Inclusión de Caracas en plan de racionamiento deja ver lo endeble del sistema eléctrico
Expertos aseguran a TalCual que el plan de racionamiento significa más fallas, apagones y bajones para todo el país por la vulnerabilidad del Sistema Eléctrico Nacional
¡Adiós luz que te apagaste! El deterioro del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) continúa profundizándose y es probable su colapso. Prueba de ello es la inclusión del Distrito Capital en el plan de administración de carga, o mejor dicho, plan de racionamiento, anunciado por la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec).
Por primera vez desde 2019, la estatal informó la realización de un plan de “administración de carga” en varios sectores del municipio Libertador a partir de este 23 de agosto.
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Sobre el anuncio, el ingeniero eléctrico Víctor Poleo dice a TalCual que “no hay suficiente generación para toda la demanda eléctrica del país”. Recuerda que el SEN tiene 15 años sometido a la desidia, la falta de mantenimiento y la canibalización de piezas, por lo que infiere que, de no tomarse medidas serias, Caracas será empujada cada vez más a la oscuridad.
“Estimamos que uno de cada dos megavatios de demanda no existen; es decir, el país demanda cerca de diez mil megavatios y solo se podrían estar aportando cinco mil. De manera que el racionamiento es obligante”, explica Poleo.
Para el experto la inclusión de la capital venezolana en el plan de racionamiento, que siempre estuvo favorecida por el hecho de ser el asiento de los poderes públicos, podría tener como objetivo aplacar la crisis eléctrica en estados como Zulia, Nueva Esparta y Táchira, entre otros.
La medida, sin duda, es apenas un paño de agua caliente que a groso modo está lejos de ser una solución real. Sobre el tiempo que este paliativo podría frenar la hecatombe del servicio eléctrico, Víctor Poleo remarca que es difícil precisarlo.
“En cualquier momento el Caroní puede entrar en problemas más serios, felizmente hay dos presas trabajando bien, Caruachi y Macagua, pero Guri, que es la principal, tiene nueve de sus veinte turbinas inactivas», apunta.
Al preguntársele sobre de dónde recibe energía eléctrica Caracas, el ingeniero Víctor Poleo explica que la subestación Sur, ubicada al sur de Caracas, recibe energía por grandes línea que vienen desde la subestación San Gerónimo, en el centro de Guárico, que a su vez se alimenta de líneas que vienen de Guri.
Lo que estaría detrás del plan de racionamiento
Solo en 2020, en el país se registraron 157.719 cortes, mientras que el primer trimestre del 2021 cerró con más de 15.000 fallas, según datos aportados por el Comité de Afectados por los Apagones.
La presidenta del comité, Aixa López, detalla que Caracas sumó 801 en el primer semestre de este año y 155 solo en el mes de julio.
“El plan de racionamiento evidencia que el SEN sigue colapsado, significa para el país más fallas, apagones y bajones, porque el sistema está tan endeble que no puede aportar la cantidad de megavatios que requiere para satisfacer el fluido eléctrico”, afirma López.
Para la ingeniera, el gobierno de Maduro siempre procurará cuidar Caracas por ser el centro del poder. No cree que los cortes se apliquen estrictamente. Opina que la medida llegaría para oficializar las fallas que se han presentado en los últimos días.
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“Muchas veces sucede que tenemos apagones que no están dentro de esa administración porque se escapa de las manos por lo endeble del sistema”, sostiene; aunque no duda que pudiera tratarse de un plan piloto para conocer cómo se comporta Caracas en escenarios como este.
Recuerda que en 2010 hubo administración de carga en Caracas, cuando Alí Rodríguez Araque estuvo al frente del ahora Ministerio de Energía Eléctrica. La medida generó protestas por cuanto no se respetaban clínicas, centros de salud o colegios.
“El SEN es sensible y no se le ha prestado mayor atención. Es indicativo de que los pañitos de agua caliente no son la solución. De seguir así se recrudecerá la situación y los bajones en Caracas irán convirtiéndose en apagones” asevera.
El declive
El deterioro del SEN comenzó llegado el chavismo al poder, cuando la improvisación y el partidismo se impuso a la planificación que desde mediados del siglo XX había imperado en la nación, y que hizo de Venezuela una referencia regional y una potencia que incluso distribuía energía a países vecinos.
El último plan eléctrico con un horizonte a 20 años se hizo en el 2000, bajo el paraguas del Ministerio de Energía y Minas (MEM). Desde entonces, la planificación pasó a ser dominada por un proceso de improvisación y desidia que llevó al colapso del sistema a partir de 2018.
En octubre de ese año, una explosión en la subestación eléctrica La Arenosa, en el estado Carabobo, dejó sin luz al menos a 13 estados. Cinco meses después, en marzo de 2019, se produjo un gran apagón nacional que dejó al país sin electricidad por varios días. La falla fue calificada de sabotaje por el entonces ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta Domínguez. Solo en el primer semestre de ese año se registraron seis grandes apagones.
Es así como Venezuela llega a la segunda década de este siglo XXI con una capacidad instalada de 37.000 megavatios, pero con solo 10.000 Mw disponibles. Dicho de otra forma: solo 27 de cada 100 megavatios instalados están disponibles.
Para el trabajo «Ese futuro que sigue pendiente«, Aixa López ya se había referido al Guri, corazón eléctrico del país, para clarificar cómo está el grueso del SEN. Detalló en ese momento que el complejo, que en teoría tiene una capacidad de generar 10.235 megavatios en 20 turbinas, solo funcionan seis y no a su máxima capacidad.
El caso de las termoeléctricas es similar. Explica que el caos eléctrico en el que se ha sumido la nación se mantiene porque las termoeléctricas, cuyo objetivo es ayudar a las hidroeléctricas cuando presentan algún problema, están igual de deterioradas.