, Maduro se sirve de la “derrota” para salir del juego y evitarse males mayores) ¿por qué no apostar al impulso de una nueva dirección política, alejada del chavismo duro? Falcón pareciera no levantar entusiasmo, pero, si pese a tal desventaja y al aparataje tramposo del gobierno, Falcón sacara tantos votos que sería imposible revertir los resultados , “¿Qué pasaría, Gerardo?”, le pregunto al amigo. Pero Gerardo está pendiente de unas chicas que acaban de pasar y cuando decide responderme solo me dice “coño, tú sí eres ingenuo”. Está bien, lo admito moviendo la cabeza con gesto de no hay nada que hacer. Gerardo sonríe, como si me hubiese convencido de que lo mejor es no votar y le dejemos el camino despejado a esa banda rateril, artillada con sus generales corruptos. Después, a la calle… a ver qué pasa.