Hay que recuperar la democracia
La decisión de suspender el referendo revocatorio tomada por jueces que no tienen competencia para ello se llevó por delante no solo a los sectores democráticos del país, sino también a una parte del chavismo que quiere resolver las diferencias existentes de manera civilizada
Su puesta en escena fue un cruento golpe militar donde cientos de personas perdieron la vida. No lograron sus objetivos en aquella oportunidad pero los alcanzaron siete años más tarde gracias al voto de la mayoría de los venezolanos. Ofrecieron una democracia participativa y protagónica, crearon dos poderes adicionales para repartir más el poder y aseguraron que Venezuela dejaría de ser un país rentista. También prometieron juzgar corruptos y acabar con la corrupción.
Han ejercido el poder en sentido contrario a todo lo ofrecido. Hasta enero de ese año los otros cuatro poderes estaban totalmente sometidos al Ejecutivo desde donde se ejercía por encima de lo que dijeran las leyes y la Constitución. Cuando el soberano decidió cambiar la composición del poder Legislativo se inventaron una triquiñuela legal para desconocer la decisión del pueblo. Le participaron a la mayoría que su opinión les sabía a casabe y que no la tomarían en cuenta.
Mientras tuvieron a la mayoría del pueblo a su favor hacer elecciones era casi que algo rutinario. Ahora que son minoría no se quieren contar. Como siempre han hecho, no respetaron la decisión que el pueblo tomó el pasado 6 de diciembre. Como tampoco la respetaron cuando eligió a Antonio Ledezma, Henrique Capriles, Henri Falcón o Liborio Guarulla, por poner unos ejemplos, pues una cosa es reconocer unos resultados electorales y otra respetar sus consecuencias.
En cuanto al rentismo, deben muchos de sus triunfos al haber disfrutado de una gran renta petrolera, de haberla repartido menos mal que antes pero dejando como consecuencia de su ideología y de prácticas corruptas un aparato económico destruido. Un país que cada día produce menos y donde invertir es una decisión de alto riesgo. Eso explica la inflación y el desabastecimiento que se padece.
En cuanto a la corrupción, sin duda es la gestión gubernamental más corrupta de la historia venezolana y miren que la competencia en este rubro es fuerte, pero superaron con creces a cualquiera que los precedió. Los casos son tantos y de tanto dinero que baten record mundial.
A lo anterior hay que unir, como otra faceta de la corrupción, su amplia relación con la delincuencia en distintas facetas de esta. El crimen, tanto el organizado como el desorganizado, hace fiesta en el país. La inseguridad que se vive en toda Venezuela no se había conocido nunca y buena parte de ella es dirigida desde las prisiones con la complacencia del Gobierno de Maduro. El tráfico de drogas crece, el contrabando, en ambos sentido se multiplica, y goza de buena salud.
La decisión de suspender el referendo revocatorio tomada por jueces que no tienen competencia para ello se llevó por delante no solo a los sectores democráticos del país, sino también a una parte del chavismo que quiere resolver las diferencias existentes de manera civilizada.
Dicha acción, tomada por distintos tribunales fue acatada, de manera servil y con la velocidad que las caracteriza cuando le interesa al PSUV, por las rectoras del CNE y cierra la posibilidad de una salida a la crisis política que vive Venezuela. La tarea para la mayoría de los venezolanos que quieren vivir en democracia es luchar por restituir ese sistema político en Venezuela. Para ello hay que poner a volar la imaginación y diseñar distintas alternativas que obliguen a los autócratas que nos gobiernan a respetar la Constitución y la decisión del soberano.
Es por ello que creemos necesario crear la mayor inestabilidad política al gobierno de Nicolás Maduro. Hay que hacer lo posible para que le resulte insoportable mantenerse en el poder. Hay que potenciar la protesta social, convertir la lucha por los derechos sociales, por la resolución de los graves problemas que viven los venezolanos en uno de los motores por la reconquista de la democracia. Estamos frente a un gobierno que ha abandonado sus funciones. Que no cumple con los cometidos que le asigna la constitución. Que no brinda educación, ni salud, ni seguridad a la inmensa mayoría de los venezolanos. Que utiliza el poder para su exclusivo beneficio.
Es una pelea que va a ser dura, larga y difícil. Estamos frente a un grupo de personas que no tienen ningún escrúpulo para utilizar cualquier método que les permita mantenerse en el poder. Estamos frente a un grupo político que nunca fue demócrata y que la política de enfrentarlo pacífica, constitucional y democráticamente por parte de la Mesa de la Unidad ha dejado desnudo.
No es la hora de las agendas particulares ni de los protagonismos personales. Es el momento de construir el mayor consenso posible entre las distintas fuerzas políticas y sociales existentes en Venezuela para reconquistar la democracia y que conlleve a la creación de un gobierno de unidad nacional que permita una transición hacia la democracia y que permita retomar el camino para construir un país moderno y donde el respeto a la ley sea la norma.
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