Hasta dónde llega la soberanía de Venezuela en el mar y qué pasa con los buques de EEUU

El despliegue de buques de guerra, aviones y un submarino por parte de Estados Unidos en el Caribe, bajo el argumento de combatir el narcotráfico, abrió un nuevo frente de tensión con Venezuela. El internacionalista Ricardo Salvador de Toma aclara dónde se trazan las «rayas rojas» que no deberían cruzarse y por qué la presencia de buques extranjeros en aguas cercanas no siempre implica una agresión directa a la soberanía
El despliegue de buques por parte de Estados Unidos en el Caribe para, como dice la administración de Donald Trump, combatir el narcotráfico, pone en el debate un tema clave sobre los límites marítimos de Venezuela, hasta dónde llega su soberanía y cómo realmente una potencia extranjera viola o agrede el espacio marítimo venezolano.
Trump anunció el despliegue de miles de soldados en el Caribe para detener las toneladas de drogas que afirma salen desde el sur a Norteamérica. Hasta la fecha, se han desplegado ocho buques de guerra, varios aviones de vigilancia P-8 de la Armada y un submarino de ataque.
Esta maniobra de Trump fue calificada por Nicolás Maduro como «la mayor amenaza continental en un siglo» contra el país por parte de los estadounidenses y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, también anunció un despliegue naval con drones, recorridos fluviales, patrullas navales y buques de mayor porte, en aguas territoriales, como parte de un despliegue para combatir «grupos terroristas armados, narcotraficantes».
El doctor en Estudios Estratégicos Ricardo Salvador de Toma, especialista en temas internacionales, explica que no es lo mismo que una embarcación estadounidense esté en mar territorial venezolano, que dentro de la zona económica exclusiva (ZEE) o en alta mar. El derecho internacional establece reglas claras para cada caso y es allí donde se marcan las «rayas rojas» que ningún país debería cruzar.
Con los buques estadounidenses en el Caribe, el tema de las fronteras cobra una nueva relevancia y se hace necesario comprender ¿qué espacio está protegido por Venezuela en su frontera marítima?
Las fronteras marítimas de Venezuela
Venezuela tiene más de 2.000 kilómetros de costas y aún hay delimitaciones pendientes. De Toma recuerda que con Colombia está inconclusa la demarcación de la frontera en el área del Golfo de Venezuela, que Colombia llama Golfo de Coquivacoa.
El país también comparte frontera con el Reino de los Países Bajos con Aruba, Curazao y Bonaire y el internacionalista considera que «este es un punto bastante crítico para Venezuela porque estas islas representan vínculo con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), con la Unión Europea y, por tanto, con convenios y presencia estadounidense». Añade que la mayor frontera marítima internacional del país es «precisamente con los Estados Unidos por medio de Puerto Rico».
Para entender la situación entre Estados Unidos y Venezuela tras el despliegue de buques en el Caribe también es necesario comprender algunos conceptos claves del derecho marítimo y los actos que se registren en estos espacios, para esclarecer cuáles son esas «rayas rojas» que Estados Unidos no debería cruzar porque estaría incursionando en aguas venezolanas y, por ende, violando los derechos de este país.
- Mar territorial: es una extensión de 12 millas náuticas (poco más de 19 kilómetros) desde la línea de la costa. En este espacio, Venezuela ejerce soberanía plena, es decir, jurisdicción, control militar y autorización de navegación. Cualquier ingreso no autorizado de embarcaciones se considera una violación directa de la soberanía y un acto de guerra.
- Zona económica exclusiva (ZEE): después del mar territorial viene esta zona que se extiende hasta 200 millas náuticas (más de 320 kilómetros). En la ZEE Venezuela tiene derechos soberanos sobre los recursos (peces, hidrocarburos, minerales…); pero en estas aguas se debe respetar la libertad de navegación de barcos de otros países, así como sobrevuelo. Si en la zona económica exclusiva se llegasen a dar operaciones militares extranjeras, pueden ser objetadas con protestas diplomáticas; pero no se consideran automáticamente agresión armada. Hay limitaciones que son ejercicios y actividades militares; estas pasan a ser reguladas por la Convención Internacional del Derecho del Mar.
- Alta mar: es el espacio marítimo más allá de toda la zona económica exclusiva. Acá ningún Estado ejerce soberanía, rigen las libertades de navegación y cooperación internacional.
¿Qué debería hacer Venezuela para defender su soberanía y sus fronteras?
Ricardo de Toma responde esta interrogante con un «depende» y detalla que Venezuela «puede tener una posición en cuanto al resguardo de sus derechos sobre la zona económica exclusiva y puede tener otra posición en cuanto a la garantía de su soberanía dentro de su mar territorial».
Puntualiza que si en la ZEE el Estado venezolano observa actividades militares o ejercicios, «puede emitir por medio de la Cancillería una nota de protesta diplomática. Es lo que haría una Cancillería seria», sostiene.
Específicamente con el despliegue de buques, aviones y el submarino por parte de Estados Unidos dice que se pudo haber emitido una información que explicara los motivos por los cuales esa acción genera preocupación para la nación, solicitar información sobre la operación, y prestarse para colaborar en la operación antinarcóticos por si también afecta al país.

USS Sampson fue detectado en aguas próximas a Panamá.
Por otra parte, el internacionalista añade que si la administración Trump llegase a ejecutar alguna acción en aguas territoriales se traduce en «una declaración directa de guerra contra el Estado porque es una agresión directa a la soberanía venezolana» y afirma que, en ese caso, «el deber de la Fuerza Armada Nacional es defender la soberanía y actuar».
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Despliegue de EEUU vs Venezuela
Ricardo de Toma indica que sin información precisa de la ubicación de los buques estadounidenses no puede afirmarse que existe una agresión contra Venezuela y advierte que estas embarcaciones pueden navegar con sus localizadores apagados, con lo que pueden acercarse más al país, incluso cerca de Aruba o por las bocas del Orinoco, dentro de los límites territoriales de Trinidad y Tobago, Granada o las islas ABC.
Igualmente, el especialista enfatiza que es más difícil detectar la ubicación exacta del submarino estadounidense. «Podría estar en el Lago de Maracaibo y sería imposible detectarlo; de ser así, estaríamos frente a una violación gravísima del espacio territorial venezolano», sentencia.
De Toma también expone que en América Latina, en el entorno caribeño, cuando el Estado es insular, «debería ser notificado por el otro Estado que va a enviar una embarcación militar a su zona económica exclusiva, pero como notificación; no como permiso». Ejemplifica: «Estados Unidos anuncia que enviará el Iwo Jima al Caribe. Notifica que ese barco va a pasar por ahí».
Nicolás Maduro ha advertido que responderá a cualquier acción militar estadounidense con una «lucha armada» y dijo que el secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, quiere arrastrar a Donald Trump a una guerra en el Caribe con «ocho barcos militares y 1.200 misiles apuntando a Venezuela».
En ese sentido, también anunció que el país cuenta con cerca de ocho millones de milicianos y prometió defender los mares, cielos y tierras de cualquier incursión militar estadounidense.
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.