#ForoChat | ¿Es posible una transición política en Venezuela?
Para John Magdaleno, politólogo y director de la Consultora POLITY, la movilización de la ciudadanía juega un rol especialmente relevante para los procesos de transición política en el país.
Los altos costos de salida de los factores de poder dominantes y el surgimiento de una sub-coalición reformista que pueda abrir la posibilidad de un proceso de negociación son algunos de los obstáculos que enfrenta Venezuela para una transición política. Así lo afirmó John Magdaleno, politólogo y director de la Consultora Polity, durante el foro chat desarrollado por TalCual el jueves 29 de agosto.
Para empezar, el y especialista en análisis de datos en ciencias sociales, recordó que el concepto de transición según la literatura, se produce cuando “los gobernantes autoritarios, o los factores de poder que le dan respaldo, deciden por la razón que fuera reconocer y restituir las garantías que ellos mismos han contribuido a violar o que han violado directamente”.
Lo que supone la restitución de libertades civiles y derechos políticos, en un proceso de liberalización política, que se refiere a la restitución del Estado de derecho y la posterior democratización.
En cuanto al protagonismo de actores influyentes o involucrados, aseguró que depende de la modalidad de transición predominante, que pueden ser:
- Por Conversión o por reforma, donde los factores cruciales son los factores de poder del régimen autoritario: militares, círculos empresariales influyentes, sectores eclesiásticos, partidos oficiales, y otros actores sociales como líderes sindicales.
- Por colapso, cuando se produce un colapso sociopolítico de la coalición dominante
- Por intervención militar extranjera, donde los actores internacionales suelen ponerse de acuerdo con factores de oposición cuando se produce la intervención.
- Transición negociada, donde tienen relevancia factores de poder como factores de la oposición que negocian los términos en que se produciría la transición
Sin embargo, acotó que para el caso venezolano hay un conjunto de obstáculos que se interponen para asumir este proceso. “Los costos de salida que tienen los factores de poder son un obstáculo y hay dificultad para que emerja una sub-coalición reformista que pudiera abrir la posibilidad de un proceso de negociación. Hasta que esto no ocurra las perspectivas de una transición son bastante bajas”, dijo el experto.
Añadió también que la ciudadanía juega un rol especialmente relevante para estos procesos. “La literatura, desde mediados de los 80 y los 2000, termina descubriendo que buena parte de los procesos que contribuyen a las transiciones tienen que ver con presiones que proceden desde abajo. Es decir, presiones que se vuelven cada vez más relevantes cuando la ciudadanía se organiza, se articula y se coordina estratégicamente, para lo cual, por cierto, hace falta el surgimiento de organizaciones o movimientos sociales”
Otorgando a estos un papel incluso mayor que el de los partidos políticos, ya que estos “a veces no son suficientes para articular a sectores de la ciudadanía”. No solo por la cercanía, sino también por el nivel de influencia en cuanto a las actividades de incidencia. “Es decir, cómo sostener, por ejemplo, un ciclo de movilización colectiva a lo largo de un período de tiempo, a veces este período de tiempo va más allá de unos pocos meses, de forma tal de someter a presiones al régimen autoritario de que se trataba. Bueno, eso requiere obviamente la estructuración de movimientos sociales”.
Aclaró que estos procesos “son indeterminados” por lo que no tienen un límite o patrón de tiempo, incluso no hay garantías de su éxito. “Lo que caracteriza toda transición a la democracia es que hay mucha incertidumbre, porque hay una disputa genuina por la fijación de las reglas del juego del nuevo régimen político. Luego que arranca no hay garantías que concluya exitosamente en una democratización efectiva, es decir, en lo que se conoce como un episodio de democratización”.
En cuanto al ambiente político actual, detalló que “Venezuela ha experimentado 22 años de autocracia y esa autocracia ha ido mutando, originalmente era un autoritarismo competitivo, después pasó a ser uno hegemónico, era autoritarismo competitivo. Hay en mi opinión, autoritarismo hegemónico a partir de 2016, justo después de la elección parlamentaria de 2015 y ahora estamos en una tercera mutación o transición que pudiera aproximarnos, si no hay un esfuerzo que detenga esto, a una autocracia cerrada que tiene contornos y rasgos cada vez más visibles de tipo sultanístico y totalitario y obviamente esto plantea unas amenazas para el país en el corto, mediano y largo plazo”.
Concluyó su intervención justificando que para lograr una reconciliación nacional y una transición democrática “se requiere un cuadro de presiones nacionales e internacionales, obviamente presiones cada vez más efectivas y eficaces, así como un conjunto de garantías e incentivos para facilitar que el cálculo de costos y beneficios de estos factores de poder cambie, se altere, y esto, por lo regular, supone que se produzca una o varias situaciones límites que le planteen amenazas, dilemas estratégicos, desafíos de envergadura a los principales decisores que le dan respaldo al régimen político de que se trata”.
“Tiene que restablecerse el pluralismo político, la tolerancia política, el respeto a la otredad, al reconocimiento del otro que también es un actor político, que tiene derecho a tener opinión, que tiene derecho a tener preferencia, sí, lo que obviamente debería demandarse en una transición venezolana es respeto y restricto a las reglas y procedimientos democráticos, eso es obviamente lo que se ha violado en Venezuela durante más de dos décadas”, reiteró.