Fobia a los números, por Gisela Ortega
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–La aritmofobia es pánico, terror o fobia irracional hacia los números, las matemáticas o la aritmética.
–La aversión, miedo, emoción persistente, anormal e injustificada al número 4, se denomina: tetrafobia.
Tetrafobia, es una superstición común muy arraigada en los países de Asia oriental: China, Japón, Corea, Vietnam y Taiwán, que considera al número 4 de mala suerte debido a su similitud fonética con la palabra muerte.
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La tetrafobia, implica evitar el número 4, 14, 24, 34 o 44 por todos los medios posibles; principalmente, en edificios, complejos de oficina, hoteles, hospitales. Incluso en algunos inmuebles de esos países no existe la planta 4, se pasa del piso 3 al 5.
En Hong Kong y Singapur, donde se entremezclan las culturas orientales y occidentales, algunos edificios omiten los pisos 13 y 14.
En Japón, por ejemplo, se considera de mal presagio recibir un regalo compuesto de 4 partes o piezas.
La mayoría de las tiendas asiáticas, los dueños ajustan los precios para que no incluyan el número 4.
–Una superstición muy antigua fuertemente arraigada en nuestra cultura, nos señala como número siniestro el 13 y se le asocia con desgracias, y adversidades, mientras que para otros es un número de suerte.
Cuando el fetichismo o creencia por la negatividad del número 13 se convierte en una patología, la persona sufre de una enfermedad llamada triscaidecafobia, que es el miedo irracional a esta cifra. El miedo al martes 13 se llama trezidavomartiofobia.
Estos individuos no salen los días 13 sea martes o viernes, incluso no pueden ver el número 13 ni permiten que le hablen de él. La fobia específica al viernes 13 se denomina friggatriscaidecafobia –de la diosa vikinga Frigga- de donde procede la palabra Friday en ingles. O parascevedecafobia o collafobia.
Mucho antes del cristianismo se tenía cierto temor al número 13. En el judaísmo representaba un mal signo y se le asociaba directamente con genios y espíritus que se relacionaban con la fatalidad
En la época de Cristo la leyenda más difundida es la de la última cena, donde se reunieron 13 comensales: Jesús y sus 12 apóstoles. Luego de esta comida, en menos de 24 horas, dos de ellos estaban muertos, Jesús de Nazaret y Judas Iscariote. De aquí surge la supervisión de que 13 comensales no se sientan a la mesa, ya que es un llamado a la desgracia.
–En Italia el 17 es el número de la mala suerte. Esta fobia o miedo se denomina: heptacaidecafobia. Esto se debe a que, en la numeración romana, 17 se escribe XVII, que es un anagrama de VIXI que significa “he vivido”, es decir, “estoy muerto”, en latín. Por eso, los edificios italianos no tienen un piso 17, los hoteles no tienen habitación 17 y los aviones de Alitalia no tienen fila 17. Cuando la Renault exportó su modelo R17 a Italia, se comercializó allí con el nombre Renault R177.
–La aversión, temor, miedo o fobia al número 666, se llama hexakosioihexekontahexafo (abreviado trihexafobia). En el Apocalipsis o Libro de la revelación de San Juan (capítulo 13, versículo 18), se cita el número 666 como símbolo de la bestia de siete cabezas y diez cuernos, que a su vez simboliza el Anticristo. Dicha cifra pasó a ser conocida con el nombre de: El número de la bestia. Se denomina apocalíptica y ha dado lugar a las más diversas y apasionadas interpretaciones. Los ocultistas la consideraron como la representación del demonio, otros la interpretaron como una referencia velada al emperador Nerón, la Bestia.
Pedro Bugno, teólogo católico, escribió un libro de 700 páginas para demostrar que el número 666 de la bestia era un criptograma, del nombre del reformador religioso alemán, Martín Lutero (1483-1546). Éste replicó interpretando dicha cifra como una profecía de la duración del régimen papal; los protestantes naturalmente, incorporaron esta investigación a su propaganda, distinguiéndose el fraile alemán Michael Stifel (1487-1567), el primer matemático europeo que utilizó los signos más (+) y menos (-) en un libro de álgebra; quien atribuyó al hecho de hacerse protestante al dígito en cuestión: creyó ver en dicho número una referencia al papa León X, y dedujo, por medio de unos vericuetos especulativos irreproducibles del dichoso 666 que el fin del mundo acontecería el año 1533 y por poco no le costó caro su fracaso ante la multitud. Muchos teólogos han querido entender El número de la bestia, como una alusión a Calígula, Mahoma, Napoleón o Hitler, entre otros.
La fobia al 666 se ha popularizado, entre los no creyentes de la fe cristiana, e incluso se difundió más, debido a su presencia en varias películas de horror.
Es muy interesante observar que este miedo es en gran parte promovido por el cristianismo popular. En cambio, la mayoría de intelectuales y los teólogos de la actualidad creen que el número era simplemente una referencia a un emperador romano que persiguió a los cristianos.
El 666 solo está citado como número del “mal” tres veces en la Biblia. También resulta irónico ya que el número de repeticiones respecto a sus menciones bíblicas es también el número de dígitos que tiene.
Las personas con esta fobia, hexakosioihexekontahexafobia, evitan los símbolos relacionadas con el 666, tales como: un edificio en el que el número se exhiba con prominencia. Sin embargo, hay otras cosas que obvian, aunque menos frecuentemente, tratan de evitar el número como producto de relaciones con otros. Por ejemplo, la fracción dos tercios tiene un decimal de repetición 666 (la nota que en la base 12, dos tercios es 0,8 y 0,666 es la fracción 6/9). Asimismo, consideran mala suerte obtener tres cartas de 6 en una mano de póquer, aun cuando esta es, generalmente, una buena mano.
En algunas numerologías, seis triples lograrían simbolizar una trinidad de traición, amargura y venganza, mientras que en otras podría fácilmente representar: armonía, belleza y encanto.
También es posible que sea una consecuencia de que la religión judía consideraba al 7 como número perfecto. El 6 sería la cifra de la imperfección. 666 significaría “tres veces imperfecto”.
Este número 666, según la Cábala judía, tiene relación con el emperador romano Nerón, cuyo nombre –según esta creencia mística- es el resultado de la suma de los valores que se le dan a cada letra en esta tradición.
Entre los casos más conocidos con esta fobia –hexakosioihexekontahexaphobia- se incluyen al ya fallecido presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan y su esposa Nancy Reagan. En 1989, cuando se mudaron a su casa en el sector de Bel Air, de Los Ángeles, cambiaron su dirección de 666 St Cloud Road a 668. El residente anterior, Johnny Carson, definitivamente no era supersticioso –irónicamente el nombre Ronald Wilson Reagan contiene tres palabras de seis letras.
A finales de la década de 1990, Hondutel, la estatal telefónica de Honduras decidió cambiar los números telefónicos de seis a siete dígitos; el prefijo 666 correspondió a la ciudad de El Progreso. Los habitantes de dicha metrópolis, de mayoría católica, se movilizaron para reemplazar el prefijo, ya que lo consideraban como maligno, además de las burlas que les hacían los vecinos de otras localidades como San Pedro Sula, hasta que lograron que Honduras substituyera el prefijo a 668.
Gisela Ortega es periodista.
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