Güicho y la educación financiera, por Tulio Ramírez
En el marco de la Feria del Libro del Oeste, evento que organiza la UCAB desde hace 10 años, tuve la oportunidad de presentar el libro titulado Navega tus finanzas personales. Ruta hacia la libertad económica, de la Doctora Elizabeth Teixeira, editado por Pan House.
Es una edición en físico, cosa extraña hoy en día porque en nuestro país se ha migrado a las ediciones digitales por lo costoso que es conseguir papel y tinta. Por otra parte, tampoco es que sobra quien lo imprima. Las editoriales, como las golondrinas, han levantado vuelo, buscando en otras tierras el indispensable alpiste para vivir.
En otros tiempos, he tenido la suerte de prologar, presentar y bautizar algunos libros escritos por colegas y amigos. Esto lo hacía en la época en la cual estos eventos se organizaban en las librerías y en las Ferias de Libros que anualmente se instalaban en diferentes sitios de Caracas.
Estos espacios eran muy concurridos por la intelectualidad caraqueña. Además del vinito, el quesito, los tequeños y la posibilidad de obtener un ejemplar firmado por el autor, se establecían relaciones e intercambio de números telefónicos que ayudaba a ensanchar la red de amantes de la lectura o de los infaltables gorrones que tienen la habilidad de olfatear la ubicación del próximo bautizo.
Hoy día estos eventos se han reducido a su mínima expresión, no solo por la desaparición de las librerías sino porque se vería muy ridículo echarle pétalos a una laptop que contiene un folder con la edición digital o lanzar los pétalos al aire, como si se estuviera haciendo algún ritual hindú para congraciarse con alguna deidad.
Disculpen, no era mi intención desviarme del tema, vuelvo al redil. El libro de la Dra. Teixeira, al contrario de lo que se podría pensar por lo que sugiere su título, no está escrito para millonarios panzones, hombres de negocios que en vez de dominó juegan golf, inversionistas potentados que andan en chola para no llamar la atención, ni tampoco para aquellos que no saben qué hacer con el dinero mal habido.
Más bien, ese libro está escrito para quienes sobrevivimos 15 y último por el sueldito que recibimos, el cual, por cierto, como las librerías, también se está extinguiendo.
La obra de la Dra. Teixeira, nos brinda unas claves para administrar de manera inteligente los pocos recursos que nos caen cuando llueve café en el campo. Por supuesto, esos recursos serán más o menos dificultosos de conseguir, dependiendo de la dinámica económica del país donde se habita. De igual manera, su administración, tendrá que ver mucho con la cultura financiera que se haya enraizado en el ADN de esa sociedad.
Por ejemplo, Klaus, un mecánico de una industria automotriz alemana, cuando recibe su quincena no salta eufórico en una pata porque los churupos llegaron justo cuando andaba más limpio que bata de mecánico de la Mercedes Benz. Por el contrario, Klaus lo toma con calma ya que su cultura administrativa le ha hecho gerenciar sus ingresos de manera inteligente y con precaución.
Apenas llega el mensaje del depósito a su celular, se transfieren automáticamente parte de esos recursos a unas subcuentas o Wallet, abiertas a su nombre. Un porcentaje va para una cuenta denominada Hipoteca, otro para Pago de Servicios, otro para Seguros de vehículo y salud, otra parte va para Ahorros e Imprevistos, otro para Fondo de Jubilación y otra destinada a la subcuenta denominada Vacaciones Familiares para 2028. El 40% restante lo usará para vivir sin lujos, pero sin sobresaltos, hasta la próxima quincena.
Mi compadre Güicho, quien sobrevive en Carúpano, igual que a Klaus le queda un 40% de la quincena para su libre disposición. Pero, a diferencia del alemán, el 60% restante tiene el siguiente itinerario: 20% para la cuenta de Camucha, su esposa, para hacer el mercado, pagar los servicios, y un repele para posibles préstamos al compadre por si llega rucho al final de quincena.
Otro 15% se destina a Joao, el dueño del Bar El Carite Enratonado, el que queda por Playa Copey, por concepto de tragos y farras de fin de semana con sus amigos pescadores de Macarapana; otro 10% para pagar al turco Ahmed, el dueño de la mueblería de calle Independencia, quien siempre le está prestando plata para honrar sus deudas de juego; y, finalmente, un 15% para lo que él llama «la partida secreta». Recuerden que el compadre es medio vagabundo.
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Ese desorden administrativo tiene a la comadre Camucha siempre en ascuas. Así las cosas, he decidido enviar el libro de la Dra. Teixeira al compadre. Pero como intuyo que no lo leerá por sus múltiples ocupaciones, le pediré a la comadre que se lo lea en las noches, como a los niños chiquitos. Pero debe asegurarse que esté sobrio. Si no lo está, no vale la pena invertir tiempo en su educación financiera. En 3 meses llamaré para averiguar qué tanto ha cambiado.
Tulio Ramírez es abogado, sociólogo y Doctor en Educación. Director del Doctorado en Educación UCAB. Profesor en UCAB, UCV y UPEL.
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