Honduras, revolución y golpe
1 José Manuel Zelaya Rosales llegó a la presidencia de Honduras, para un mandato de 5 años, con el Partido Liberal de Honduras (PLH), tras haber triunfado en las elecciones el 27 de noviembre del 2005, frente a su contrincante del Partido Nacional. Zelaya formó parte, desde los años 70, del PLH, y se desempeñó como diputado durante varios periodos, así como en distintos cargos de asesoría gubernamental. En enero de 2006 sucede en el cargo presidencial a Ricardo Maduro. Para finales de 2007, y bajo el influjo de la oleada bolivariana que imponía Hugo Chávez en el continente, Zelaya contraría a su mismo partido, y da un giro inesperado en la política nacional al anunciar que su gobierno sería de tendencia izquierdista y socialista. Exhibe sus cercanías con los gobiernos de Daniel Ortega, en Nicaragua y de Hugo Chávez, en Venezuela, además de mostrar interés de integrar su país a la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA)
2 A inicios de este año, Zelaya empieza a promocionar un referéndum para legitimar la reelección, a través de la conformación de una Asamblea Constituyente que reformaría la Constitución de forma que pudiera presentarse una nueva legislación en materia electoral. La consulta electoral estaba pautada para el pasado domingo 28 de junio. Ante este deseo de permanencia en el poder, el Tribunal Supremo Electoral, la Fiscalía General, la Corte Suprema de Justicia y el Congreso de la República se pronunciaron declarando ilegal la citada consulta. El pasado martes 23 de junio el Congreso aprobó una ley que rechazaba la celebración del referéndum. El propio partido de Zelaya, el PLH, también se opuso a la propuesta presidencial, al tiempo que se incrementaban los comentarios en la población por la influencia “descarada” del presidente Hugo Chávez en los asuntos internos de Honduras.
3 El 24 de junio, el presidente Zelaya anunció la destitución del Jefe del Estado Mayor Conjunto, general Romeo Vásquez Velásquez, luego de que éste se negara a distribuir las tarjetas de votación de la polémica consulta electoral, argumentando de que se trataba de una orden inconstitucional. Poco después, el ministro de Defensa y los jefes de las tres ramas de las Fuerzas Armadas de Honduras renunciaron, decisión que fue aceptada por el Presidente. Sin embargo, en entrevista a la cadena de televisión CNN, Zelaya declaró que en realidad no había destituido al general Vásquez Velásquez, sino que había anunciado su posible destitución.
4 Por su parte, el jueves 25, la Corte Suprema vota de manera unánime en contra de la medida de destitución y ordena que el general Vásquez Velásquez permanezca en su cargo, al tiempo que voceros del gobierno hondureño anuncian el nombramiento de otro Jefe del Estado Mayor. Ante esta delicada coyuntura política, los militares toman Tegucigalpa, capital y centro del poder en Honduras, pero el presidente Zelaya se pertrecha en el palacio presidencial. Esta situación se tradujo en una confusión en las calles. Se hablaba de un golpe e estado en proceso, mientras llegaba a Honduras las primeras advertencias del presidente de Venezuela, quien calificó a los miembros de la Corte Suprema, Fiscalía y Congreso como “representantes de la oligarquía” y de pertenecer a los sectores más oscuros de la derecha centroamericana.
5 El viernes 26 de junio, El general Vásquez Velásquez ordena a los militares regresar a los cuarteles. Mientras que el presidente Zelaya declara al día siguiente tener controlada la crisis. “Creo que tengo el control de una buena parte del país. (…) Controlo al Ejército… mientras no dé órdenes que afecten a los ricos”, afirmó Zelaya, quien justamente está considerado como uno de los empresarios más ricos del país. Por su parte el Congreso abre una investigación para determinar si el primer mandatario había violado la Constitución y si gozaba de «estabilidad mental». Ante este procedimiento, Zelaya califica de arbitraria la investigación y amenaza al presidente del Congreso, Roberto Micheletti, con destituirlo a través de un decreto presidencial que disuelva el Poder Legislativo.
