Falta de planificación urbanística potencia vulnerabilidad de Caracas a las lluvia
La exdirectora del Instituto de Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela (UCV), María Isabel Peña, aseguró que las barriadas han llegado a Caracas y con ellas se ha ido la permeabilidad del terreno
Por su condición de valle y una evidente falta de planificación, Caracas tiende a convertirse en un caos con cualquier lluvia; situación que se torna grave cuando se trata de un aguacero de envergadura. La peor parte, no obstante, la padecen los sectores vulnerable de la ciudad, cuyos habitantes saben que con la temporada de tormentas en el mar Caribe llegará el suplicio.
Víctor Lira, especialista en planificación para casos de emergencias y desastres, explica que no toda la ciudad es vulnerable ante los fenómenos hidrometeorológicos. A su juicio, aquellos espacios que conforma el llamado «cordón marginal» son los que corren el mayor riesgo de deslizamientos, derrumbes e inundaciones.
«Tenemos que ver la vulnerabilidad de Caracas desde dos puntos de vista, el primero es cómo afecta parte del cordón marginal que tenemos al rededor de toda la ciudad, toda la zona de montaña, de barrios y la otra la planificación del urbanismo», detalla Lira, exdirector de Protección Civil Miranda.
Zonas como Petare, Catia o El Valle, que están conformadas en su mayorías por viviendas construidas en espacios y con materiales no adecuados, es donde «tenemos que estar prevenidos porque ante cualquier lluvia intensa pudieran generarse deslizamientos de tierras o movimientos de masa que pudieran generar daños a las viviendas, incluso poner en peligro a sus habitantes».
Para el especialista en riesgo, en Caracas parte de lo que ocurre con fenómenos muy intensos y durante un largo periodo de tiempo es la saturación de los suelos (cuando prácticamente todos los espacios están llenos de agua), lo que produce en breve lapso los deslizamientos.
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«Toda nuestra franja marginal es propensa a deslizamiento de tierras, eso afecta a las viviendas, pero a eso se le suma que muchas viviendas no han canalizado sus agua pluviales, que es cuando te dicen que al rededor de una construcción se forma un charquito de agua, que va creciendo y no tiene caída a donde desplazarse, sino que crece y crece e inunda las propias vivienda».
Esto ocurre generalmente porque cuando levanta la casa no se construyen las canalizaciones fluviales, que es dar cierta inclinación al terreno para que el agua no se empoce, por decirlo de manera coloquial.
Santa Rosalía, La Pastora, La Vega, Caricuao, El Valle, Coche y Antimano, son las parroquias caraqueñas que están más en riesgos ante el paso de los fenómenos hidrometeorológicos. A estos se le suman al menos 30 zona de riesgo de los municipios El Hatillo, Baruta, Sucre y Chacao, que también forman parte de la Gran Caracas.
La exdirectora del Instituto de Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela (UCV), María Isabel Peña, respalda las palabras de Lira, y asegura que las barriadas han llegado a Caracas y con ellas se ha ido la permeabilidad del terreno. «Las comunidades autoconstruidas no cuentan con los servicios básicos, entre ellos la infraestructura de drenaje, algo importante en un país tropical».
«En el barrio todo se construye y se pone hermético y no permite la porosidad que necesita el terreno para absorber el agua, entonces tenemos estas problemáticas que dejan en evidencia la mala planificación», explica Peña, para dejar una vez más en claro que más allá del desconocimiento en las barriadas está la poca o nula planificación gubernamental para atender estos casos.
Recuerda además que los barrios caraqueños están construidos sobre terrenos vulnerables o con muchas pendientes, lo que representa un gran riesgo para la ciudad capital.
Otra problema es la ocupación indebida de los causales de los ríos y quebradas que descienden de las montañas. Víctor Lira asegura que en las barriadas incluso se han construido sobre los caudales de las quebradas porque en «tiempos de verano está seca y no hay flujo de agua. Entonces vemos que cuando empiezan las lluvias las quebradas buscan su desahogo, arrastrando todo lo que se encuentren a su paso».
Es más, hasta en la quebradas que han sido embauladas o canalizadas se ha construido, lo que también representa un riesgo para los pobladores.
#ATENCIÓN #Comunidad | tras las fuertes lluvias ocasionadas por la tormenta #Karen se produjeron deslizamientos de tierra en el sector El Pueblito de la Carretera vieja Caracas – La Guaira. #25Sept pic.twitter.com/LVcDT951Lx
— Cima News Digital (@cimanewsdigital) September 25, 2019
#AHORA Producto de las lluvias, un árbol se cayó en las esquinas de Alcabala a Peligro en el sector La Candelaria, Caracas. Imágenes cortesía. #1Jul pic.twitter.com/4eoTNWb9LP
— VPItv (@VPITV) July 1, 2019
Oído al tambor
Victor Lira explica que entre las cosas que se debe tener en cuenta a la hora de un aguacero es la evaluación del terreno sobre el cual se construyó la vivienda, sobre todo ante las temporadas de constantes lluvias, así como examinar el inmueble respecto a si existe algún agrietamiento o asentamientos del espacio (pequeños hundimientos).
Detalló que esta última se puede determinar por pequeños cambios en la estructura de la vivienda, «por ejemplo si en un casa la puerta ya no cierra bien, o si las ventanas ahora pegan al cerrar, ahí queda demostrado que ha habido un movimiento de masa que ha hecho que el terreno se desplace un poco y puede generar un deslizamiento o un asentamiento de ese espacio».
Para Lira es importante que las personas se den cuenta de estas pequeñas señales, es prueba de que algo está pasando en el terreno de la vivienda y es cuando los habitantes deben contactar con las autoridades pertinentes, sean los bomberos o Protección Civil. Incluso aclara que desde Protección Civil existe un equipo que se llama «gestión de riesgo» con profesionales en el área de ingeniería y geología, que pueden determinar si está presentado un desplazamiento o asentamiento en el terreno, e indicarán los niveles de vulnerabilidad para la familia.
Deja en claro que Caracas es una entidad vulnerable, pero también reitera que no todas las zonas están expuestas a los mismos niveles de riesgo, por eso se habla de alto, mediano y bajo riesgo. «Hay zonas de la ciudad que no están expuestas a riesgo, llueve, se puede estar cayendo la otra parte de la ciudad y en esos sectores no hay afectaciones, no hay ningún tipo de situación adversa».
«La construcción sin planificación urbana ha generado el colapso de los sistema de drenaje de Caracas, una cuidad planificada para un numero de habitantes que se multiplicado y por tanto se ha rebasado la capacidad para que el agua fluya de manera normal y no se estén generado el colapso de alcantarillas, desagües y quebradas», dice.
Para la profesora de la cátedra de urbanismo de la UCV, María Isabel Peña, el desarrollo de la ciudad en comparación con el interior del país hizo que la gente se viniera a Caracas, «ocupando espacios que no estaban destinados a urbanismos sin que nadie lo evitara».
«Todas esas son tierras que por ser malas no se zonificaron para ser urbanizadas, pero lamentablemente la velocidad del desarrollo de la ciudad hizo que la gente viniera hasta acá y ocupara cualquier espacio. Lo que uno ve es la falta de dueño de casa que haga cumplir las normas en beneficio de que no haya tragedia», dice.
De allí que la académica señale que la planificación de los urbanismos es más que necesario «porque permite organizar servicios, accesibilidad y prevenir los espacios peligrosos».