Impopulares, por Carolina Gómez-Ávila
@cgomezavila
Diálogo, negociación, garantías, incentivos, justicia transicional, amnistía y reinserción son palabras impopulares; especialmente para quienes prefieren la retaliación a la prosperidad, lo que no notan a primera vista porque no es fácil relacionar el hecho de que la prosperidad requiere paz y convivencia, cosas que la retaliación impide.
Tienen mayor aceptación las consignas de la inmediatez. Quien logra admitir que “ya” es imposible se decanta por las soluciones simples en 3 tiempos, como si por el hecho de ser 3, se pudieran concretar con la misma rapidez con la que se enumeran.
No está en la consigna cómo lograr el “cese de la usurpación”, pero sí está en el Estatuto de la Transición aprobado por la Asamblea Nacional el 5 de febrero pasado: incentivos, justicia transicional, amnistía y reinserción. Esta es la fórmula que nadie corea, es la realista, odiosa, dolorosa y lenta; la imprescindible.
Para lograrla son necesarios los diálogos, las negociaciones y las garantías; ideas impopulares que una parte de la población no quiere pronunciar pero que alguien debe afrontar, quizás -como me parece que está sucediendo- al amparo de la Cruz Roja Internacional. De ser así, mi deseo es que tengan éxito, mientras afronto la posibilidad de que tengamos que tolerar un resultado que no sea todo lo grato que anhelamos.
Según observo desde hace algunos años, los operadores de opinión de la dictadura -mimetizados como opositores “institucionales”- se decantan por saltarse el 1 y 2 de la consigna Guaidó, para aterrizar en el 3: elecciones, pero sin mucho detalle de cómo serían “libres y justas” con el aparato opresor en el poder, cosa que les serviría para legitimarse.
Advertido esto, paso a preocuparme por lo que está -o no está- haciendo la oposición democrática para preparar a la población para un resultado distinto a la expectativa general. De darse una negociación que no implique el orden y final previsto, me pregunto cómo se ofrecerá contención a los más reaccionarios que encontrarán a más de un oportunista dispuesto a azuzarlos y “liderarlos”. De llegarse a una negociación para elecciones que no resulten claramente “libres”, sin haber pasado por el “cese de la usurpación” ni el “gobierno de transición”, habrá que enfrentar otra campaña “abstencionaria” que convendría a los usurpadores y que, por lo tanto, estarían muy dispuestos a financiar.
Me pregunto si ya se adelantan lineamientos para ese escenario porque, de darse sin haber tomado previsiones, la posibilidad de perder la oportunidad de un cambio no es remota.
Si los estrategas ya lo han pensado, si ya está todo preparado, lo sabremos cuando estemos cruzando ese puente. Pero empieza a verse, desde aquí, que hay dispersión en el mensaje y que la insistencia de Guaidó en la amnistía para la FAN y las garantías para los empleados públicos, no han germinado en la población. Falta. Falta mucho trabajo sobre estas palabras concretas, factibles e impopulares.