Guaidó moviliza a Venezuela, por Gregorio Salazar
Haber sacado a los venezolanos del bajón emocional en que lo sumieron los zarpazos de la dictadura contra la mayoría calificada de la Asamblea Nacional, las propias atribuciones del Poder Legislativo y el referéndum revocatorio es un mérito grande de los primeros días de actuación de Juan Guaidó como presidente de la AN y líder de la mayoría de la oposición.
Si algo ha comprobado la presencia en la calle del joven presidente de la AN es que en el pueblo venezolano siguen intactas las ansias de libertad y de ver retornar a Venezuela por la senda de la democracia y la prosperidad económica. La gente ha recobrado el entusiasmo y potenciado las ganas de luchar por su país y ha correspondido al llamado de Guaidó con su presencia multitudinaria, sorprendiendo incluso a los más optimistas.
Vargas, Carabobo, Táchira se manifestaron de forma masiva y entusiasta, como no se había visto desde hacía muchos meses cuando prevalecían la inamovilidad y la desesperanza. Es palpable que el ambiente está servido para que este miércoles 23 de enero Venezuela toda se levante para dejar oír al mundo un portentoso grito de libertad, denuncia y rechazo a la cúpula gubernamental. Será la mejor manera de corresponder y de seguir animando a la comunidad internacional que con el desconocimiento a la elección de Maduro lo ha colocado en uno de sus momentos de mayor debilidad y aislamiento. Es apenas el comienzo de la ruta, pero cierta y prometedora.
La coyuntura ha sido oportuna y Guaidó ha sabido moverse con acierto en medio de un enorme juego de tensiones, dentro y fuera de Venezuela. Guaidó no es un orador que enardezca a las masas, que razones de sobra tienen para estarlo frente al gran desastre nacional, pero está diciendo con prudencia y aplomo lo que tiene que saber el pueblo venezolano y lo suficiente para marchar unidos en pos de un mismo objetivo: sacar del poder a quienes a pasos cada vez más acelerados están haciendo desaparecer la República.
La dictadura, es cierto, cuenta con muchos recursos y mucho poder y lo ejerce de manera brutal. Tiene también sus aliados internacionales dispuestos a hacer de contrapeso a quienes presionan desde afuera a Maduro, a cambio de que les permitan expoliar los grandes recursos minerales y energéticos de Venezuela. Respaldo a cambio nada menos que de saquear a sus anchas y sin hacer el más mínimo cuestionamiento al fascismo criollo porque son de la misma calaña.
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Pero a la dictadura se le acaban los artificios sobre los cuales ha pedaleado en la misma charca. El más reciente ejemplo es el nuevo aumento salarial que cuadriplica al salario mínimo y sin embargo ha muerto al nacer, pues la capacidad adquisitiva de los trabajadores está reducida a cero. Dieciocho mil bolívares en un mes alcanzan hoy para una empanada al día. Mañana para la mitad. Simultáneamente, el incremento salarial ha dejado al borde de la inutilidad al tan fanfarroneado cono monetario que se probó apenas en agosto. Ni los propios bancos del Estado reciben hoy los billetes de menor denominación. La escasez de efectivo, de alimentos, medicinas, agua, gasolina y luz vendrán a exasperar aún más los ánimos ciudadanos.
Las ciudades exhiben una fachada de metal. Cuadras enteras de santamarías abajo, comercios que no arrancaron con el comienzo del año y que probablemente no volverán a hacerlo mientras esta situación perdure. Todos nos estamos quedando sin posibilidades de supervivencia en nuestro país.
Estamos en la hora de la solidaridad y la sinergia, en la que los venezolanos demostremos lo que podemos hacer internamente para enfrentar y empujar hacia la salida a Maduro y su repudiable régimen con el invalorable ayuda apoyo internacional. El nuevo paso es estar en la calle con nuestra presencia activa, militante y pacífica. Volver a los derroteros de la violencia frustraría la ruta por donde están transitando Guaidó, la AN y dirigentes en el exilio.
Nadie puede vaticinar cuándo y cómo será la salida de esta dictadura, pero estamos en el camino correcto. Elecciones libres es una de las grandes metas. En consecuencia, primero lo primero, y ello es estar todos en la calle este miércoles 23 de enero, inspirados en los 60 años de la gesta que abrió el período más prolongado de democracia en Venezuela.