Hitos de la inédita campaña opositora para las presidenciales del #28Jul en Venezuela

Este lunes se cumple un año de las elecciones presidenciales en las que el Consejo Nacional Electoral proclamó a Nicolás Maduro para un tercer mandato, mientras la oposición denunció fraude
Venezuela se prepara para el primer aniversario de una de las elecciones presidenciales más cuestionadas de los últimos tiempos, después de que la oposición denunciara «fraude» y rechazara el proclamado triunfo de Nicolás Maduro, el 28 de julio de 2024.
La oposición mayoritaria llegó a estas votaciones encabezada por la dupla integrada por María Corina Machado, una reconocida dirigente, ahora en la clandestinidad, y Edmundo González Urrutia, un exembajador desconocido en el mundo político —actualmente en el exilio— y que sus seguidores defienden como el verdadero «ganador» de las presidenciales.
¿Cuáles fueron los hitos de la campaña emprendida por la oposición para llegar a este proceso electoral? Te lo contamos en las siguientes claves:
Primarias opositoras
En las primarias opositoras de octubre de 2023, María Corina Machado, exdiputada y fundadora del partido Vente Venezuela, fue escogida como candidata con más del 90 % de los votos para enfrentar a Nicolás Maduro.
La primarias no contaron con la asistencia del Consejo Nacional Electoral (CNE).
En enero de 2024, se informó que Machado estaba inhabilitada para ejercer cargos públicos hasta 2036, como había anticipado la Contraloría General en junio de 2023, que entonces dirigía Elvis Amoroso, actual presidente del CNE.
La inscripción de candidaturas
Impedida de participar en las presidenciales, Machado promovió, en marzo de 2024, a la historiadora Corina Yoris como candidata, una figura no conocida que «surgió del seno de la discusión de las fuerzas unitarias», según la exdiputada, y que contó con el respaldo de la mayor coalición opositora, Plataforma Unitaria Democrática (PUD).
Yoris no pudo inscribirse por una «maniobra» y el impedimento de acceder al sistema del CNE, según denunciaron entonces Machado y la PUD.
Otros opositores, como Manuel Rosales, del partido Un Nuevo Tiempo (UNT), sí lograron postularse.
Rosales, ahora exgobernador del estado Zulia (oeste), se retiró de la contienda y cedió la tarjeta de UNT a González Urrutia —entonces presidente de la coalición Mesa Unidad Democrática, pero desconocido en el mundo de la política—, inscrito de forma provisional a última hora para luego ser sustituido, aunque finalmente quedó como candidato y a quien Machado transfirió su capital político para enfrentar a Maduro.
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La campaña
Con González Urrutia como candidato y Machado de respaldo, la oposición puso en marcha una campaña caracterizada por concentraciones masivas en un contexto de detenciones de activistas políticos y del cierre de establecimientos comerciales que prestaban servicio a los dirigentes.
González Urrutia no tuvo espacio en los medios públicos, mientras que Maduro encabezó numerosos mítines y otras actividades proselitistas transmitidas por los medios estatales.
Un mes antes de las presidenciales, Machado destacó que la campaña de González Urrutia «será estudiada en el futuro», al considerarla como «histórica» porque, según dijo, aunque no había propaganda opositora en medios de comunicación, la gente se las arreglaba para informarse por redes sociales y divulgar mensajes «boca a boca».
El 28 de julio
El presidente del CNE, Elvis Amoroso, proclamó ganador a Maduro con el 80% de los votos emitidos, mientras que Machado desconoció el resultado anunciado y denunció que en la jornada electoral se violaron «todas las normas, al punto de que -aseguró- aún no han sido entregadas la mayoría de las actas» electorales.
Amoroso anunció entonces que «en las próximas horas» el CNE publicaría en su página web el detalle de los resultados, mesa por mesa, y entregaría a los 38 partidos políticos que compitieron un informe digital sobre el desenlace de la contienda.
El funcionario denunció «ataques informáticos masivos desde distintas partes del mundo» que «retardaron la transmisión de las actas y el proceso de divulgación de resultados», algo que puso en duda el rector del CNE Juan Carlos Delpino, quien luego salió de Venezuela y fue destituido del cargo.
Los hechos poselectorales
La PUD denunció fraude electoral y aseguró que la victoria la obtuvo González Urrutia, lo que desató protestas en los días posteriores a las presidenciales y, en este contexto, murieron 28 personas y se detuvieron a más de 2.400 —la mayoría excarcelados—, según la Fiscalía, que vinculó a los arrestados con el comando de la oposición y los acusó de «terroristas».
La oposición reafirmó su denuncia de fraude cuando publicó más del 80 % de lo que aseguró fueron actas electorales de las presidenciales, recabadas -según dijo- por sus testigos de votación, y que daban como ganador a González Urrutia, algo que reconocieron más de 10 países, entre ellos Argentina y Estados Unidos.
Sin embargo, el Gobierno calificó estos documentos como falsos y exigió que se respetara el proclamado triunfo de Maduro, que fue convalidado —a solicitud del propio presidente— por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), controlado por jueces afines al oficialismo.
Grupos de veeduría electoral que participaron en las presidenciales, invitados por el propio CNE, validaron las actas de la oposición.
Uno de ellos fue el Centro Carter, que dijo que las elecciones venezolanas no fueron democráticas, mientras que un panel de expertos de la ONU destacó que las presidenciales carecieron de «medidas básicas de transparencia e integridad que son esenciales para celebrar elecciones creíbles».
Ambos pronunciamientos fueron rechazados por la administración Maduro.
Con información de la agencia EFE
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