Gaza-Palestina, por Freddy Gutiérrez Trejo
No es el único genocidio, pero es el primero trasmitido en realidad real.
Comisión Interamericana de Derechos Humanos 2003-2007
¨No matarás¨
Mandamiento Quinto
Cualquier persona que se entienda como tal o cualquier grupo que califique como asociación humana, experimenta repulsión por cualquier matanza de seres de su misma especie. Nadie podría estar de acuerdo con un homicidio que se ejecute con premeditación, alevosía, ventaja, desproporción y otras circunstancias calificantes y agravantes, ni con un genocidio planificado y ejecutado que por su naturaleza se lleva a efecto mediante un largo suplicio, ensañamiento e ignominia que soportan las víctimas. En Palestina, ante los ojos del mundo,
Israel está llevando a cabo el asesinato de un pueblo al que quieren desaparecer de la faz de la tierra. No se hizo silencio ayer ni es posible callar hoy ante crímenes que provocan en la humanidad una inevitable repugnancia.
Matanza en África
Nadie en el mundo en el pasado reciente, cuando corría 1994, justificó la muerte de más de 800.000 Tutsis ejecutada por las milicias Hutus en Ruanda. Día a día durante más de cien días fueron muertos a machetazos, hachazos, mandarrias, martillos, y armas de fuego, las víctimas del espantoso crimen de niños, adolescentes, mayores e incluso monjas y sacerdotes que dieron refugio a las víctimas. Además, según Naciones Unidas, se desató una epidemia de cólera que se llevó a 12.000 más. La misma ONU estima que esta situación afectó a no menos de cinco millones hasta el 2003. Según los datos recolectados por la BBC este genocidio sacudió el espíritu sensible de la humanidad.
Matanza en Europa
La mayor indignación, el más ahogante de los asombros, la peor de las perplejidades y una profunda desolación, fueron los sentimientos que embargaron a la humanidad en estos últimos ochenta años ante el holocausto que experimentaron los judíos en las cárceles, ghetos y los campos de concentración que se instalaron desde 1933 hasta 1945, lapso en el que gobernó el nazismo.
Esos espacios se abrieron, entre otros países, en Alemania: Dachau, Buchenwald, Sachsenhausen, Ravensbruck; en Polonia: Auschwitz Birkenau, Treblinka, Sobibor, Majdanek, Chelmno; en Austria: Mauthausen, o en Francia, Netzweiller, o en Croacia, o en otros lugares bajo la ocupación criminal. Esto fue parte de lo que llamaron La Solución Final, planificada y organizada por los mandos Nazis en las reuniones de Nuremberg.
Por un momento imaginemos lo que significó el trabajo forzado en las fábricas de armas que serían destinadas a ocupar espacios que no les pertenecían, y que las mismas se utilizarían también en su contra. Preguntémonos lo que pensarían los cavadores de zanjas que estaban destinadas para que ellos fueran enterrados vivos. Pensemos qué experimentarían los trasladados a asearse, cuando en vez de agua, lo que soltaban las duchas era gas venenoso para infligir pánico y muerte. Reflexionemos qué sentirían los que pasaban horas, días, semanas y meses sin recibir un bocado para alimentarse.
Matanza en América
Vale destacar dos botones de muestra, la operación tierra arrasada que se llevó a cabo entre 1981-83 por sucesivos gobiernos contra la población indígena y campesina en Guatemala, que se contabilizó en más de 200.000 personas entre desaparecidos y asesinados de diferentes modos, como lo documentó La Comisión para el Esclarecimiento Histórico.
Otro caso fue el espantoso exterminio que se intentó contra la población negra en los Estados Unidos por el grupo supremacista blanco Ku Klux Klan apoyado por diferentes autoridades para practicar desapariciones, violaciones, mutilaciones, quemas de hombres, mujeres y niños vivos, ahorcamientos y otras prácticas abominables. Desafortunadamente pareciera que la conducta del KKK reaparece por los días que corren.
Matanza en Palestina
El ataque inmisericorde que está desarrollando el ejército de Israel contra Palestina, que es un campo de concentración a cielo abierto, no puede llamarse guerra. Se trata, sin duda alguna, de un plan de ocupación de territorio con acciones expedicionarias con un alto poder de fuego aéreo, marítimo y terrestre. De hecho, han bombardeado la Franja de Gaza, ciudad de Gaza, Jan Yunis, Rafah, Bureij, Scheikh Radwan, y Tal al-Hawa, entre otros centros poblados.
