Galletas Puig: “pare el burrito y compre una”, por Rafael A. Sanabria M.
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La reconocida galleta Puig la inició don Juan Puig Canals, natural de Mallorca -España, donde nació en el año 1885. A muy temprana edad se residencia en América y en poco tiempo funda su primera fábrica de galletas en México.
De allí parte a Puerto Rico donde conoce a la señorita Juana Marques con la cual contrae nupcias y al poco tiempo visita Venezuela, quedando cautivado por las bondades climáticas y la hospitalidad de sus habitantes. Tenía en su haber el título de ciencias de la ingeniería y era políglota. En 1911 se residencia definitivamente en Caracas. Acá en Venezuela consiguió varios socios financieros: Charles Röhl, Luisa Francia G. y Bartolomé López de Ceballos, logra fundar una fábrica de galletas, con unos 30 empleados entre las esquinas Pajaritos y Las Palmas, además de otros negocios, entre los cuales se citan :un aserradero, fábrica de pastas, chocolates, caramelos y hasta una fábrica de hielo.
En 1917 muere Don Juan Puig Canals a los 32 años de edad a causa del paludismo, dejando numerosas empresas ya establecidas y en rumbo al éxito, como el caso de Galletas Puig. Su viuda recurre a su hermano José Puig, quien se encontraba en España, para que tomara las riendas de los negocios, es ahí cuando deciden venderlas todas y quedarse con la fábrica de galletas y chocolates.
En 1919 bajo la figura de comandita registran José Puig & cía. Donde los socios eran José Puig, Juana Márquez y sus hijos José y Emilio Puig Márquez. En 1933 se hace cargo de la empresa José Puig Márquez, a los 20 años de edad, hijo del fundador. La empresa sigue su progresivo crecimiento. En 1940 se inaugura su nueva sede entre las esquinas de Piedras y Puente Restaurador lo que aportó un enorme crecimiento en la producción, consolidando su liderazgo.
En 1946 la empresa pasa de comandita a la figura de compañía anónima bajo el nombre de C.A Sucesora de José Puig & Cía. En 1969 abren operaciones en la planta Los Cortijos, en esta sede se contaba con un equipo de ventas propio y en el interior del país con distribuidores que para ese momento eran llamados viajeros.
En 1973 se inaugura el primer depósito en Maracaibo y con él se abrió la puerta hacía la distribución directa en el interior del país y de ahí en adelante crearon depósitos en todo el país. En 1985 inaugura la planta Las Tejerías, allí se inicia la producción de la galleta Marilú, producto con gran acogida en el mercado. Pero el 8 de julio de 2019 es incendiada, dejando solo recuerdos de un ayer bonito.
Esta reconocida galleta tuvo asiento en nuestra localidad de El Conejo, municipio Revenga Estado Aragua así lo registra el libro de Junta comunal de 1935,sesión del 18 de febrero de 1935 el cual refiere un dato importante: «Se acordó una rebaja a la patente del vendedor ambulante de galletas José Puig C.A. pagaba 8 bolívares mensuales ahora pagará 2 bolívares mensuales cada vez que venda en esta jurisdicción». Fermín Guillermo Guillén Moreno. Presidente Junta Comunal El Consejo.
Cabe destacar que las galletas Puig se vendía en El Consejo desde 1919, Desde ese entonces Galletas Puig llegó a nuestro pueblo y a muchos pueblos del interior del país, a través de Carros tirados por burros. Con el devenir del tiempo las galletas Puig llegaron en camiones marca Ford para ocupar puesto especial en las bodegas del poblado. Según versión de algunos mayores comerse una galleta Puig era un lujo para la época. Aun la tradición oral de El Consejo repite «para estómagos delicados, galleta de soda» o “pare el burrito compre una».
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Hablar de galletas Puig en El Consejo es rememorar un amable recuerdo de un español que caminó las travesías de El Consejo como errante sin confines por hacer su sueño realidad. Galletas Puig se escuchó de un confín a otro en las polvorientas y taciturnas calles de esta geografía aragüeña.
Los Puig son ejemplo de la Venezuela que avanza, su mensaje estimula y forja. Dignos empresarios que llevaron su producto palmo a palmo por toda la geografía venezolana para contribuir con su esfuerzo y voluntad en la forja del trabajo que edifica, señala caminos y oteas horizontes.
El Consejo pueblo pujante y de claridades fue testigo fidedigno del comienzo de una marca que se hizo trono y señorío en Venezuela.
Todavía hay mayores quienes ven un paquete de galleta Puig y rememoran: «pare el burrito y compre una».
Rafael Antonio Sanabria Martínez es profesor. Cronista de El Consejo (Aragua).
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