Farsantes, por Freddy Gutiérrez Trejo

«No darás falso testimonio ni mentirás»
Mandamiento Octavo
Casandra, personaje de la mitología griega, tenía el atributo de acusar, perdonar, y hacer vaticinios sobre lo que habría de suceder. Perifoneaba todo, pero estaba condenada a la circunstancia de que nadie le creyera.
Estuvo amancebada con Agamenón y continuaba sus predicciones sin que nadie tomara en cuenta sus delirios. Los mancebos terminaron sus días muriendo trágicamente en las manos furiosas de Clitemnestra.
Radio Nacional, Zurda Konducta, El Mazo Dando y cosas parecidas, están bajo la égida tenebrosa de Casandra. Podrán pronunciar sermones, homilías, jaculatorias y hacer acrobacias con la palabra, pero nadie, nadie cree sus decires, excepto cinco o diez que están padeciendo la misma maldición.
Lo último que han hecho es la descalificación de quienes han defendido a capa y espada la Constitución de 1999, como la carta de derechos fundamentales que debe ser respetada con devoción.
Era previsible que el grupo de consorciados que administra el estado venezolano en su totalidad, emprendiera en algún momento una campaña agresiva contra voces críticas que no han hecho silencio ante la tragedia que se desarrolla en Venezuela.
No toleraron ni tolerarán nuestras iniciativas de poner al desnudo la mutilación de la soberanía territorial en 112.000 Km2 en el Arco Minero del Orinoco y los impactos de diferente naturaleza que ha tenido y tiene esa acción absurda e inconstitucional en diferentes órdenes del desenvolvimiento de la República.
Ese consorcio desalmado no admitirá nunca que su iniciativa ha causado la persecución, captura y acción de exterminio de las etnias que hacen vida en esos espacios, e incluso no aceptará la lesión que sus actos producen en la población venezolana.
En estas circunstancias en las que los descendientes de Agamenón y Casandra intentan asociar los nombres de mis amigos Santiago Arconada, Francisco Javier Velasco Páez, Emiliano Terán Mantovani, Alexandra Martínez y Edgardo Lander, a fines inconfesables, toca fijar posición.
Yo manifiesto mi compromiso con ellos y con los objetivos planteados; asimismo expreso mi solidaridad con los métodos lícitos y públicos que se han empleado para curar la herida grave que la República padece y, del mismo modo, estoy a la disposición de acompañarlos en lo que fuere necesario, aun con los riesgos que pudieran sobrevenir en las iniciativas que seguramente deberían adoptarse.
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Así las cosas, vale resaltar, también en el mundo griego, el coraje de Héctor y de Aquiles, y la dignidad de Príamo que se manifestó en el respeto a la tierra en la que nació y a la sangre que fue su descendencia.
La contienda, de nuevo, es entre la falsificación de hechos y la verdad revelada. Que cada quien escoja de qué lado juega en esta amplia cancha política.
En este orden debemos decir resueltamente que se ha hecho lo que se tenía que hacer, y se hará lo que se tenga que seguir haciendo.
Freddy Gutiérrez es abogado y profesor universitario.
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