Guaidó repite… Antes de opinar léalo completo primero, por Ángel Monagas
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Los esfuerzos de Guaidó están centrados en repetir como Presidente de la AN. Detrás quedan las promesas, los anuncios. El Mesías que él dice no ser, precisamente es a lo único que se dedicó. Puedo entender las razones estratégicas de su “repetición”, no las políticas frente a las minorías que esperaban el cumplimiento de un pacto acordado en el 2015. Todos los años se cumplió. Falso que las fracciones “minoritarias”, hayan desistido de su aspiración. Eso fue una manipulación, propia de la cultura política heredada por Proyecto Venezuela y otros.
Jamás se esforzó por ser un auténtico y legitimo Presidente. No ejerció la presión debida sobre un “régimen” agónico en los tres primeros meses del año.
Como en el 2002, estuvimos muy, muy cerca, de consolidar un cambio.
Eso no fue un error. Fue un acto intencionalmente ejecutado por una clase política que ha vivido en “cohabitación” con la dictadura pro cubana.
De allí la molestia general. El 90% de los venezolanos lo apoyó, estaban dispuestos como en abril del 2002, como en el 2013 cuando ganó Capriles y no se supo defender esa situación.
El drama actual, perfectamente lógico, supone un fracaso de toda la oposición, ante lo sucedido con Juan Guaidó. Su muestra a la deriva. Expresión gráfica de un sector político que no se encuentra. Algunos encuestólogos de renombre como Jesús Seguías, afirman que “ya Nicolás Maduro está por encima en algunos estados”. A pesar del terror y la rabia que me causan sus palabras, muestra elementos para el análisis que comparto: La inmadurez del diputado Guaidó, “no ha entendido el juego de roles, no hay definición de ese rol a lo interno y lo externo”. Coincido también en sus argumentos, cuando Seguías establece que “los chavistas no tienen un pelo de tonto”.
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Hemos subestimado lo que recubre la periferia de Nicolás, él no es el hombre. Es un entorno muy bueno para lo malo y muy deficiente para lograr lo bueno. El problema es que la clase política protagonista de estos 21 años es mala entendiéndolo.
Entonces vienen los “necios”, los “estúpidos”. Repiten como “zombies” “no podemos seguir atacando a Guaidó, al interino”, que repite ciertamente, en errores y posturas.
Quienes lo hacemos según ellos, somos “G2” cubano, chavistas y que más se yo.
¿Hasta cuándo van a obligar e intentar someter a la Venezuela pensante?
Critican lo que ellos mismos practican
Alrededor de Guaidó lo que hay es un gran sistema de medios, motorizado por el inefable “Ravell”, con la incorporación de JJ Rendón y una serie de profesionales que abandonaron el periodismo serio, para transformarse en “voceros”, “influencer”. Cobran muchos “dólares” por ello. Ninguno está allí de gratis.
Atacan a los “Guerreros del teclado” y es lo único en lo que ha concentrado sus esfuerzos el Cuartel “guaidosista”. No hay trabajo político de calle, hacia las estructuras internas de la sociedad. Si lo hubiera, las últimas convocatorias no hubieran fracasado. Ni a los “gremios” y sus causas se les da la debida importancia. Todo el trabajo de Guaidó es puramente mediático: atender periodistas (los que le son cómodos, salvo excepciones), montar shows, como el del metro y ahora el nuevo papelito de “superhéroe”.
Sigue sin decir la verdad del 30 de abril, sin mostrar transparencia en el manejo de los recursos y aunque carezca de moral para decir, lo que afirma el diputado Brito es absolutamente veraz: Había más de 70 diputados molestos, por la clasificación de algunos de “primera” y otros de “segundo”. Supongo que ya eso fue resuelto.
No controla la AN: No se aprueba ni desaprueba una ley, vital para resolver el tema eléctrico, por ejemplo.
El Guaidó del 5 de enero del 2020, repetirá. Ese que he mencionado. Solo cambiará de traje, de obra, ya no será un suspenso de Alfred Hitchcock, sino más bien un drama propio de Agatha Christie. A los efectos ya empezó “Ahora si será el 2020, el año del fin de Nicolás”.
Para mi otro “culebrón” propio de Delia Fiallo, con todo el respeto para la señora, exitosa para desarrollar ese tipo de contenido propio de la Televisión, muy malo en la política.
No más democracia de “nariz tapada”
Elegir el mal menor siempre resulta en traer males mayores.
Un ejercicio demasiado moderado para mi gusto fue el 2019. Faltaron ideas. “Vamos bien”, construyo un eslogan curiosamente nada original. La realidad estuvo muy lejos, de aquella puesta discursiva, del mantra de las expectativas: Cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. Ni siquiera su reelección es libre. Se acusa a Maduro de querer comprar “diputados”, lo cual no dudo, empero ¿Qué hace él? Exactamente lo mismo para contener el motín a bordo.
Un grupo haciendo negocios y otros hospedados en casa de familiares. Unos viajando con miles de dificultades y otros recogidos en Autopulman, en hoteles de lujo hospedados.
Guaidó repite el tutelaje como marco político, de los líderes del G4.
La nueva promesa de “ir más rápido”, de “negociar más duro”, duraran tanto como el aroma de un perfume en un avión a 3 mil pies de alturas, con las ventanas abiertas.
Guaidó repetirá y no le queda de otra, las jugadas a conveniencia del lobby de Donald Trump. Luego de su reelección en noviembre 2020, habría alguna posibilidad. Antes es difícil aunque no imposible.
La llamada “polarización” es una mentira, simplemente porque ambos bandos en Venezuela, Chavismo y Oposición MUD-G4, son más parecidos que diferentes.
Chávez encontró aliados en su elección cuando lo vendieron como el “mal menor” frente al terrible peligro de CAP, de AD, de COPEI, así lo vendieron.
La historia es cíclica y pretende repetirse, solo que se repite el error. En el 2002 la movilización de calle pudo romper ese “maleficio político” y sería bueno ahondar ¿Quiénes contribuyeron a abortar ese suceso inédito en estos 21 años de dictadura?
El “mal menor” no es más que un camino hacia otros males, siempre mayores. Su escalón inmediatamente superior.
Hoy, en nombre de un futuro indeterminado se pide a las mayorías populares confiar en una alianza con todos aquellos que hicieron posible lo logrado en el 2019. ¿Cuáles logros? ¿Cuáles resultados? ¿Más cuotas de poder repartidas en nombramientos de diplomáticos entre amantes, esposas, hijas de los “caciques” políticos venezolanos del G4? ¿Los bonos Pdvsa? ¿Control de Citgo, Monómeros, etc.?
Pregunto, del 5 de enero del 2019 al presente ¿Usted siente que ha mejorado en algo su calidad de vida?