Francisco Torrealba: el multifacético operador político del gobierno
Luego de 29 meses de haber abandonado su curul en el seno del Parlamento y tras asumir un cargo en el Gabinete, Torrealba orquestó el regreso de la bancada oficialista a la Asamblea Nacional
Francisco Torrealba ha sabido cumplir órdenes: regresó a la Asamblea Nacional (AN) junto a 38 diputados de bancada oficialista luego de haber abandonado su curul con la excusa de que el Parlamento se encontraba en desacato desde 2016 y, por ende, en desobediencia a la Constitución.
Tras 29 meses de haberse desincorporado de la AN Torrealba reapareció convencido de que aún es diputado, pese a que la Constitución establece que los parlamentarios que acepten un cargo en la administración pública deben renunciar a su investidura, y él fue ministro de Trabajo meses después de retirarse del Parlamento en 2017. Se reincorporó además orgulloso de ser el jefe de la bancada oficialista; es decir, el primero en saber los lineamiento del gobierno y cuál es el siguiente paso que dará su fracción.
Desde 2016 también se afianzó a la tesis de que la Asamblea Nacional estaba en desacato usada por todos los funcionarios de la cúpula de Nicolás Maduro. Sin embargo, fue el primero en decir que su bancada respalda el golpe de Estado dado por diputados pertenecientes a los grupos minoritarios de la oposición, que se autojuramentaron como junta directiva del Parlamento.
Torrealba expresa su reconocimiento al acto realizado sin verificación de votos y quorum, sin la presencia del presidente de la AN, Juan Guaidó, y saltándose algunos requisitos establecidos en el Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional (Redin), por lo que carecería de validez.
Tras el golpe dado por el combo de diputados CLAP encabezado por Luis Parra, Franklyn Duarte y José Gregorio Noriega, es Francisco Torrealba quien afirma que espera llegar a acuerdos con los parlamentarios vinculados a casos de corrupción, para dar solución a la crisis institucional que vive el país. Es decir, para el exdirigente sindical la figura del desacato quedó en el pasado.
Desde que el chavismo se incorporó al hemiciclo legislativo, Francisco Torrealba es quien lleva la voz cantante y marca la pauta entre los oficialistas. El «asistente parlamentario» -como lo calificó en reiteradas ocasiones el reelecto presidente del Parlamento Juan Guaidó- incluso es quien instruye a sus compañeros sobre los insultos que deben gritar a los opositores.
El mejor ejemplo de ello fue en la sesión del pasado 9 de octubre. Mientras Secretaría se preparaba para pasar la lista, Torrealba daba instrucciones a los diputados del Bloque de la Patria: “cuando digan el nombre de cada uno, no respondan sí o no, digan paracos, o Guaidó rastrojo”. La orden, no obstante, solo fue acatada por tres de los 30 diputados rojos: Nosliw Rodríguez, Ilenia Medina (que cada vez que hablaba Guaidó giraba su silla y le daba la espalda) y Juan Marín, dejando en evidencia que su mensaje de líder no llegó a todo el rebaño.
De cargo en cargo
La etiqueta de «asistente parlamentario» con la que los diputados opositores designan a Torrealba alude a que desde 2017 el extrabajador del Metro de Caracas yo no puede ser tildado de congresista, dada la claridad de lo establecido en el artículo 191 de la Constitución: «los diputado de la Asamblea Nacional no podrán aceptar o ejercer cargos públicos sin perder su investidura salvo en actividades docentes, académicas, accidentales o asistenciales, siempre que no pongan dedicación exclusiva».
Antes de resultar electo diputado principal, Francisco Torrealba fue suplente de César González en el período legislativo 2011-2016. Previamente, en el lapso 2006-2011 había sido parlamentario principal.
Además de llevar una década de curul en curul, Torrealba también hace vida dentro del llamado Grupo de Bostón, una comisión parlamentaria de la Asamblea Nacional que se creó en 2002, tras la conformación del grupo de amistad parlamentario venezolano-estadounidense en el año 2000.
El objetivo que perseguía la comisión era lograr que parlamentarios del chavismo y la oposición se encontraran, dialogaran y se reconocieran. 17 años después el pensamiento chavista es el que predomina entre el grupo, que por cierto también ha puesto sobre la mesa el tema del diálogo, que ya en ocasiones ha quedado en nada.
El grupo en el que hace vida Torrealba también ha sido participe de liberaciones de presos políticos. Sin embargo, estas excarcelaciones han sido calificada por organizaciones no gubernamentales que dan seguimiento a este tema como un efecto «puerta giratoria» pues en muchas ocasiones luego de la liberación de un grupo de detenidos por razones políticas el Gobierno ordena privar de libertad a otros desertores.
Francisco Torrealba en 2013 fue designado como presidente del Instituto de Ferrocariles del Estado (IFE), cuya misión sería “revisar los proyectos ferroviarios del país y ponerse a trabajar para que se desarrolle”, según lo expuesto en ese entonces por Nicolás Maduro.
Para noviembre del 2014, el gobierno de Maduro aplicó una vez más un enroque de funcionarios públicos, lo que llevó a Torrealba a desempeñarse en el Sistema de Protección Popular de la Paz.
En su carrera también figura el haber sido integrante del Consejo Superior de Trabajadores Ferroviarios y vicepresidente de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores (CBST). Además «trabajó» en el sistema Metro de Caracas ocupando el cargo de sindicalista, por lo que su desempeño como empleado de la compañía pública es más que dudoso.
De momento, Francisco Torrealba despunta como uno de los funcionario de mayor influencia dentro de la cúpula del régimen de Nicolás Maduro y al único a quien el diputado autojuramentado como presidente de la AN, Luis Parra, obedece.