6 En la madrugada del domingo 28, entre las 5 y 6 de la mañana, el Ejército arresta al presidente Zelaya en su residencia, en una acción que se configura como un golpe de estado. Los autores de esta acción deciden expulsar del país a Zelaya y trasladarlo en un avión militar a Costa Rica, país donde se encuentra actualmente. Según versiones de vecinos de la zona, los militares rodearon la vivienda del gobernante y realizaron varios disparos al aire y pidieron a los residentes mantenerse en sus casas.
7 Más tarde, en sesión del Congreso Nacional, se lee una supuesta carta en la que Manuel Zelaya renunciaba a la Presidencia del país, y se acepta la misma. Posteriormente, desde Costa Rica, Zelaya se pronuncia desmintiendo haber presentado carta alguna, y niega haber renunciado a su cargo. Según Zelaya quedaba demostrado que no se trataba solamente de un golpe militar sino de una conspiración en su contra, que incluía también a civiles. La fecha que constaba en la renuncia de hecho era del 25 de junio, tres días antes del arresto y deportación del presidente.
8 El mismo domingo, a la 1:40 pm, el Congreso vuelve a sesionar y resuelve por unanimidad la destitución del presidente Manuel Zelaya, por considerar que este a través de distintas acciones había violado la Constitución nacional y el ordenamiento jurídico del país. Del mismo modo se designa para sucederle al presidente del Congreso, Roberto Micheletti, con el compromiso de que permanecerá en el cargo solamente hasta el término del periodo que oficialmente le correspondía a Zelaya, hasta el 27 enero de 2010.
9 En horas de la noche del domingo 28, Manuel Zelaya llega a Nicaragua para la cumbre extraordinaria del ALBA que convocó el presidente Chávez, dueño del club y primer extranjero involucrado en este asunto de Honduras. Zelaya anuncia que en el momento que el ALBA considere, éste retomará el poder en Honduras «porque tengo toda la autoridad moral, todo el apoyo de la comunidad internacional, de la OEA(Organización de Estados Americanos) y todo el derecho constitucional de hacerlo. Y lo vamos hacer con nuestra fe», sostuvo. En el mismo encuentro agregó: «Aquí hay un solo presidente y está frente de ustedes», exclamó al tiempo que denunció nuevamente que fueron «algunas cúpulas militares elitescas» las autoras del golpe de Estado, porque los «soldados son del pueblo» y dijo que fue confirmado posteriormente de la conspiración.
10 Desde que se inició la crisis política en Honduras los mandatarios de Nicaragua, Ecuador y Venezuela han manifestado su respaldo al presidente Manuel Zelaya. En sus respectivas intervenciones; Daniel Ortega dijo:»Estamos reunidos esta noche ante la tragedia de un pueblo hermano, el pueblo de Honduras, y porque estamos seguros que el pueblo de ese país, y las naciones latinoamericanas no queremos que se tiña con sangre de hermanos la patria de Francisco Morazán. Por su parte, Rafael Correa llamó al pueblo hondureño a revelarse contra «esas cúpulas corruptas» que se instauraron al ejecutar el golpe de Estado contra su homólogo legítimo, Zelaya. Del mismo modo, el presidente Hugo Chávez en su aseguro que «este golpe está destinado al fracaso» e hizo un llamado a los pueblos del continente a no limitarse en condenar las acciones ejecutadas en Honduras, sino a expresar su solidaridad con el pueblo de esa nación y con el presidente Zelaya. Dijo que Venezuela está de pie ante la «grosera acción», para darle a una lección a los «oligarcas» que dieron el golpe. Afirmó que a ellos les llegará la misma suerte que los golpistas que ejecutaron el golpe de Estado en abril de 2002 en Caracas en contra de su Gobierno.
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