Asimismo, la escuela Fahmi Al-Jarjawi, sufrió agresiones aéreas. Del mismo modo, continúa la agresión contra hospitales y centros de salud como el Nasser y Al-Awda. Por si fuera poco, el ejército israelí impide con sus fuerzas de tierra que llegue ayuda a los Centros de alimentación y medicinas o socorro humanitario.
Diferentes organizaciones que han intentado aproximar agua potable, comida, medicación de primeros auxilios y equipos de cirugía, han sido alejados con disparos que han causado un importante número de heridos y muertos.
Entre esas asociaciones de ayuda están Save the Children, Oxfam y Médicos Sin Fronteras, según reporta la BBC de Londres. Informan también que «Mientras la hambruna masiva se extiende por Gaza, el cuerpo de nuestros colegas y aquellos a quienes servimos se está consumiendo».
Escenas parecidas relata el sacerdote católico Gabriel Romanelli, quien informa que el templo de La Sagrada Familia donde ofrece la eucaristía, es escuela, refugio y dispensario de alimentos y medicinas, fue bombardeado, resultando herido él junto a un importante número de feligreses y tres muertos. Comenta igualmente al canal de televisión CNN que, según sus cifras, se han producido muertes de no menos 17000 niños. No vacila en plantear que la situación se agrava y que la hambruna es catastrófica.
Confirma que se ha impedido la entrada de ayuda humanitaria, y que espera, por lo menos, que se abran las puertas a los auxilios necesarios y que venga pronto un alto al fuego.
El Papá León XIV en el Ángelus del domingo 27 de julio, refiriéndose a la población Gazatí, dijo: «Aplastada por el hambre y expuesta continuamente a la violencia y la muerte». Resaltemos que el via crucis que está transitando Palestina alcanza una población cercana a los seis millones, de los cuales dos millones viven en la Franja de Gaza.
El territorio en el que desenvuelven su vida está siendo ocupado, primero, por colonos que se apropian desde hace tiempo de sus tierras y, en segundo término, se ha declarado ya la expresa intención de Israel de anexionarse Cisjordania, esto es, desalojar a los palestinos de las tierras que ancestralmente han ocupado.
Para alcanzar este objetivo han desplegado una fuerza misilística que ha matado a más de 100.000 personas, (El País. Julio 29/2025) y empujan de tal manera a los sobrevivientes, que éstos se ven obligados al desplazamiento forzado.
Arriba comentamos que la hambruna catastrófica se extiende, y que el ejército de Israel dispara a quienes están muriendo de hambre y a quienes procuran auxiliarlos. La afirmación que hago la han planteado Antonio Guterres, Secretario General de la ONU, Joseph Borrel de la Comunidad Económica Europea, Francesca Albanese, Comisionada Especial de Naciones Unidas, veinticinco países que han elevado su firme protesta, estudiantes de las mejores universidades del mundo y la sociedad indignada que levanta su voz para que se califique a Benjamín Netanyahu y a quienes lo respaldan, como monstruos que hacen peligrar la existencia humana.
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No matarás
La monstruosidad que estamos presenciando en directo revela el enorme desprecio por la vida que tienen los genocidas. Olvidan que las Tablas de Moisés ordenan «Amar al prójimo como a sí mismo». He tenido la oportunidad de intercambiar ideas con judíos civiles y rabinos que repudian la conducta sostenida de los sionistas que haciendo una torcida interpretación de la Torá, creen que ese grupo que mutila, desaparece y mata es el pueblo escogido de Dios. Pues ¡No! Los conductores del estado de Israel hoy serán señalados como una secta satánica, pero no como la creatura de Dios en la Tierra o Pueblo Escogido de Dios, toda vez que éste está conformado por el concepto hombre-humanidad en su sentido más amplio.
A esa humanidad sensible le toca poner un alto a la matanza u holocausto que sufren los palestinos, y actuar en nombre de la legítima defensa de la humanidad. No es justificable bajo ninguna circunstancia que aceptemos que se imponga «La Banalidad del Mal» como diría Hannah Arendt.
Entonces, visto lo que se está viendo, es una aspiración válida exigirle a cada quien que haga lo que esté en sus manos hacer, para impedir el avance de la acción calamitosa que se desarrolla frente a nuestros ojos, y hagamos imperar la sensatez sobre el terrorismo de estado.
Freddy Gutiérrez es abogado y profesor universitario.
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