Grenell y Rubio se contradicen sobre extensión de licencia a Chevron: ¿quién «ganó»?

Con apenas horas de diferencia, el secretario de Estado de EEUU y el enviado especial de Donald Trump para Venezuela, Marco Rubio y Richard Grenell respectivamente, anunciaron dos cosas completamente opuestas sobre una extensión a la licencia a Chevron, que vence el 27 de mayo. Las discusiones en el Congreso pudieron haber impactado el asunto
Una vez más Marco Rubio y Richard Grenell dejan en evidencia las contradicciones internas de la administración de Donald Trump sobre Venezuela. Dos visiones que parecieran contrapuestas. El objeto de la diferencia ha sido esta vez la información sobre la extensión de la licencia a Chevron, cuyo vencimiento se anunció para el 27 de mayo próximo, cuando la empresa estadounidense deberá cesar sus operaciones en Venezuela.
El 20 de mayo, Grenell recibió en Barbuda a Joe St. Clair, norteamericano que estuvo detenido en Venezuela acusado de conspiración. El veterano de la Fuerza Aérea de EEUU es el séptimo estadounidense que ha sido liberado desde que comenzó el gobierno de Donald Trump. Decía el funcionario que era parte de una negociación bajo el principio «America first» (Estados Unidos primero).
Horas antes, la agencia Bloomberg informaba sobre la reunión entre Grenell y enviados de Maduro para discutir, entre otros temas, la posible extensión de los permisos para la petrolera Chevron. La agencia Reuters decía, por su parte, que Grenell habría ofrecido extender la licencia de la petrolera.
Ese mismo 20 de mayo, en el podcast de Stephen Bannon, el propio Grenell dijo que la Casa Blanca quiere asegurarse de que China «no se apropie del petróleo venezolano», agregando que «el presidente Trump autorizó la extensión (de la licencia a Chevron) si lográbamos algún progreso y construir alguna confianza como hicimos hoy, por lo que esa extensión será permitida«.
Se asumió, por tanto, que la licencia Chevron sería extendida por otros 60 días. El oficialismo lo presentó como una victoria, y otros sectores como una demostración de que Washington baila con Caracas en vez de poner zancadillas. Pero Marco Rubio luego habló.
La noche del 21 de mayo el secretario de Estado publicó en X que «la licencia pro Maduro de Biden» sí se vencerá el 27 de mayo, «como estaba previsto».
Se trata de dos anuncios perfectamente opuestos, de dos funcionarios de altísimo nivel. Uno, Grenell, el interlocutor de Jorge Rodríguez y del propio Nicolás Maduro con Estados Unidos, que viajó a Caracas y que se ha referido al mandatario venezolano como «presidente» con el cual se quiere «una relación diferente» mientras se le considera el abanderado de la «real-politik». El otro, el encargado de las relaciones exteriores de su país, abiertamente crítico de Maduro a quien llama «dictador» mientras reconoce como «presidente legítimo» a Edmundo González, y que en varias oportunidades ha dicho que debe haber un cambio de régimenen Venezuela, siendo percibido como de «línea dura».
¿Quién está más cerca del oído de Donald Trump? ¿Asistimos a una puja pública sobre cómo manejar el tema Venezuela en Washington?
Por ahora, el presidente de Estados Unidos ni su portavoz en la Casa Blanca han dicho que extenderán la licencia de Chevron que vence el martes 27 de mayo. El Departamento del Tesoro, que finalmente es el encargado de dar los permisos ha permanecido en silencio mientras los dos altos funcionarios se contradicen. En otras oportunidades, las extensiones se han anunciado en horas cercanas al final de las concesiones.
Pero quizá el punto clave ha estado en el Congreso, donde se discutía en paralelo una nueva ley impulsada desde la Casa Blanca que necesitaba del voto en bloque del partido republicano para ser aprobada, como finalmente lo fue. El congresista Carlos Giménez publicó dos veces en X respaldando el anuncio de Marco Rubio. El tercer mensaje fue para anunciar que la «big beautiful bill» había sido aprobada.
¡Desde el Congreso de Estados Unidos, respaldamos las medidas de nuestro excelentísimo Secretario de Estado Marco Rubio y el Presidente Trump para ELIMINAR todas las vía de ingresos que tenga la dictadura asesina en #Venezuela! https://t.co/eNzxCQ1QT8
— Rep. Carlos A. Gimenez (@RepCarlos) May 22, 2025
Lo propio hizo la congresista por Florida María Elvira Salazar, que agradeció a Marco Rubio en X a la vez que mostraba su felicidad por la aprobaciuón de la nueva ley impulsada por Trump.
La carrera política de Marco Rubio tiene raíces electorales, y mucho eco en el Capitolio. Fue senador de Florida, varias veces reelecto, ha intentado la candidatura presidencial republicana en dos ocasiones, y es el primer descendiente de latinos inmigrantes en encabezar el Departamento de Estado, quizá la tercera posición más importante del ecosistema burocrático del Ejecutivo estadounidense. Pudiera tener en su mapa una nueva opción presidencial, para lo cual el voto latino de Florida será clave.
Grenell no tiene carrera electoral. Durante varios años ha sido asesor de política exterior, y Trump lo ha habilitado como enviado para misiones especiales en casos difíciles de política exterior. Fue embajador en Alemania durante la primera administración del republicano (2017-2021), enviado presidencial especial para las negociaciones de paz de Serbia y Kosovo, y cumplió un período como director interino de inteligencia nacional. También fue mencionado como posible candidato para el Departamento de Estado cuando el magnate ganó la elección en noviembre de 2024.
Su visión de «real politik» ha quedado patente, por ejemplo, al mostrarse partidario de que haya acuerdo de paz que preserve el territorio de Ucrania y al mismo tiempo permita la creación de «regiones autónomas» donde Rusia pueda mantener control territorial.
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