#GuachimánElectoral Candidaturas dispersas serían determinantes en los resultados de nueve estados
El Guachimán Electoral te presenta el panorama frente a los comicios convocados por el Consejo Nacional Electoral para el 21 de noviembre con participación alta, media y baja de la oposición
Franz Von Bergen | Jhonattan González
El surgimiento de candidaturas a la par de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), como las que representan a la Alianza Democrática o los llamados independientes, generan interrogantes sobre las opciones que tiene la oposición de derrotar al chavismo en el terreno electoral regional y municipal.
Al menos nueve estados tienen una tendencia reñida, si se consideran los resultados de los últimos siete comicios en los que ha participado la oposición (Parlamentarias 2010, Presidenciales 2012, Regionales 2012, Presidenciales 2013, Municipales 2013, Parlamentarias 2015 y Regionales 2017).
Las gobernaciones de Amazonas, Anzoátegui, Bolívar, Carabobo, Lara, Miranda, Nueva Esparta, Zulia y la alcaldía del Distrito Capital podrían ser ganadas por el chavismo o la MUD debido al cerrado margen de las últimas contiendas. Sin embargo, para este proceso hay variables a analizar, por ejemplo, la aparición de los partidos de “La mesita” y otros aspirantes independientes que restarían votos a la alternativa que representa la Plataforma Unitaria de Venezuela bajo la tarjeta MUD.
El caso más emblemático es el del estado Miranda, bastión importante por su densidad poblacional. En esta entidad, la MUD se decantó por la opción del exalcalde de Sucre, Carlos Ocariz, en detrimento de David Uzcátegui, dirigente de Fuerza Vecinal. No obstante, el exconcejal de Baruta inscribió su candidatura alegando que domina las encuestas y en reiteradas ocasiones solicitó la realización de primarias. Aparte de Ocariz y Uzcátegui está también la alternativa de Juan Carlos Alvarado, inscrito por la Alianza Democrática. Todos irán contra el candidato único del chavismo, el actual gobernador Héctor Rodríguez.
En el Distrito Capital, a pesar de que la MUD designó a Tomás Guanipa, hay candidaturas como las de Antonio Ecarri (Alianza del Lápiz) que pueden restarle fuerza a la coalición opositora que se medirá con Carmen Meléndez, abanderada del Psuv. También entran en escena seis candidatos más: Javier Torres, Leocenis García, Luis Velásquez, Carlos Melo, Pedro Rojas y Rafael Uzcátegui, este último del chavismo disidente, inscrito en la tarjeta PCV.
En Lara, Luis Florido ganó la representación de la Unidad por encima de Sobella Mejías y Alfonso Marquina. Sin embargo, para superar al aspirante chavista, Adolfo Pereira, Florido deberá competir además con el exgobernador de la entidad, Henri Falcón.
La MUD logró consenso para la reelección de sus gobernadores en Anzoátegui con Antonio Barreto Sira, Mérida con Ramón Guevara y en Nueva Esparta con Alfredo Díaz. Pero estos tres deberán medirse, aparte de los contendientes únicos del chavismo, con José Brito, Edgar Márquez y Morel Rodríguez, respectivamente por la Alianza Democrática.
En Amazonas también hay peligro de votos divididos. La Plataforma Unitaria de Venezuela quería postular al exgobernador Liborio Guarulla, pero está inhabilitado por la Contraloría General de la República. Debido a esta situación, el G4 designó a Mauglimer Baloa y la Alianza Democrática postuló a Nixon Maniglia.
En el estado Carabobo, la opción de la Unidad es Enzo Scarano, quien tiene que enfrentar a Javier Bertucci, candidato de El Cambio, y al gobernador y favorito a repetir Rafael Lacava.
Estados rojos
Hay 13 entidades que tienen una tendencia histórica favorable al chavismo, los más pequeños, con mayor población rural y la mayoría llaneros. Estos se pueden dividir en dos grupos: uno de territorios con favoritismo muy fuerte hacia la tolda roja (Apure, Cojedes, Delta Amacuro, Guárico, Monagas, Portuguesa, Sucre, Trujillo, Vargas y Yaracuy) y otro también con tendencia positiva al PSUV, pero menos marcada (Aragua, Barinas y Falcón).
