Horas difíciles, por Fredy Rincón Noriega
X: @ferinconccs
Vamos a estar claros, María Corina Machado y su equipo, no la tienen fácil. Están bajo una fuerte presión. De sus decisiones depende, en gran medida, el que podamos salir victoriosos en las próximas presidenciales. Su personal de confianza, ha sido duramente golpeado. Es un dato, nada fútil, que debemos tomar en cuenta, a la hora de opinar sobre los pasos que viene dando esta aguerrida mujer. Aprovecho para condenar la arremetida criminal en contra del partido VENTE, principal soporte organizacional de su accionar político.
Tal arremetida forma parte del plan ventajista que adelanta la cúpula roja en contra de los partidos que se le oponen y son críticos a sus reiteradas barbaridades. En procura de frenar las actividades de la sociedad democrática descontenta, aplican mecanismos bochornosos, como el de la judicialización. Y para continuar con sus abusos, recientemente obsérvanos con estupor, la arbitraria decisión del CNE de anularle al MAS, PUENTE, Unión y Progreso, Convergencia y, a otras trece organizaciones más, sin explicación, ni justificación alguna, el derecho a utilizar sus tarjetas y en consecuencia, a postular candidatos.
Es un inhóspito contexto que no podemos evitar. Por fortuna y bajo estas circunstancias, en el arco iris de la oposición democrática, predomina la gente dispuesta a colaborar y participar en el cruce de ideas. Lo quiere hacer con honestidad. Dentro de un espíritu solidario, con respeto y bajo las más elementales normas de tolerancia. Los incorregibles difamadores y promotores del desencuentro, por los momentos, deberían ser ignorados.
Dicho esto. Paso a señalar que, tras el último mensaje de María Corina Machado difundido el pasado domingo 31/03/2024, muchos de quienes anhelamos un cambio y percibimos una extraordinaria oportunidad en las próximas presidenciales, no quedamos, enteramente, satisfechos. Nos asaltan dudas sobre la viabilidad de postergar, el necesario acuerdo entre los principales actores, a los fines de hacer realidad, la derrota de Maduro. Objetivo claro, para los comicios venideros.
Los venezolanos están ansiosos. Quieren ir pronto a las urnas electorales a expresar su voluntad de cambio. Aspiran hacerlo en avalancha, masivamente. Hoy es muy alta la voluntad de participar, a diferencia del pasado. Acarician la idea de obtener una victoria holgada. Lo añoran con vehemencia. Pero eso no será posible, sin el concurso de quien tiene el principal respaldo popular.
De allí, el pertinente llamado del sacerdote jesuita Luis Ugalde: «Lo importante es que el pueblo con sus diferentes preferencias partidistas empiece a sentirse a sí mismo como un solo pueblo, unido en la necesidad y deseo de cambio. Para ello, necesita ver unidos en la acción electoral a María Corina, la Plataforma Unitaria de los principales partidos demócratas y a Manuel Rosales… evitando la dispersión del voto por el cambio.» (El Nacional, 1/03/2024)
Igualmente, ante la pregunta de la periodista Ludmila Vinogradoff, ¿Podría haber un pacto o alguna negociación entre Rosales y María Corina? La profesora Corina Yoris respondió: «Esas cosas no se pueden descartar. Tenemos abierto un abanico de posibilidades y debemos mostrar fuerza y unidad, que es lo que va a garantizarnos llegar hasta el final.» (Clarín, 28/03/2024)
Ayer nada más, el luchador social de Canoabo, Luis Menees, me hizo este comentario: «Hacer política es enredado, cuando alguien cae en el hoyo oscuro de la duda, es difícil emerger triunfante, pero con desprendimiento de las ambiciones personales, pienso que Manuel Rosales, puede convertirse en una tabla de salvación que todos recibiríamos con agrado. Por lo pronto, creo que la inscripción fue un acierto que cuesta digerir, sobre todo si están vivas las pasiones y frustradas las ilusiones.»
Las anteriores opiniones son una buena señal. Sugieren un camino adecuado para el tratamiento de nuestras diferencias. Es un oportuno freno a las agresivas campañas autodestructivas que, le hacen el juego al continuismo madurista. El solo imaginar seis años más de recurrentes apagones, de sueldos y salarios miserables, deplorables servicios públicos, sin salud, en fin, de la permanencia en el poder de unos contumaces violadores de los DDHH y obsesivos promotores de un modelo obsoleto de gobierno, debería ser suficiente, para detener esta pérfida operación política, impulsada y diseñada en nocivas salas situacionales.
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El tiempo avanza y no hay manera de detenerlo. Es preciso actuar con rapidez. Agotar todo lo humanamente posible para llegar a un entendimiento que, pueda recoger pronto, el fruto de la acertada ruta pacífica y electoral. No será fácil, pero tampoco es imposible. El rotundo rechazo a Maduro, que hoy bordea el 80%, debe ser puesto sobre la mesa. Sería imperdonable dejar pasar esta enorme oportunidad, por razones bastardas.
Es la hora de actuar con grandeza y desprendimiento. Nada es más importante que lograr una candidatura unitaria. Tangible, real y que finalmente aparezca en el tarjetón electoral el próximo 28 de julio. Lo demás, será tarea de los millones de venezolanos que acudirán alegres y cívicamente, a ejercer su derecho al sufragio. A materializar, con su voto, su indeclinable voluntad de vivir en paz, en un país normal, de progreso y bienestar.
Fredy Rincón Noriega es historiador UCV -1982, Maestría Ciencia Política USB
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