Hora de la alianza, la unión y la organización ciudadana, por Griselda Reyes
En estos días conversaba con un amigo que me decía que los venezolanos habíamos tenido que aprender a “surfear la crisis”, manteniéndonos en equilibrio sobre la tabla mientras recibíamos la embestida del agua. Y empecé a visualizar las maniobras que hacen los surfistas cuando montan esas olas y pasan por los túneles de agua. La mayoría recibe el impacto, cae, se hunde y no puede completarla; los más diestros salen, e impulsados por las olas y su pericia, llegan a la orilla de la playa.
E inevitablemente imaginé a los millones de venezolanos que a diario deben salir, en medio de una pandemia de coronavirus, a tratar de conseguir recursos para llevar algo de comer a sus casas. Sorteando miles de obstáculos, algunos caen a las profundidades desde una ola vertical, hueca y poderosa, mientras otros salen victoriosos y rompen justo al lado de la playa.
Este ir y venir de olas, de gente surfeando y haciendo maniobras para no ahogarse, se repite como una letanía en nuestro país; y cada día que pasa nuestros hermanos venezolanos van quedando más exhaustos, con fuerzas disminuidas para asirse a la tabla y remar hasta la orilla. No podemos quedarnos de cruzados de brazos viendo como sucumben al hambre, a la enfermedad, a la pobreza. La Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI) que se presentó a comienzos de mes, reveló que 96,2% de los venezolanos son pobres, mientras que 79,3% están sumergidos en pobreza extrema, como consecuencia de la caída de la economía.
Desde el desgobierno, sabemos, no habrá un gesto de humildad para reconocer el daño causado por ellos, y no adoptarán las medidas para sortear este tsunami que golpea sin tregua al país. El problema son ellos y su modelo socialista fracasado que insisten en imponer a troche y moche. Lamentablemente, tampoco veremos asumir responsabilidades entre quienes desde la Asamblea Nacional decidieron utilizar la institución como palestra para derrocar a Maduro y no como instancia para abonar el camino hacia una salida electoral y pacífica, más lenta, pero segura.
¿Qué nos queda entonces? A quienes decidimos dar la lucha desde el plano electoral, amparados en la Constitución de la República, nos corresponde unificar fuerzas y actuar como uno solo para enfrentar a este andamiaje bien estructurado que es el chavismo.
Hay ejemplos en los cuales la unificación de fuerzas políticas y sociales precipitó cambios en el mundo. Venezuela no es la excepción, porque en 1958, los partidos políticos que sobrevivieron a la dictadura de Pérez Jiménez (URD, AD, Copei y el PCV), conformaron una Junta Patriótica cuyos miembros, a pesar de las diferencias ideológicas, trabajaron en función de un objetivo común: democratizar a Venezuela.
¿Se puede hacer ahora? ¿Están los liderazgos políticos alineados con el sentir nacional? Consideramos que es cuestión, de vida o muerte, promover una gran alianza por Venezuela, que incluya a todos los sectores políticos, económicos, sociales, gremiales, sindicales, estudiantiles, industriales y empresarios, comerciantes, académicos, federaciones y organizaciones educativas, iglesias y sociedad civil toda, que se oponen al modelo de hambre, represión y miedo que representa Nicolás Maduro.
Y para llegar a esa alianza tenemos que 1) dejar de lado intereses particulares e ideologías; 2) entender que el objetivo común es Venezuela; 3) hablarle con franqueza a los venezolanos; 4) no generar falsas expectativas sobre la salida de Maduro; 4) presentar propuestas reales para superar la crisis, la gente no quiere saber más de problemas; 5) destacar que los espacios políticos se pelean, no se ceden; 6) resaltar por encima de todo, la importancia de la participación ciudadana para hacer efectivo cualquier cambio; 7) recuperar el capital político perdido; 8) advertir que perder la Asamblea Nacional puede representar la pérdida de la República tal como la conocemos.
Finalmente tenemos que ir a elecciones, porque su sola convocatoria expone al chavismo a perder y eso los sacará de su zona de confort. Hay que evitar a toda costa, que el chavismo gane la Asamblea por abandono de la oposición. O volviendo al ejemplo del surf, hagamos la maniobra correcta para evitar que la ola rompa de golpe sobre la ya maltrecha Venezuela. Participemos. Es hora de la alianza, de la unión y de la organización ciudadana.