En un escenario de alta participación opositora, las regiones de este último grupo pasarían a ser reñidas y la MUD tiene opciones. Si la asistencia a votar del ciudadano opositor es baja o media, el chavismo probablemente tiene aseguradas todas estas gobernaciones.
En el caso de Aragua, la MUD no ha definido a su candidato debido a la imposibilidad de inscribir a Richard Mardo, inhabilitado. Los partidos de “La mesita” postularon a Luis Eduardo Martínez. La representante del chavismo Será Karina Carpio, quien le ganó las primarias, por imposición, al gobernador Marco Torres.
En Barinas, Freddy Superlano, aspirante de la MUD, no solo tendrá que luchar contra la hegemonía de los Chávez con la candidatura de Argenis Chávez en esta ocasión. También deberá contar votos frente a la coalición de la Mesa de Diálogo Nacional representada por Rafael Rosales Peña.
En la otra gobernación donde la MUD tendría oportunidad es el estado Falcón, pero se presenta la misma diatriba: partidos intervenidos, tarjetas que se confunden por las nomenclaturas y colores y más de un candidato por las diferentes facciones de la oposición. Por la tarjeta de “la manito” está inscrito Eliecer Sirit; por la Alianza Democrática Daniel Barrios y ambos deberán competir contra la propuesta del partido rojo, Víctor Clark, quien va por la reelección.
Los dos estados andinos, Mérida y Táchira, tienen una tendencia claramente favorable a la oposición. Sin embargo, en estas regiones el chavismo consiguió la gobernación en 2012 debido a que la MUD no presentó candidaturas sólidas. Si la oposición consigue cierta movilización y no presenta divisiones importantes debería ganar estas dos entidades cómodamente.
No obstante, en Táchira hay conflicto porque la Plataforma Unitaria apostó por Fernando Andrade Roa, mientras que la actual mandataria regional, Laidy Gómez, irá por la reelección con el apoyo de la Alianza Democrática y la tarjeta de AD intervenida por el Tribunal Supremo de Justicia.
A pesar de que con estos escenarios pueden salir victoriosos cualquiera de los dos bloques mayoritarios, los resultados se perfilan muy cerrados, por lo que las candidaturas independientes tendrían una influencia que perjudique a uno de los bloques. La oposición mantendría opciones muy reales de recuperar territorios importantes como Miranda y Zulia, y si consigue la alcaldía de Caracas por primera vez sería un duro golpe para el chavismo.
Participación alta de la oposición
Aunque es muy difícil que se repita un escenario de muy elevada participación opositora, como el de 2015 cuando se consiguió una unidad casi perfecta y la MUD llamó sin ninguna fisura a las urnas, vale la pena analizar lo que ganaría si eso se repitiera. Ese mismo panorama es difícil debido a la cantidad de personas que han emigrado desde 2015, presumiblemente votantes de la oposición en mayor medida y que, por el tipo de elección, no podrán participar desde el extranjero. Pero si se diera este marco, la plataforma Unitaria dominaría en los territorios reñidos y tendría muy buenas posibilidades de ganar Aragua, Barinas y Falcón. Incluso tendría posibilidades en algunos de los 10 estados más chavistas: Vargas, Trujillo, Sucre, Monagas y Guárico. De esta manera, el Psuv solo partiría como favorito en cuatro entidades: Apure, Cojedes, Portuguesa y Yaracuy.
Participación baja de la oposición
Otro escenario posible es que la participación opositora sea muy baja y eso beneficie al chavismo, lo que dejaría un panorama parecido al de las elecciones de 2017.
Como la mayoría de los miembros de la oposición mayoritaria anunció que participará probablemente la circunstancia de hace cuatro años no se repita. Sin embargo, puede ser más probable que el de una asistencia masiva de los factores que adversan al chavismo. En este caso, la MUD tendría sus mayores oportunidades igualmente en Mérida y Táchira, aunque seguiría con opciones en estados donde ha gobernado antes y que ahora no controla: Miranda, Zulia y Carabobo. No obstante, la victoria en territorios nuevos e importantes, como la Alcaldía de Caracas, se hace mucho más complicada.
Al final también tendrá un peso muy importante la designación del candidato por las toldas políticas, su acogida entre los votantes y las posibles divisiones que se puedan generar si actores independientes reconocidos presentan aspiraciones que resten muchos votos a uno de los dos bloques. Estos factores tendrán una importancia trascendental y pueden generar grandes sorpresas.