¡Gringos, apunten bien; no apunten al pueblo!, por Beltrán Vallejo

La palabra “sanciones” vuelve a retumbar en el firmamento oscuro sobre nuestro afligido país. Hace unos días, el director del Consejo Nacional de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, Mauricio Clavel –Carone, afirmó textualmente que “vienen más sanciones”, y también dijo que “todavía nos quedan muchas medidas por hacer”; incluso, hizo referencia de que nos aplicarán una tal “caja de herramientas” (quizás sabe que los venezolanos estamos comiendo “clavo”).
En esa misma línea, el ya conocido Elliot Abrams, el enviado especial de la Casa Blanca para Venezuela, exhortó a la UE a que imponga unas “sanciones al régimen de Maduro”, y argumentó que dicho organismo tiene una cuota de responsabilidad en la permanencia de ese dictador en el poder, ya que han sido “reticentes” en adoptar esas medidas.
Quiero recordar también que el pasado 16 de julio, esa criticada UE, criticada por lenta, por poco severa, en boca de la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, amenazó que, si no hay “resultados concretos” de las conversaciones entre la tiranía y la oposición en Barbados, entonces se impondrían nuevas sanciones para Venezuela.
Pues bien, ¿qué significa este anuncio de que vienen más “sanciones”? ¿Será que las que se han implementado no han servido o han sido insuficientes?;¿o será el reconocimiento de un fracaso?; ¿o más bien será que la potencia más poderosa del planeta tiene escasa imaginación o limitadas testosteronas?; ¿o simplemente es reconocer que Maduro es un arre…?Y ante ese escenario, ¿cómo pinta el venezolano: cómo un pueblo pobre o cómo un pobre pueblo?
Lo cierto es que, si las “sanciones” se imponen sobre nuestro país,significa que el uso de la fuerza militar por parte de EEUU, para extirpar al régimen de Maduro, está alejado como posibilidad. Desde hace algunos años, las sanciones se han convertido en el mecanismo de coerción no militar más popular, cuestión que no quieren entender los que sueñan con la invasión de Panamá. Siempre he creído que el escenario de intervención militarestá bien lejos (no que sea un imposible), desde que Trump está en la presidencia, ya que durante su campaña electoral alardeó de quitarle a EEUU el compromiso de ser el “policía del planeta”; y ahora,con la destitución de su belicista asesor de seguridad, John Bolton, más convencido estoy de que habrá más sanciones, pero nada de tropas entrando por Araya.
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Humildemente le propongo a Guaidó que les diga a los gringos que, si van a seguir aplicando sanciones, cuentencon acompañamiento y aporte internacional, porque mientras sólo los gringos sancionan, y los europeos y demás países sigan con pura declaradera, entonces tendremos a una Venezuela con la misma “manguangua” de una Cuba,que recibió el comercio y la amistad de medio mundo, mientras los EEUU jugaban en solitario a sus sanciones y bloqueos.
También pedimos que esas sanciones sean “inteligentes”, más efectivas y terribles para los personeros del régimen, allegados y familiares que disfrutan de la buena vida, sobre todo por la Europa. Se dice que por ejemplo los boliburgueses son propietarios de 7.000 apartamentos o inmuebles de lujo en España.
Lo que sí es cierto es que las sanciones económicas, que desde el año 2017 se están aplicando sobre Venezuela,mantienen abierta la siguiente interrogante histórica sobre esta materia: ¿funcionan realmente? Por ahora el régimen ha resistido con el oro, el mercado negro y sus amigotes, que bien peso pesado son: Rusia, China, India, Turquía y hasta Sudáfrica, estas últimas con el comercio del metal precioso.
¡Gringos, apunten bien; no apunten al pueblo!