Con el salario mínimo solo se puede comprar un kilo de arroz y otro de pasta
Quedan excluidas de la dieta las proteínas animales como pollo, pescado, huevos y carne, alimentos imposibles de consumir para los trabajadores que devengan salario mínimo pues en el mercado rebasaron los Bs. 40.000
“Doy y doy vueltas y no consigo algo que pueda pagar”, dijo Rocío Quintero, una mujer de la tercera edad que deambulaba en un supermercado en Santa Eduvigis, al este de Caracas, mientras intentaba hacer compras. “Ya no como carne, pollo ni huevos porque están incomprables, los sustituyo por queso y granos”, añadió la pensionada.
La incertidumbre de Quintero pone en evidencia los estragos que la hiperinflación produce en el bolsillo de los venezolanos, cuya mayor demostración es que con el salario mínimo de 1.800 bolívares de hace un año un trabajador compraba cinco de los 60 productos de la canasta alimentaria familiar: arroz, azúcar, carne, huevos y pasta. Hoy, con los 40.000 bolívares del sueldo base solo puede llevarse dos: arroz y pasta.
“Todo parece caro, pero dentro de unos días recordaremos estos precios como baratos”, expresó otro consumidor que estaba en un local, comentario que demuestra los efectos devastadores de la crisis que agobia a los venezolanos.
En menos de un año, la pasta escaló de 160 bolívares a 19.500 bolívares, un aumento de 12.087%; mientras que el kilo de azúcar pasó de 160 a 25.900 bolívares, lo que significa un alza de 16.087%. En ese mismo lapso, el precio del arroz subió de 140 a 18.950 bolívares, lo que representa un incremento de 13.435%.
De los platos de quienes reciben sueldo mínimo quedaron excluidas las proteínas animales como pollo, pescado, huevos y carne, alimentos imposibles de consumir para los trabajadores que devengan salario mínimo pues en el mercado rebasaron los Bs. 40.000.
La carne de primera costaba el 30 de agosto 60.000 bolívares en el mercado municipal de Quinta Crespo, cuando en octubre de 2018 el precio era de Bs. 700, lo que refleja un alza de 8.471% en ese lapso. El cartón de huevos tiene un precio mínimo de 50.000 bolívares. En octubre de 2018 costaba 600 bolívares.
El panorama es mucho más dramático si se compara con lo que se podía comprar dos años atrás. En septiembre de 2017, con los 136.544 bolívares (1,36 soberanos) del ingreso mínimo más el bono de alimentación (que era de 189.000 bolívares ó 1,89 soberanos), un venezolano podía comprar 12 productos de la canasta alimentaria, incluyendo un litro de aceite, un kilo de queso blanco duro y un kilo de café.
Casi un años después, Maduro prometió “defender” el salario de los venezolanos con su «Programa de recuperación económica, crecimiento y prosperidad», puesto en marcha el 20 de agosto de 2018 con la entrada en vigencia de la reconversión monetaria. “Nosotros ponemos el trabajo, el salario, los trabajadores y las remuneraciones del trabajo como centro del proceso de reequilibrio y recuperación productiva y generación de riqueza”, dijo Maduro antes de fijar el salario mínimo en medio petro, una moneda digital creada por el Ejecutivo en diciembre de 2017.
Durante el plan económico, el gobierno aumentó el precio del petro tres veces: en diciembre de 2018 de 3.600 a 9.000 bolívares, en enero a 36.000 y en abril a 80.000 bolívares. El precio de la moneda digital lleva más de cuatro meses sin ser ajustado, por consiguiente, igual el salario, que desde el 16 de abril se mantiene en Bs. 40.000 (medio petro).
El sueldo mínimo ha sido aumentado cuatro veces desde que Maduro puso en marcha el programa: a Bs. 1.800 en septiembre del año pasado, a Bs. 4.500 en diciembre, a Bs. 18.000 en enero y a Bs. 40.000 en abril
Cuando el gobernante anunció el primero de estos cuatro aumentos, el 17 de agosto de 2018, el salario mínimo equivalía a 30 dólares al tipo de cambio oficial de Bs. 60. Un año después, el ingreso mínimo que perciben al menos unos tres millones de venezolanos es de menos de 2 dólares al tipo de cambio oficial (20.511 Bs/$) del 30 de agosto, por lo que se encuentran en situación de pobreza extrema, según parámetros de Naciones Unidas. Son, además, 28 dólares menos que hace un año.
En Brasil un obrero gana, como mínimo, 296 dólares mensuales; en Chile, 452 dólares; en Colombia, 265 dólares; y en Haití, el país “más pobre del hemisferio occidental”, 78 dólares.
En julio el salario mínimo de 40.000 bolívares apenas cubrió 1,2% de la canasta alimentaria, que se ubicó en 3.247.472 bolívares según el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM).
De hecho, en ese mes se requirieron 81,2 salarios mínimos (Bs. 40.000) para poder adquirir la canasta alimentaria, referida a una familia de cinco miembros, es decir, Bs. 108.249 diarios, casi tres salarios mínimos cada día.
Un trabajador que percibe sueldo mínimo mucho menos puede costear otros rubros como el de servicios públicos básicos, vestido y calzado, educación, salud, alquiler de vivienda y artículos de higiene personal, que están incluidos en la cesta básica.
El diputado Alfonso Marquina, miembro de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN), indicó que el consumo de los venezolanos se redujo 35% en lo que va de año.
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“Los venezolanos no solo están comiendo menos, sino que están comiendo mal. Están cambiando drásticamente sus hábitos alimentarios, no están cubriendo los requerimientos calóricos. El peso de los venezolanos se ha reducido 12 kilos aproximadamente”, dijo el parlamentario.
El parlamentario señaló que, en 2012, un año antes de que Nicolás Maduro asumiera el poder, el consumo de leche era de 17 litros per cápita. Siete años después, en 2019, se ubica en 3 litros, lo que significa una reducción de 14 litros por persona, es decir, una caída de 82%.
Durante ese período de tiempo el consumo per cápita de carne de res bajó de 23 a 4 kilos, un descenso de 82,6%. Y, por último, el parlamentario indicó que con el salario mínimo una persona podía comprar en 2015 22 kilos de pollo, ahora, con el sueldo de 40.000 bolívares, apenas puede adquirir en el mercado 5 kilos, en promedio.
El pueblo está pasando hambre. No consumen a pesar de que cuando van al supermercado se encuentran con productos en los anaqueles, artículos que antes no se conseguían y ahora sí pero que son inaccesibles para la gran mayoría de los venezolanos”
El economista Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, afirma que hay una contracción importante del consumo producto de la caída del poder adquisitivo por el deterioro de los salariales reales en Venezuela. “El sector público prácticamente está indexado al salario mínimo, y el sector privado paga en promedio cuatro veces salario mínimo, pero una familia de cuatro miembros necesita por lo menos 500 dólares para poder sostener sus gastos mensuales”.
Ecoanalítica calcula que en 2019 el consumo privado caerá 30%.