¿Huérfanos de liderazgo?, por Griselda Reyes
Twitter: @griseldareyesq
Venezuela atraviesa una de las peores crisis de su historia republicana. Los responsables de ella siguen en el poder y a través de artilugios legales – y no tan legales – han logrado sortear todos los procesos electorales de los últimos tiempos para mantener bajo control los poderes del Estado.
Este desgobierno ha sido muy diligente en aplicar la consigna del gobernante romano Julio César: «Divide y vencerás», pues han roto todas las estructuras de poder existentes y evitado a toda costa la vinculación de los grupos de poder más pequeños, incluida la oposición venezolana, sobre la cual ejercen un influjo importante.
Frente a esto, son muchos los cuestionamientos leídos en redes sociales, visto y oído de boca de expertos en la materia… La gran interrogante que hoy se nos plantea, y sobre lo cual hacemos un profundo mea culpa en estas líneas, es si estamos realmente huérfanos de liderazgos.
La respuesta es un rotundo NO. Venezuela cuenta con un caudal importantísimo de liderazgos regionales y locales que van mucho más allá de los que legítimamente obtuvieron espacios de poder el 21N. La dirigencia política hoy está atomizada, y no me cabe duda de que el revocatorio presidencial sólo profundizará la fragmentación entre quienes adversamos a Nicolás Maduro y su modelo fracasado que representa.
¿Qué estamos planteando? Que necesariamente en los próximos días y semanas se aglutinen los mejores y más destacados líderes de cada comunidad, localidad o región para empezar a reunificar a los venezolanos y articularlos desde Caracas hasta los rincones más lejanos de este maravilloso país.
Hay que construir el tejido político y social de abajo hacia arriba, no imponer de arriba hacia abajo. Tenemos que aprender la lección: sin unidad estamos condenados a la derrota, una y otra vez.
No podemos seguir pensando solamente en las próximas elecciones o salir a trabajar semanas antes de cada fecha electoral. La ruta electoral es la opción real, verdadera, para frenar a quienes están atornillados en Miraflores. Soy fiel defensora del voto y por eso jamás apoyaré conspiraciones o gestas armadas para hacerse con el poder. Cuánta más sangre debe correr para que lo entendamos
Las oposiciones venezolanas han mantenido y mantienen vasos comunicantes. Es hora de que estos actores avancen en el encuentro de quienes estamos en aceras diferentes. Debemos tener muy claros los objetivos, que no pueden resumirse en satisfacer ansias individuales. Hay una sola meta: Re institucionalizar a Venezuela para devolver los estándares democráticos y la calidad de vida a nuestra gente.
Así como los gobernadores electos por los partidos que adversan a Maduro dieron un paso al frente incorporando a la mayor cantidad de actores a sus respectivas gestiones de Gobierno, todos debemos buscar puntos de encuentro para facilitar el tránsito a esta terrible crisis que atraviesa el país.
Estamos obligados a mantenernos en la calle acompañando a nuestra gente. No se puede seguir abonando el terreno de la desconexión social. Es hora de demostrar de qué está hecha la clase política venezolana. ¿Cómo? Con organización, con trabajo social, buscando alianzas con los diversos sectores en procura de brindar soluciones a nuestra gente.
Debemos ser capaces de dar debates profundos y sinceros. Es la hora de reconocer quién puede aglutinar la mayor cantidad de fuerzas en cada región y todos los demás sumarnos a trabajar en función de una estrategia común. Eso es lo que piden los venezolanos.
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La gente ve el 2024 como muy lejos. Y si cada uno de quienes tenemos opción real de aspirar a cargo de poder no buscamos desde ya los consensos necesarios, solo lograremos rodar el 2024 al 2030 y con ello generar una gran frustración en la ciudadanía. No son tiempos de seguir señalándonos entre nosotros. Llegó la hora de ser honestos con la gente.
Los caprichos partidistas deben hacerse a un lado, las necesidades insatisfechas de los venezolanos importan mucho más. Mientras no logremos cambiar el modelo político, no lograremos recuperar la confianza de nuestra gente. Debemos recordar que antes que electores, son ciudadanos. Articularnos todos es una tarea obligatoria, para darle al país la respuesta que clama a su liderazgo.
Grisela Reyes es empresaria. Miembro verificado de Mujeres Líderes de las Américas.
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