Héctor Rodríguez, la esperanza electoral del chavismo
El auge que cobró el dirigente Juan Guaidó en 2019 luego de convertirse en presidente de la Asamblea Nacional y que proclamara presidente interino de Venezuela, llevó al chavismo a abrirle camino a Héctor Rodríguez para nuevos roles estelares
Las diferentes etapas por las que ha pasado el actual gobernador del estado Miranda, Héctor Rodríguez, durante su carrera política se han caracterizado porque ha parecido que el dirigente ha llegado adelantado a ciertas instancias de la vida pública nacional. A sus 37 años, su nombre figura como el del potencial candidato que representaría al chavismo en una eventual elección presidencial que sería acordada en las negociaciones entre gobierno y oposición que se desarrollan en Barbados.
Rodríguez nació en la localidad de Río Chico, en la llanura de Barlovento del estado Miranda, el 26 de marzo de 1982 y ya en su llegada al mundo se notó el aspecto que le ha caracterizado: resultó ser ochomesino debido a que el parto se le adelantó a su progenitora, la maestra Jazmín Castro. Su padre, Pedro Vicente, también es docente y Héctor es el mayor de dos hijos de un primer matrimonio. De posteriores uniones, Rodríguez cuenta con dos hermanas.
Estudió derecho en la Universidad Central de Venezuela (UCV) y comenzó su activismo. En 2004 resultó electo presidente del centro de estudiantes y un año después llegó a ser secretario de reivindicaciones estudiantiles de la Federación de Centros Universitarios.
El disparo de salida a su carrera política se dio en 2007. El chavismo impulsó un movimiento estudiantil de simpatizantes del proceso liderado por Hugo Chávez, denominado “estudiantes bolivarianos” como respuesta al que surgió del lado de la oposición que enfrentó con éxito la propuesta de reforma constitucional de ese año. Rodríguez destacó junto a Robert Serra y Andreína Tarazón entre la nueva generación de dirigentes chavistas.
Como parte del movimiento, Rodríguez cerró con un discurso el intento de debate estudiantil que se realizó en junio de ese mismo año en la Asamblea Nacional, lo que le valió el liderazgo del grupo y la captación por parte de Hugo Chávez para diferentes roles dentro de la llamada “revolución”.
Fue el miembro más joven de la directiva del PSUV y se desempeñó como coordinador de la juventud de esa organización política
Paralelamente fue asesor jurídico de la comisión de Deporte del Consejo Legislativo del estado Miranda durante la gestión de Diosdado Cabello, y posteriormente sustituyó a Jesse Chacón como ministro del Despacho de la Presidencia, en lo que fue su primer rol de importancia dentro del Ejecutivo.
Seguidamente fue designado vicerrector de Asuntos Sociales y Participación Ciudadana de la Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada Nacional (Unefa) y en 2010 pasó a ser viceministro de Políticas Estudiantiles del ministerio de Educación Universitaria.
Su meteórica carrera se confirmó al ser nombrado ministro para el Deporte y presidente del Instituto Nacional de Deportes (IND).
Impulsó la creación del Fondo Nacional del Deporte para el financiamiento de los atletas venezolanos con aportes del sector privado y regulación por parte del IND. Como era de esperarse, los primeros señalamientos de irregularidades administrativas cayeron sobre él. La destacada esgrimista Alejandra Benítez, quien le sustituyó en el despacho de Deporte, aseguró que hubo un fraude por $66 millones durante su gestión.
El propio Rodríguez hacía públicos los aportes del organismo a su cargo a diferentes deportistas. Eso sí, cultores todos de disciplinas nada convencionales. De allí que se mostrara firmando avales de Cadivi (ente que regulaba la entrega de divisas) a los pilotos Gaetano Ardagna Pérez para que asistiera a las prácticas Grand AM Prototipos Daytona; a Alexander Popow para que fuera a las prácticas del campeonato Nascar Nationwide; y a la propia Alejandra Benítez para su gira de preparación de la ruta olímpica.
Bajo la presidencia de Nicolás Maduro, Rodríguez pasó a ser ministro para la Juventud y ostentó el cargo por un año. Poco después fue designado ministro de Educación, tercera cartera que desempeñaba en apenas tres años
Casado con Dubraska Moreno, en junio de 2015 estuvo en el centro de diversos rumores que circularon por las redes sociales acerca de que habría «alquilado» todas las habitaciones de la clínica donde su esposa daría a luz a su primogénito para que nadie le importunara.
En diciembre de 2015 fue electo diputado a la Asamblea Nacional por el PSUV y pasó a ser el más joven jefe de la fracción parlamentaria del principal partido de gobierno, sucediendo a Mario Isea, Aristóbulo Istúriz, Cilia Flores y Pedro Carreño.
A pesar de su imagen de hombre equilibrado y de que él mismo ha admitido ser amigo de varios dirigentes de la oposición, una faceta violenta de Rodríguez se mostró durante una sesión del Parlamento en noviembre de 2016, cuando el diputado opositor Rafael Guzmán, durante su intervención en la misma, llamó “vampira” a la diputada del PSUV Tania Díaz (en referencia a la acusación del conductor del programa “La Hojilla”, Mario Silva, quien le vinculó a un grupo que denominó “vampiros”), Rodríguez subió hasta el podio de los oradores e increpó a Guzmán.
En 2017 resultó electo para la asamblea constituyente convocada por Nicolás Maduro, pero se apartó de la misma para optar por la gobernación del estado Miranda. Durante la campaña mostró su versión más equilibrada y hasta conciliadora: no vistió el emblemático color rojo del que hacen uso dirigentes del PSUV ni tampoco hizo referencia a la “guerra económica” a la que el gobierno achaca los males del país. En los comicios de octubre de ese año venció con 51% de los votos al aspirante de la oposición, Carlos Ocariz.
Estuvo dedicado a su gestión a lo largo de 2018, pero el auge que cobró el dirigente opositor Juan Guaidó luego de convertirse en presidente de la Asamblea Nacional y proclamarse como presidente encargado de la República habiendo llamado “usurpador” a Nicolás Maduro, motivaron a que el chavismo le abriera camino para jugar nuevos roles estelares.
Fue así como Rodríguez formó parte de la representación de Nicolás Maduro en las negociaciones que se realizaban con la oposición bajo los auspicios del gobierno de Noruega, y es hoy el jefe de la delegación oficialista que continúa las conversaciones en Barbados.
Este nuevo rol ha dado pie a la versión de que el chavismo apelará a la figura del actual gobernador de Miranda para enfrentar una candidatura de Guaidó u otro abanderado joven de la oposición, a sabiendas del rechazo con el que cuentan Nicolás Maduro y otras figuras como Diosdado Cabello o Tarek El Aissami. El chavismo depositaría su confianza en la frescura de Rodríguez, a quien quiere mostrarlo como el rostro moderado de una fuerza política que se ha caracterizado por un radicalismo a toda prueba.