Gente de Paz, por Carlos Alberto Monsalve
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Según los últimos informes publicados por la ONG Foro Penal, después del evento electoral realizado el 28 de julio del presente año, se han producido mas de 1.600 detenciones, llevadas a cabo por los cuerpos represores del estado venezolano, en respuesta a la manifiesta disconformidad popular, ante la falta de transparencia, que ha caracterizado dicho evento. Es del conocimiento público que, la mayoría de estas detenciones, son producto de una llamada “operación Tun Tun”.
Tun Tun es una expresión onomatopéyica que, como tal, trata de representar un sonido. Es este figurado sonido, al que se le ha dado una connotación coercitiva, el que ha golpeado la vida política del país, en el ámbito poselectoral, con su consecuente efecto sobre los diversos componentes del tejido social venezolano, de lo que pueden dar fe un gran conglomerado de personas, que van desde niños hasta habitantes originarios de esta Tierra de Gracia. Cuadro este que, de una forma o otra, nos hace rememorar, lo que podemos imaginar, era la sonoridad del ambiente gomecista, que le toco vivir al poeta Andrés Eloy Blanco y que lo inspiró para escribir ese poema conmovedor, como lo es, «Pesadilla con Tambor», en el que describe el horror de vivir en una dictadura.
En descargo de la connotación coercitiva, que se le ha dado a esta expresión onomatopéyica, para identificar una operación represiva, cabe recordar que dicha expresión tuvo mejor suerte en la pluma del Maestro Vicente Emilio Sojo, quien nos legó ese lindo y sabroso aguinaldo que intituló «Tun Tun», en cuyas estrofas a la pregunta «¿quién es?», le sucede la respuesta: «Gente de paz».
Si hay algo que ha caracterizado nuestra historia, en donde ha tenido un rol protagónico la civilidad, es que los venezolanos hemos sido gente de paz. Una muestra de ello lo fue la alta participación popular, que hubo en la referida jornada electoral del 28 de Julio.
De una manera singular y alegórica, en estos días que corren, nos encontramos siendo testigos de algo tácito en la utilización de la expresión en cuestión, como lo ha sido la pugna histórica entre la civilización y la barbarie, por la Venezuela posible, esta vez dilucidándose en el sentido e intencionalidad del uso de una expresión onomatopéyica.
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Ante la afirmación de Jorge Luis Borges de que: «las palabras son símbolos que postulan una memoria compartida», resulta imperioso optar, en la referida diatriba, por la memoria civilizatoria, ya que, en suma, los venezolanos de bien somos, por antonomasia, gente de paz.
Carlos Alberto Monsalve es profesor en la Universidad Central de Venezuela
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