Focos de contagio influenciarán el retorno de estudiantes a las aulas
Según Gricelda Sánchez, representante sindical del sector educativo venezolano, la mayoría de las federaciones de maestros aunque están dispuestas a negociar el posible regreso semipresencial a los salones de clases, no lo avalan, pues no expondrán su vida por un sueldo que escasamente llega a cuatro dólares
Luego de que el pasado viernes 21 de agosto Nicolás Maduro anunciara en una alocución pública el posible retorno a las aulas de los colegios, liceos y universidades venezolanas, muchas han sido las dudas que surgieron respecto a cómo sería esa dinámica tanto para el alumnado como para el profesorado, pues para poder hacerlo se requiere no solamente una inversión respecto a equipos de bioseguridad que garanticen la protección de los maestros, sino también adaptaciones de contenidos y programas, y soluciones de problemas de base que ya existían desde antes que la pandemia golpeara aún más al sistema educativo del país.
En el foro de TalCual «Regreso a clases en pandemia: Utopías y verdades», Fausto Romeo, uno de los ponentes y además presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Educativas Privadas, aseguró que el regreso semipresencial a los salones de clase debía hacerse en cónsono no con el esquema de flexibilización de la cuarentena del 7×7, sino con las necesidades de cada uno de los alumnos, pues cree que de esa forma se podrá prestar mayor atención pedagógica a los estudiantes y garantizar que se resuelvan las dudas que puedan ir surgiendo a lo largo de los períodos académicos.
«Hay cuestiones que tienen que irse evaluando. Si hay 30 estudiantes, tendrían que ir diez. No estoy de acuerdo con que los lunes vaya primer año o que los miércoles vaya segundo año.La flexibilidad sería que si yo como estudiante voy mal en matemática, entonces haya dos profesores de matemática determinado día para que puedan atender a los alumnos que tengan esas dudas», explicó el representante del sector privado de la educación venezolana.
En ese sentido, también señaló que para minimizar los inminentes riesgos de contagios, la cantidad máxima de estudiantes a recibir debería establecerse de acuerdo con los metros cuadrados que tenga el aula en el que van a ser ingresados, pues consideró que no es lo mismo meter a 20 estudiantes en un aula espaciosa, a meter 15 o incluso menos niños en salones extremadamente pequeños.
Para Fausto Romeo el regreso a clases se verá influenciado por la ubicación de los colegios y el surgimiento de los focos de contagio. Dijo entonces que, por ejemplo, las medidas de seguridad a aplicarse en una escuela del Valle, una de las zonas en donde se presentan más casos de covid-19 en la capital, deben ser más extremas a las que se puedan aplicar en un colegio de Caricuao o de algún otro sector en donde no existan tantos focos de contagio.
Asimismo, acotó que el retorno a clases por parte de los profesores dependería de su edad y de las condiciones de salud preexistentes que cada uno tenga. Esto debido a que si hay en los colegios docentes que tengan 60 años o más, lo más recomendable es que sigan trabajando desde casa, así como deberían hacerlo aquellos que sufren de diabetes, hipertensión y demás afecciones que aumentarían los riesgos de muerte de las personas que llegasen a contagiarse de covid-19.
«El maestro que tenga mas de 60 años hay que dejarlo en su casa, o el que tenga problemas que lo hacen formar parte de la población de riesgo no se debe incorporar. Esa parte de asistencia no debe evaluarse, no se puede descontar el día si ese profesor no puede ir. Hay que aprender que la educación a distancia llegó para quedarse», puntualizó.
Hablan los sindicatos
Por su parte, Gricelda Sánchez, representante de la Coalición Sindical Nacional de Educación, señaló que así como se tiene el derecho a la educación también se tiene derecho a la vida, razón por la que consideró que no se puede regresar a las escuelas en medio de la pandemia por coronavirus con las condiciones actuales que se tienen en las instituciones educativas venezolanas, las cuales se deben a la crisis económica en la que está inmersa el país y que además han pulverizado el sueldo de los maestros.
«El docente necesita que se le escuche. Resolver la deuda que hoy existe en el magisterio venezolano, porque la mayor cantidad de estudiantes es atendido en escuelas públicas. Lo secundario es que se dote de material de bioseguridad que se va a necesitar en algún momento, porque sabemos que esta pandemia no va a terminar mañana y que resuelvan problemas relacionados con los servicios básicos, como el agua, pues hace falta para que se pueda mantener la higiene», comentó Sánchez eran las primeras tres cosas que debían atenderse en aras de poder pensar en un posible regreso semipresencial a las aulas.
Si bien aún no existen conversaciones entre los docentes miembros de la educación pública y de la privada respecto al nuevo planteamiento hecho por Nicolás Maduro, Sánchez, como representante sindical, aseguró estar dispuesta a sentarse y debatir el tema. Expresó que podían dialogar y buscar una respuesta positiva para el sector, para de esa manera no solamente avanzar en materia de educación aún estando en pandemia, sino tratar de resolver el problema de raíz.
«Nuestras federaciones estarían dispuestas a sentarse, pero la mayoría de ellas no avala el regreso a clases (…) La reconstrucción de la educación comienza con que el derecho a la vida es un derecho humano que cada uno debe resguardar. Ir a las escuelas en medio de esta pandemia seria una tragedia. De cada 100 personas que mueren, 27 son médicos. ¿Vamos a dejar que pase lo mismo en el sector de educación? ¿Cuánto tiempo va a durar esta pandemia?», apuntó.
Lo que debería hacerse
En meses no se puede solucionar problemas que son de tan vieja data dentro del sistema educativo venezolano, siendo el aumento de las tablas salariales uno de ellos. No obstante, en un punto en el que varios de los ponentes coincidieron es que no se puede dejar de educar a los niños. Es por ello que para Luisa Pernalete, quien asistió al conversatorio de TalCual en representación de Fe y Alegría, dijo que también es importante que se instruya a los maestros en el uso de herramientas tecnológicas para poder seguir adelante con la educación a distancia.
Pernalete indicó que debe existir un acompañamiento para los profesores, no solo de dinero, sino de actividades formativas que mejoren su desempeño dentro de los sistemas virtuales y también aprendan a trabajar basándose en competencias y ya no en objetivos, como se hace cuando hay clases regulares en los salones de clases. «Frente a esa complejidad de educación en emergencia, las medidas deben ser flexibles. Cada director sabe las condiciones de sus profesores y los profesores las de sus estudiantes. Debe haber un monitoreo sobre lo que pasa en los colegios; sin esconder problemas se busca la salida», señaló.
La también miembro del Centro de Formación e Investigación de Fe y Alegría explicó que al inicio de la cuarentena, en sus colegios sólo se llegó a cubrir 43% de su estudiantado, pero que en los meses sucesivos ese porcentaje fue aumentando y ya para el 30 de junio se dio cobertura al 81% de la población estudiantil que manejan sus escuelas. Esto debido a que usaron múltiples vías para poder llevar la información y trataron de mejorar la «infraestructura móvil» con la que contaban algunos de los maestros, entiéndase dotándolos de equipos inteligentes a través de los que podían dar clases por WhatsApp y otras plataformas.
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